Unos 170 niños con quemaduras son recluidos cada año en el Hospital Pediátrico
El Recinto de Ciencias Médicas urge a la prevención de este tipo de lesiones que, en su mayoría, ocurren por descuidos en el hogar.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Hace un par de sábados, mientras hacía guardia en el Hospital Pediátrico Universitario en Centro Médico, en Río Piedras, la emergencióloga Milagros Martín atendió tres eventos relacionadas con quemaduras, unos lamentables incidentes catalogados como la quinta causa más común de lesiones no fatales durante la infancia.
Se estima que el Hospital Pediátrico recibe alrededor de 170 admisiones por este tipo de eventos al año, una cifra comparable con las 200 que se registran anualmente en los centros de quemaduras establecidos en Estados Unidos.
“Ese día llegaron tres pacientes con quemaduras, incluido una bebé de 11 meses que se quemó con agua caliente. Esto ocurrió en el cuido donde la persona estaba calentando agua para un baño de María, que iba a cocinar, y no se percató que la nena estaba entre sus pies... el agua cayó en la mano, brazo y espaldita de la bebé”, narró la doctora Martín.
En entrevista con Primera Hora, la también directora del Programa de Emergencias Médicas Pediátricas del Recinto de Ciencias Médica (RCM) de la Universidad de Puerto Rico, destaca que los derramamientos de líquidos calientes están entre las principales causas de estos incidentes en los infantes que sufren quemaduras. Explicó que este tipo de lesión se le conoce como escaldaduras.
De hecho, agregó que en diciembre pasado en el Hospital Pediátrico se atendieron nueve casos de pacientes con escaldaduras, todas ocurridas con sopas chinas.
“¿Por qué las sopas chinas? Estamos investigando a ver qué pudiera estar ocurriendo, porque es importante levantar estos datos de cómo se originan estas lesiones para poder establecer medidas de prevención”, subrayó.
El segundo paciente que atendió Martín hace unas semanas fue el caso de un niño entre ocho a nueve años que iba a conectar el cargador de un celular, cuando una cadena que le colgaba del cuello se enredó entre el aparato y el enchufe. La singular situación provocó una descarga eléctrica en el niño.
“La cadena se le quedó marcada en toda la circunferencia del cuello. Este evento no lo vemos mucho, pero ocurrió y fue una quemadura de tercer grado. Ese nene fue ingresado a intensivo y requirió injerto en el área”, acotó, quien fungió como directora de Sala de Emergencias Pediátricas y tiene experiencia como emergencióloga de esta población desde 1992.
La otra situación que ocupó a la doctora aquel ajetreado turno en el Hospital Pediátrico -única institución en la isla para atender casos moderados a severos de quemaduras en la población pediátrica- fue el de un joven de 19 años que labora con su papá instalando tanques de gas, quien sufrió quemaduras tras un escape de este compuesto.
El problema ocurrió porque el muchacho estaba en chancletas cuando ocurrió el incidente y el gas “se le trepó por los pies”, quemándole todos los dedos y subiendo hasta el nivel de las rodillas.
“Estos son solo tres casos de quemaduras atendidos en un turno. Y son algunos de los muchos que se atienden en el Hospital Pediátrico Universitario donde llegan casi todas estas lesiones, ya sean porque vienen directamente aquí o porque llegan transferidos de otros hospitales”, acotó la médico al añadir que la institución cuenta con diversos especialistas para atender a los menores, incluido un equipo de cirujanos liderados por el doctor Víctor Ortiz.
Llamado a la prevención
La doctora Martín asegura que la frecuencia en la que se atienden estos eventos son preocupantes y han llevado al Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico, a hacer un llamado de supervisión para prevenir las quemaduras en los niños, particularmente, los que ocurren en el entorno del hogar.
“Estas lesiones pueden evitarse y por eso queremos crear conciencia de las precauciones que hay que tener para disminuir los riesgos, especialmente en el hogar, que es donde pasan la mayor parte de estos eventos”, sostuvo al reiterar que en el RCM tienen como estímulo educar sobre el tema enmarcado en que febrero es el “Mes para la prevención de quemaduras y niños quemados”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga las quemaduras como una crisis de salud pública a nivel global que resulta en pérdidas de vidas y grandes costos de recursos económicos.
De otra parte, las quemaduras severas causan alrededor de 180,000 muertes al año alrededor del mundo.
Además de los líquidos calientes, otras causas comunes de este tipo de lesión en menores de cinco años son el contacto directo con fuego, ya sea la estufa, fósforos, explosiones de gas o cualquier otro incendio. Además, están las que ocurren con productos abrasivos, como el aceite, químicos o cuando los menores introducen objetos en las tomas de corriente.
Así lo explicó María Centeno, educadora en salud y coordinadora del Programa de Emergencias Pediátricas del RCM, al hacer hincapié en que, además de las dolencias físicas, los pacientes quemados se afectan psicológica y emocionalmente, por lo que es importante que reciban terapia de salud mental.
“Las quemaduras en la edad pediátrica nos afectan a todos. Por esto recalcamos que la mayoría de los casos se pueden prevenir... hay que hacer de los hogares lugares seguros”, manifestó Centeno.
Además, mencionó que es importante que los adultos sepan qué hacer en caso de una emergencia al aconsejar que, de ocurrir una quemadura, es preferible aplicar agua de grifo por al menos 20 minutos.
“No se puede aplicar hielo, porque puede ocasionar que se profundice más el daño. Tampoco se debe poner pasta dental, porque es un abrasivo. La mantequilla, rodajas de papa y la clara de huevo tampoco se deben aplicar, porque ensucian la herida y aumentan los riesgos de infección”, detalló.
Otro consejo, en caso de que la ropa del niño o niña se queme, debe solicitarle que se coloque en el piso y ruede por el suelo para mitigar el incendio. Además, es importante retirar la indumentaria y joyas o prendas que tengan puestas. También se sugiere darle a los menores ibuprofeno o acetaminofeno en lo que llega asistencia médica o acuden a un hospital.
“En caso de una emergencia, puede también llamar al 9-1-1 o a la Sala de Emergencia del Hospital Pediátrico Universitario al (787) 474-0325, extensiones 7601,7601,7603 y 7609.