Vecinos que son un dolor de cabeza
En un momento u otro, prácticamente todos hemos tenido un vecino imprudente.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Algunos son nuestros aliados, compinches y hasta partners de juerga. Velan la casa cuando nos vamos de viaje, nos sacan de apuro y hasta compartimos fechas especiales. Pero, no siempre es color de rosa. En ocasiones, los vecinos pueden ser un verdadero dolor de cabeza.
En especial, aquellos que no conocen la prudencia, la consideración y mucho menos la privacidad. Están los que se meten en todo, los que se pasan velando por la ventana, los que prenden la podadora el domingo a las 7:00 de la mañana mientras usted intenta recuperar parte del sueño perdido en la semana y los que tienen el karaoke encendido hasta el amanecer.
En un momento u otro, prácticamente todos hemos tenido un vecino imprudente que, en el peor de los casos, ha obligado a algunos hasta mudarse. Aquí una lista de esas cosas que hacen algunos vecinos al punto que nos sacan de nuestras casillas.
Se estaciona en tu espacio: Llegas agotada, con mil motetes encima y con los pies que no los aguantas; y el vehículo de tu vecino está ocupando tu parking. Así que, tienes que bajarte del carro para pedirle que lo mueva y esperar.
Escandaloso: Finalmente llegó el fin de semana que tanto estabas esperando para descansar y al vecino le da con prender la podadora a las 7:00 a.m. para limpiar justo el área que queda cerca a tu habitación. Luego le da con encender la máquina de lavado a presión y para completar prender el estéreo a todo volumen.
Todo el día en la ventana: Tocan la bocina frente a tu casa y ahí está, sales a botar la basura y ahí está, tus niños salen a jugar al patio y ahí está, prendes el vehículo para salir y ahí está.
Envidioso y copión: Pintas la casa de rosa y a la semana están retocándole la pintura a su residencia, sembraste lirios y ellos siembran amapolas. Tuviste que comprarte un auto y a ellos le da con cambiar el suyo.
Poco aseo: Todas las mañanas sacan a pasear su perro gran danés, pero nunca se llevan la bolsita para recoger el excremento de la mascota. Eso sí, su mascota te deja un “regalito” todos los días en tu grama.
Los que nunca tienen na’: Pedir una taza de azúcar, está bien. Pero, como dice el refrán: “lo poco divierte y mucho enfada”. Está el que te pide el taladro, la extensión, el trimmer, la manguera y hasta el BBQ para hacer una parrillada con la familia.
Todo se les cae: Esta aplica a los que viven en apartamentos que quedan en niveles intermedios, o sea, que tienen vecinos arriba y abajo. Aquí todo se escucha: cuando mueve los muebles arrastrándolos, cuando camina todo el apartamento con los tacos puestos o cuando se le cae el pote de habichuelas, entre otras cositas.
El quejoso: A éste todo le molesta. Se dedica tarde y noche a señalar todo lo que no está bien en la urbanización, pero llega el momento que critica también lo que está bien y lo que está regular. No quiere cooperar para la fiesta en la calle, objeta que el tema del party sea mexicano y quiere que todos los meses se cambie al administrador.
Inoportunos: Estos son los que no tienen nada más que hacer que estar metidos en tu casa. Llegan a las 9:00 de la mañana y se van a las 3:00 de la tarde y con la barriguita llena.
Con o sin permiso: Son los que ven el portón abierto o la marquesina sin vehículo y “como Juan por su casa” entran para virar su automóvil. Para colmo, te dejan las marcas de los neumáticos y tú que acababas de limpiar el área.