“Uno no puede ni dormir, ni cerrar los ojos”
Los refugiados necesitan ayuda sicológica para las horas de la noche
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Peñuelas. Cuando la noche cae y es hora de buscar el sueño, Valeriano Irizarry lucha por cerrar sus ojos.
El hombre, residente del sector Las Antenas de Peñuelas, dice que dormir es la parte más difícil que tienen que enfrentar los residentes del suroeste tras haberse registrado a un sismo de magnitud 6.4 el martes, 7 de enero a eso de las 4:24 a.m.
“Uno no puede ni dormir, ni cerrar los ojos. Es una tendencia en la mente diciendo va a ser el próximo. No es fácil”, afirmó Irizarry, quien se encuentra refugiado en la Pista Atlética de Peñuelas.
Reconoció que habrá que adaptarse a la nueva realidad, que ha provocado vivir “con un nerviosismo” constante.
“Hay que acostumbrarse a los ruidos, a cualquier cosa que venga”, puntualizó.
Es en la noche, de hecho, que los damnificados necesitan más la ayuda sicológica. Pero, a estas horas, el servicio no está disponible. Por tal razón, el alcalde de Peñuelas, Gregory Gonsález, destacó que este tipo de ayuda emocional y de apoyo nocturno para los damnificados es lo más que necesitan en su pueblo.
“Necesitamos especialistas de salud mental, sicólogos, particularmente para las horas de la noche”, afirmó.
Gonsález, quien la semana pasada se quejó por la falta de ayuda del gobierno, dijo que ya ha comenzado a llegar mucho del servicio que necesitaba su pueblo.
En el refugio de Peñuelas ya hay establecido un pequeño hospital de la Guardia Nacional. También se han instalado carpas para dividir la asistencia que reciben y distribuirla a los damnificados.
Según se observó, la Guardia Nacional también ha comenzado a preparar los nuevos campamentos base en los que se ubicarán las personas. Algunos tendrán aire acondicionado. Esos espacios serán para personas encamadas y con otras condiciones médicas, informó el primer sargento Rafael Almonte.
Comentó que ayer llegaron los generadores de energía que necesitaban y que una vez se logre energizar la nueva área que ocuparían los refugiados, estos serían movidos. No supo informar una fecha.
“Tenemos capacidad para 1,500 personas. Se van a relocalizar por grupos familiares”, comentó, al informar que también separarán a las personas con catarro u otras condiciones que pudiesen ser contagiosas.
Asimismo, Almonte informó que también instalarán lavadoras y secadoras para el uso de los refugiados y que velarán por la higiene de la comunidad.
Por otro lado, el alcalde informó que hasta el momento solo una persona encamada ha solicitado ser trasladada a San Juan, al refugio que instaló el municipio. No obstante, no supo indicar cuándo sería llevada a la capital.