Utilizan todo el diezmo y ofrenda para obras sociales
Pastores renuncian a su sueldo y lo comprometen para ayudar a los pobres
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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“No es tiempo de hacer grandes templos, es tiempo de hacer grandes obras y obras que nazcan del corazón y que atiendan la necesidad de nuestra gente”.
Hace cuatro años el matrimonio compuesto por Mariano del Río e Isamar Ortiz sintieron el llamado de edificar una iglesia pentecostal en un barrio pobre de Fajardo. El lugar elegido fue el sector Maternillo, donde las necesidades salen a flote a simple vista. Una vez edificado el templo, la pareja tuvo una segunda inquietud: decidieron renunciar a cualquier remuneración por sus funciones de pastoreo y, en su lugar, prefirieron que todo el dinero recaudado en diezmos y ofrendas se destinaran a proyectos de impacto social.
Fue así como nació el ministerio Luz Del Mundo (LDM), una organización sin fines de lucro que ha acercado a los jóvenes religiosos a una ruta filantrópica que cada día los convence más de que el camino que eligieron seguir hace cuatro años era parte de un plan divino que impactaría a miles de familias puertorriqueñas de toda la isla.
“Cuando empezamos a pastorear nos dimos cuenta de la necesidad apremiante que hay en nuestras comunidades… necesidades alimentarias, económicas. La gente se nos acercaban siempre con las mismas preocupaciones. Entonces nos dimos cuenta que no es tiempo de hacer grandes templos, es tiempo de hacer grandes obras y obras que nazcan del corazón y que atiendan la necesidad de nuestra gente”, dijo Berríos.
Entre ofrenda, diezmos y donativos de personas que confían en su obra -aún cuando no asisten a la iglesia- se creó el primer proyecto con el “Centro de Ayuda Social LDM”, un lugar ubicado en el casco urbano de Fajardo donde personas de escasos recursos se suplen de alimentos a través de 13 estaciones. La entrada es gratis pero el beneficiario -los que quieran y tengan la capacidad económica- pueden dar un pequeño donativo. La aportación económica, explicaron, es voluntaria casi nunca excede los $2, $3 o $5.
“Este servicio lo damos los martes, jueves y viernes. Llega gente de toda la isla… hasta de Salinas nos han visitado. Las filas son enormes y allí tú ves la necesidad que tiene mucha gente, especialmente, la población geriátrica. De 20 personas que recibimos, te diría que 18 son de 65 años o más. Son gente que el dinero no les da. Son ancianos que cobran $400 de seguros social y 70 pesos de cupones y eso se les va en nada. No tienen dinero. Punto… da pena, pero, incluso, nos llegan en andadores y con cajitas para buscar sus alimentos”, sostuvo el pastor que se suple de gran parte de los productos a través del Banco de Alimentos de Puerto Rico y comprando directamente a suplidores.
“No es momento de protagonismo de nadie. Con la cantidad de iglesias que hay en Puerto Rico, es para que se vean más obras en la calle y menos dinero en los bancos. Las iglesias no pueden ser kioscos".
-Pastor Mariano del Río
El proyecto de “Mochila Alegre” es otro gesto de amor y solidaridad por parte del ministerio. Según explicó Ortiz, la iniciativa consta en llenar de tres desayunos, tres almuerzos, tres cenas, cinco meriendas y cinco botellas de aguas unas mochilas que se les entregan todos los viernes a 50 niños de la escuela Alejandrina Ríos Benabe, en Luquillo. “Esos niños fueron referidos por la trabajadora social de la escuela… estamos hablando de niños que vienen de hogares de madres solteras, de padres con problemas de adicción… niños que si no fuera por esa mochila, tal vez, no tuvieran otro alimento durante los fines de semana”, destacó al agregar que como parte de la dinámica las mochilas se entregan los viernes en la mañana y se recogen los martes en la tarde. El ministerio tiene planes de ampliar el proyecto para impactar a 100 niños.
“Sanando heridas” es otro de los compromisos constantes en la agenda de la pareja y este proyecto impacta a personas sin hogar del área metropolitana. “Tenemos un ‘food truck’ y llevamos comida caliente. Además, salimos con paramédicos, enfermeros y miembros de la iglesia y entregamos suministros de primera necesidad, ropa, zapatos a la vez que se curan heridas. Este proyecto lo hacemos fielmente todos los meses y es uno de los que más nos apasiona”, relató el pastor al mencionar que entre los lugares visitados se incluye el cruce de Trujillo Alto, Cantera, Bitumul y las inmediaciones frecuentadas por deambulantes en Centro Médico.
Aunque es una iniciativa incipiente, también tienen el concepto de “ayuda a encamados” en el área de Fajardo donde semanalmente se le ofrece una compra a los cuidadores de unas 24 personas que están postradas en cama y a las que se les dificulta la tarea de hacer diligencias, incluido salir a comprar alimentos.
En caso de emergencias, como la suscitada recientemente con los terremotos que han afectado severamente a municipios del sur, el Ministerio Luz Del Mundo también ha dicho presente.
“Nos llamaron para ver de qué manera podíamos aportar en esa situación tan lamentable y gracias al trabajo que se hace a través de la iglesia pudimos llevar 68 mil libras de alimentos… vaciamos nuestros almacenes, pero alimentamos a mucha gente necesitada del área sur. Durante el mes de enero, bajamos entre dos a tres veces en semana, y llevamos alimentos, hielo, ropa y otros suministros”, explicó el pastor.
En retrospección y repasando todo lo que han logrado a través de los pasados cuatro años, los pastores se han convencido de que “es momento de que las iglesias despierten”.
“No es momento de protagonismo de nadie. Con la cantidad de iglesias que hay en Puerto Rico, es para que se vean más obras en la calle y menos dinero en los bancos. Las iglesias no pueden ser kioscos. Ni pueden ser tema para que los pastores vivan de esto. Si haces el trabajo, Dios no te dejará solo y nunca faltará el pan en tu casa, te lo aseguro. Es hora de ayudar al país. No podemos dejarle todo al gobierno. Nosotros también tenemos nuestra responsabilidad como iglesia”, opinó.