La administración del Centro de Deambulantes Cristo Pobre, Inc. en Ponce única en ofrecer albergue nocturno en el área sur, se vio obligado a eliminar ese servicio por falta de fondos, lo que dejó a toda la región sin este ofrecimiento.

“Llevo una semana sin dormir, dando vueltas en la cama”, lamentó Luis Cruz, presidente de la Junta de Directores del Centro en entrevista con Primera Hora. “Ahora mismo nos vimos en la obligación de cancelar los servicios nocturnos. La situación económica nos ha atracado fuertemente”, continuó.

“La situación económica dentro de la institución está en rojo, crítica y, entonces, han disminuido servicios. Se continúan dando los servicios diurnos, desayuno y almuerzo, pero los servicios de albergue que requieren guardias de seguridad y facilitadores de 4:00 de la tarde a 9:00 de la mañana al otro día, pues es imposible”, expresó, por su parte, Juan De Dios Videau Soler, quien fue director de Cristo Pobre desde el 1997 hasta su retiro en enero.

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La eliminación del servicio, que beneficiaba a 34 de las cerca de 80 personas que sirve el Centro, no se da por capricho. Al contrario, fue una decisión dolorosa para el personal, quienes “han dado el 200%” para los participantes facilitándole techo a personas sin hogar, así como albergue de emergencia, servicios diurnos y vivienda permanente.

Pero para operar todo esto, Cristo Pobre requiere entre $37,000 a $40,000 mensuales, dinero sufragado por la buena fe de samaritanos, así como de partidas monetarias del gobierno. Al no contar con esta suma y debido a su precaria situación económica, el Centro se limitará a ofrecer los servicios diurnos, que incluye desayuno y almuerzo, acceso a aseo personal, como lavadoras y duchas, y servicios sociales y consejería. La vivienda permanente no se afectará, porque funciona a través de fondos federales distintos a los del Hogar.

“Lamentablemente teníamos que decidir qué servicios íbamos a cancelar, pero tampoco queríamos dejarle sin servicios a los participantes”, apuntó Cruz.

Las actividades para recaudar dinero no han dado abasto. La pandemia del COVID-19 y los terremotos que abatieron el sur también frenaron el flujo de donaciones hacia el albergue. Mientras, los fondos del gobierno, como municipales o del Departamento de la Familia, son reembolsables, por lo que el Centro tiene que costear todos los gastos para, luego, recibir el reintegro, algo que Cruz describió como “imposible”, máxime porque los desembolsos se aplazan significativamente.

Al momento, el único fondo asignado que tiene el albergue son donativos legislativos, los cuales “ya prácticamente lo hemos agotado”, dijo Cruz.

Es triste la situación de tener que tirar a personas a la calle, especialmente damas o personas con impedimentos. Es una situación difícil para mí, para mis empleados y, sobre todo, para los participantes, después de que los hemos sacado de la calle, convencidos para que se queden con nosotros para empezar los tratamientos de rehabilitación y no poder continuar dándole esos servicios ha sido una situación emocional bien fuerte para todos”, reiteró Cruz, maestro de educación física retirado que ha prestado de su tiempo voluntario al Centro desde el 2012.

Por cuanto el Centro ya no ofrecerá servicios nocturnos, las personas tendrán que ser trasladadas a albergues en Mayagüez y Caguas, por ser los municipios más “cercanos”, describió Cruz.

Según el más reciente Conteo de Personas Sin Hogar del Programa de Cuidado Continuo COC PR-503-Sur-Sureste del 2022, donde colabora la organización sin fines de lucro Coordinadora Moriviví para contabilizar a las personas sin hogar, había 1,024 personas sin hogar en municipios de la zona sur, central, este y oeste y las islas municipios de Vieques y Culebra.

“La problemática de los deambulantes no es de Cristo Pobre. Es un problema de la sociedad”, puntualizó.

Aunque Cruz y Videau Soler especificaron que los afectados sumaban a 34, la alcaldesa interina de Ponce, Marlese Sifre Rodríguez, se refirió a 23 cuando confirmó que se activaron los organismos municipales y estatales a buscar soluciones en respuesta a la crisis del hogar.

Llamado a colaborar

El público ha sido generoso hacia los participantes del Centro, confesó Cruz, pues se han prestado a donar comida y artículos de primera necesidad.

Más aún, hizo un llamado, especialmente al gobierno, “artistas, deportistas y empresarios” a donar dinero para así volver a operar el servicio nocturno, que tanto se necesita.

“En la medida en que podamos establecer nuestra situación económica volveríamos a dar los servicios, pero para eso necesitamos la ayuda de la ciudadanía y del gobierno. Nosotros lo que queremos es ayudar a resolver, darle compañía, tratar de rehabilitar, reconquistar, de darle una segundad oportunidad como todo el mundo se merece, pero para eso necesitamos la ayuda de todos, del pueblo”, resaltó.