Con el convencimiento de que el renacer de los valores sociales  y la reconstrucción de  Puerto Rico   es posible en  las manos del pueblo, el sacerdote Pedro Ortiz  inauguró hoy  la temporada de Adviento en la capilla San Francisco Javier, en Gurabo.

En un mensaje, donde hizo un llamado al liderato -político, académico, eclesiástico,  civil y gubernamental- del país a no  entorpecer  el   deseo genuino  de unos a hacer la diferencia, el religioso proclamó esperanzado  un nuevo país.

“No seamos  gente que  entorpece la vida, el desarrollo y el pensamiento crítico de un pueblo, porque mientras el liderato entorpece  todo se destruye. El liderato  de Puerto Rico tiene que dar un paso más y es poner oído en tierra para actuar,  no para  dejar que las cosas se queden como están”,  sostuvo  Ortiz tras la liturgia.

Se trató de una misa que incluyó varios elementos típicos  de nuestra cultura, como el jíbaro puertorriqueño, la décima y fragmentos de la obra de Manuel A. Alonso, ‘El Gíbaro’.  De hecho, escogidos de obras literarias clásicas de Puerto Rico serán integrados en cada liturgia durante esta época.

Durante su mensaje, Ortiz hizo un paralelismo entre el pueblo judío y el desafío que tuvo que enfrentar para reconstruir y levantar sus instituciones tras  enfrentar el exilio.

Es, prácticamente,  el mismo desafío que enfrentamos hoy día  como país, dijo. Ya  lamentablemente, algunos puertorriqueños ven con indiferencia y comodidad la situación del país, al igual que les pasó a muchos judíos.  “Ya la mayoría de los judíos estaban acomodados a la sombra del imperio babilónico, como ocurre hoy. Aquí o allá estamos medio acomodados. Otros ya miraban con nostalgia los valores  y las prácticas del pueblo y se decían: 'ya para qué, qué vamos a reconstruir'. Habían perdido la esperanza”, relató.
Pero, sí hay esperanza.

Reconstrucción desde la comunidad

Luego del servicio religioso, Ortiz, acompañado de un grupo de líderes de la comunidad Navarro, donde ubica la capilla,  presentó una serie de proyectos de integración y autogestión comunitaria que  promueven el desarrollo integral de cada ciudadano. Ahí está la esperanza.

Son iniciativas que se han  formado y desarrollado desde el seno de  varias comunidades desventajadas de Gurabo.  Las universidades del país, así como otras organizaciones, se han integrado a estas iniciativas  comunitarias.

El Proyecto Evangelización Social y Comunitaria (Pesca) ha creado varias comisiones y proyectos integrados, como el Instituto Comunitario de Derechos Humanos y la revista Comunidades.

Las comisiones, por su parte,  atienden las áreas de  acción social, recreación y deportes, la salud integral e infraestructura. “Lo que queremos es crear un espacio de participación comunitaria donde las personas construyan su realidad conociéndola para poder intervenir y”,  señaló el trabajador social Nelson Cotto.