UPR Utuado: semillero de los futuros agroempresarios de Puerto Rico
A través del programa Génesis Agroempresarial, estudiantes del recinto utuadeño comienzan a encaminar proyectos que deriven en un negocio agrícola
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Utuado.- Un curso sobre Economía Agrícola dio paso a lo que hoy se conoce como Génesis Agroempresarial, proyecto de la Universidad de Puerto Rico en Utuado (UPRU) que desde 1998 le brinda a los estudiantes las herramientas necesarias para emprender un negocio, utilizando las cosechas del campus para crear un producto para la venta.
De acuerdo con el profesor Javier Pérez Lafont, director de Génesis Agroempresarial, como parte de la clase, el estudiantado identifica qué puede producir con los frutos orgánicos (que se siembran sin el uso de plaguicidas y químicos), elabora una propuesta, investiga las necesidades de los consumidores y pone a prueba los productos.
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“Para el desarrollo del producto, el estudiante comienza realizando un torbellino de ideas de qué pasaría si adaptan, modifican o mezclan algún alimento con otro hasta que realizan investigaciones y crean lo que será su proyecto que termina convirtiéndose en un producto que pasa a prueba y luego el estudiante lo exporta”, explicó el docente sobre parte del proceso que pasan los alumnos involucrados en el proyecto, que se institucionalizó en el 2013.
El profesor añadió que, una vez haya un prototipo, se hace una degustación entre los estudiantes del curso para probar si tiene los elementos necesarios para llevarlo al resto de la comunidad universitaria y a los clientes.
Todo este proceso se alinea con lo que es la misión de la UPRU como una de las 11 unidades de la Universidad de Puerto Rico.
“El mundo evoluciona, y con él, la manera en que entendemos la agricultura y los negocios. Nuestros estudiantes no solo aprenden técnicas agrícolas, sino que también se capacitan en cómo transformar estas habilidades en empresas viables y sostenibles. Los formamos para que sean visionarios que integren la tecnología, la sostenibilidad y las prácticas agrícolas en soluciones innovadoras para los retos que enfrenta nuestro sector agrícola. Al hacerlo, no solo garantizamos la seguridad alimentaria de Puerto Rico, sino también impulsamos la economía local y fortalecemos la infraestructura agrícola de nuestro 100 x 35”, expresó el rector de la UPRU, Luis A. Tapia Maldonado.
Ayudan a forjar más y nuevos agricultores
Pérez Lafont comentó que Génesis Agroempresarial busca desarrollar el mayor número posible de emprendedores en la agricultura para combatir el problema de sucesión agrícola que hay en el país.
“Del total de los operadores agrícolas en Puerto Rico, el 41.5 % tiene edades de 45 años o más. Esos son los operadores de fincas que están próximos a retiros. Sin embargo, la integración de agricultores nuevos que tienen edades de 35 años o menos es el 3.9 % según el censo agrícola del 2017″, enfatizó el educador.
Luis Álvarez Santiago es uno de los estudiantes del programa que ayuda a combatir esas cifras. El joven creó Agropromo con el fin de documentar y promover el trabajo de agricultores de la isla por medio de fotografías y videos.
“Actualmente, en el último censo agrícola, de 8,230 fincas que hay en Puerto Rico, solo el 16% utilizan herramientas de promociones y marketing para poder hacer la venta de sus productos. Estamos hablando de que el resto, el 84% de los agricultores, no tienen estas herramientas. Eso nos hace saber cuál es el problema, que no conocemos quién es el agricultor, qué produce y dónde comprar sus productos”, detalló Álvarez Santiago.
Iroko del Mar Asencio, fundadora de “Jugos Arabá”, hace bebidas de frutas tropicales y de temporada, sin azúcares añadidas, mezcladas con plantas medicinales como el jengibre, la cúrcuma y la mejorana para que las personas tengan una opción saludable y económica para ingerir.
“Estamos en unos tiempos en los que gran parte de las cosas que consumimos nos afectan a nuestro sistema, mucha comida procesada y muchas azúcares no nos vienen bien a nuestros sistemas. Estos jugos son una opción sabrosa que puede contrarrestar eso y ayudarnos a que nuestro sistema esté saludable”, verbalizó la joven agroempresaria.
Por su parte, el alumno Osvaldo Guzmán Serrano, en busca de otras opciones para que el puertorriqueño pudiera ingerir la malanga, hizo “La Cukinga”, que son galletas hechas a base de este tubérculo.
“Mi producto lo desarrollé para poder tener una merienda o un aperitivo saludable. Mi producto es gluten free, no afecta a la salud tanto como afectarían algunos productos hechos de harina y también es un producto mucho más fácil para el cuerpo digerirlo”, expuso Guzmán Serrano.
Krystal Martínez Plaza fundó los pasteles “La Doña” por la necesidad de que su comunidad tuviera acceso a un alimento caliente tras el paso del huracán María.
“Los pasteles son hechos a base de yuca, yautía y calabaza, cerdo, pollo, y hay una alternativa vegana”, contó Martínez Plaza.
Jann Negrón Navarro, artífice de Tierras Kokopelli, decidió hacer una mayonesa con aguacate, aceite de romero, aceite macerado de oliva, sal de mar y vinagre de manzana utilizando los huevos que obtiene de las gallinas ponedoras que alberga en el recinto utuadeño.
“Esta mayonesa combate los efectos malignos que causan esas otras mayonesas. El aceite de oliva reduce los niveles de colesterol y triglicéridos que causan otros aceites. El aceite de romero baja la inflamación, te ayuda a tener un mejor ánimo y aumenta la circulación del cuerpo”, argumentó Negrón Navarro.
Estas iniciativas sirven para que los alumnos encaminen la gestión de empresas agrícolas al terminar sus estudios.
“Aproximadamente, del total de estudiantes que yo he atendido, de un 10% a un 15% de personas emprenden”, articuló Pérez Lafont.
Un espejo en el que mirarse
Wildaly Bermúdez es un ejemplo de los egresados que han establecido sus negocios aplicando el conocimiento que Génesis Agroempresarial les proporcionó.
La agroempresaria relató que el proyecto universitario le ayudó a establecer la Finca Anacagüita, en la que se producen cultivos hidropónicos que se han suministrado a comercios como supermercados. Además, el personal del negocio agrícola ofrece talleres y hace construcciones hidropónicas en los hogares y negocios.
“Creo en estos proyectos que me impulsaron a llegar donde está la Finca Anacagüita hoy. El tener que exponer mi proyecto que creé en la universidad me brindó las mismas herramientas que tuve que aplicar al momento de presentar y exportar mis productos”, sostuvo la empresaria.
Mensaje del rector, Luis A. Tapia Maldonado
La Universidad de Puerto Rico en Utuado (UPRU) es el semillero donde el futuro de Puerto Rico, y de sus agroempresarios, se cultiva con esmero, dedicación y pasión. En la UPRU, hemos forjado la identidad de ser la “universidad de los agroempresarios”, y con justa razón.
El papel de la UPRU en nuestro sistema universitario es inigualable. Mientras otras unidades se centran en diversos campos del conocimiento, el territorio guaraguao ha asumido con valentía la responsabilidad de liderar áreas cruciales como la agricultura, la sostenibilidad y el cambio climático, que son esenciales para nuestro futuro colectivo.
Pero, ¿por qué es esto importante? Porque el mundo está cambiando, y si queremos que Puerto Rico siga siendo el paraíso que amamos, debemos tomar acción de la mano con nuestros estudiantes. En ellos reside la chispa que encenderá el cambio hacia un Puerto Rico verde y sostenible.
Estos jóvenes, nuestros estudiantes, son el verdadero pilar de la UPRU. El 92% de ellos reciben asistencia económica, el 67% proviene de hogares con un ingreso familiar anual menor a $30,000, y el 34% son los primeros en sus familias en asistir a la universidad. Detrás de cada cifra hay una historia de lucha, perseverancia y esperanza. Muchos de ellos, de no ser por nuestra universidad, tal vez no tendrían la oportunidad de estudiar y transformar sus vidas.
Para nuestra comunidad, cada estudiante es una promesa, un testimonio viviente de que la educación es, y debe ser, un derecho para todos. Y así como nos esforzamos por ofrecerles una educación de calidad, también entendemos que sus necesidades van más allá del salón de clases. El proyecto “Mesón El Guaraguao” es un testimonio de nuestro compromiso con esta población universitaria. No sólo buscamos nutrir sus mentes, sino también garantizar su bienestar. Estamos tomando medidas tangibles para combatir la inseguridad alimentaria entre nuestros estudiantes, porque creemos que ningún estudiante debe aprender con el estómago vacío.
Además, con el firme compromiso de apoyar a nuestra comunidad estudiantil, hemos puesto en marcha una iniciativa que proporciona vales de alimento para aquellos estudiantes en situación de vulnerabilidad. Al acercarse al decanato de estudiantes, estos jóvenes pueden asegurarse una comida digna en nuestra cafetería, reforzando así la solidaridad y el cuidado mutuo dentro de nuestra comunidad universitaria.
Nuestra institución se distingue en el paisaje educativo de Puerto Rico. No solo impartimos conocimientos, sino que inspiramos a una nueva generación de estudiantes y agroempresarios a ser líderes de un futuro renovado, a visualizar un horizonte sin límites y a enfrentar retos con valentía. En la Universidad de Puerto Rico en Utuado, cultivamos más que tierras; cultivamos transformación, esperanza y futuro.