Aunque todavía no hay una fecha segura, es inminente el comienzo de las obras de reparación en el puente Atirantado de Naranjito, que forzarán su cierre por varios meses, obligando a los conductores a usar rutas alternas para moverse entre esa zona de la montaña y el área metropolitana.

El Atirantado, un puente de singular y vistosa arquitectura, conecta a Naranjito con Toa Alta y Bayamón por la autopista PR-5, sobre las aguas del río La Plata, en una ruta mucho más rápida hacia varios municipios del centro montañoso.

Según explicó el alcalde de Naranjito, Orlando Ortiz Chevres, el contrato para los trabajos en el puente “ya fue firmado por (la Autoridad de) Carreteras (y Transportación) y lo que estamos esperando es la fecha certera, que debe estar ocurriendo en cualquier momento ahora en enero”.

“Pero antes de cerrarlo tienen que dar un aviso de cierre, para que ya la gente se vaya preparando”, agregó el ejecutivo municipal.

Explicó que “la ruta alterna va a ser la PR-167″, carretera que “se arregló como parte del proyecto, se reparó, se repavimentó y se tomaron las medidas de seguridad de la vía para recibir todo ese tránsito”.

Sin embargo, fue enfático en recordar al público que “una vez comience esa construcción, los dos carriles van a estar cerrados hasta que dure la construcción completa. No va haber paso ni de Naranjito hacia Bayamón, ni de Bayamón hacia Naranjito”.

Los conductores deberán usar rutas alternas, como la PR-167, por los meses que durarán los trabajos. En la foto, el alcalde de Naranjito,  Orlando Ortiz.
Los conductores deberán usar rutas alternas, como la PR-167, por los meses que durarán los trabajos. En la foto, el alcalde de Naranjito, Orlando Ortiz.

“El que vaya hacia Bayamón, los que vengan de Comerío hacia Bayamón, y viceversa, tendrán que tomar la PR-167, que es la antigua vía que había antes del puente”, agregó.

Ortiz Chevres comentó que ya hubo una reunión entre varios componentes para coordinar esfuerzos con respecto al manejo del tránsito, en particular en las horas pico de tráfico. Indicó que esa labor recaería principalmente en la Policía estatal, pero la policía municipal estaría lista para ofrecer el apoyo que sea necesario.

Aunque es claro que la rehabilitación del puente creará inconvenientes, el alcalde fue enfático en que se trata de “un sacrificio necesario” y auguró que, “cuando se culmine el proyecto vamos a tener los cuatro carriles disponibles; la iluminación va a estar cónsona con la arquitectura; todas las medidas de seguridad se van a estar corrigiendo; la losa, que es la mayor preocupación, las hondonadas esas se van a eliminar por completo, porque se va a tirar una capa nueva; y todas las medidas de seguridad que requiera el puente y el tramo”.

Sobre el punto de la iluminación, explicó que, “además de la iluminación que requiere el puente en términos del tránsito, estuvimos solicitando una iluminación que fuese un atractivo adicional, como estamos acostumbrados a ver en distintos puentes, que provoque cierto atractivo que la gente pues quiera venir a pasar por el mismo, y tenga otra experiencia adicional”.

Sin ajorar

En torno al tiempo que tomarán las obras, Ortiz Chevres explicó que, aunque el contrato es por un período de dos años, se hace así para poder contemplar posibles situaciones con las condiciones de tiempo o fenómenos climáticos. “Pero una vez comience la construcción, y esté día a día trabajando, bajo condiciones normales, pudiera terminar entre ocho a diez meses la construcción. Pero se le da una duración de dos años que tiene el contratista para terminar la obra”.

Comentó que la inversión “sobrepasa los $25 millones” y subrayó que “lo importante aquí es que no se trabaje a la ligera y no se cometa el mismo error que se cometió cuando se construyó, que por querer inaugurarlo a la ligera estamos pagando estos millones del erario adicionales”.

El puente atirantado, que lleva el nombre del primer legislador naranjiteño, Jesús Izcoa Moure, fue inaugurado en el 2008. Tiene 703 metros de longitud y está sostenido por dos torres en forma de diamante y 96 cables en forma de abanico. Fue construido a un costo de $31 millones.

Pero, ¿por qué la imponente estructura no resuelve el tapón diario entre Naranjito y Bayamón? En entrevista previa con este medio, el alcalde había establecido que el exgobernador Aníbal Acevedo Vila, en su afán por inaugurarlo, el contratista accede con la condición de que, posteriormente, no le reclamaran por las garantías, pues la obra “todavía estaba en ritmo de construcción”. En los reclamos por terminar la obra antes de tiempo, un obrero falleció. Además, llevó a inaugurar el puente con un fallo: las ondulaciones en el pavimento que crean vibraciones cuando el vehículo pasa y que, a su vez, provoca un desgaste acelerado de los 96 cables que le sostienen.

“Preferimos que, aunque se tome un tiempo adicional de lo previsto, pero que se haga bien hecho”, insistió. “Lo que no va a ocurrir aquí es que vamos a estar ajorando, metiendo prisa. Porque queremos que quede bien”.

“Tener un puente tan bonito como este, único en Puerto Rico, que esté limitado a un carril, pues no queremos eso. Queremos que, si ya se va a hacer la inversión, que al final de la construcción quede como debió haber estado al principio”, afirmó.

“Va a ser un sacrificio tal vez para los que transitamos por la vía. Pero no hay de otra. Hay que hacerlo. Si queremos que el puente esté en las condiciones que debe estar, pues tenemos que sacrificarnos ese tiempo para que tengamos el puente como debe ser”, insistió.

El alcalde de Naranjito recomendó al público mantenerse al tanto de los anuncios que se harán con respecto al cierre del puente y el tráfico a través de las rutas alternas, en particular la PR-167.

“Mi recomendación es que vayan preparándose, verificando las horas pico del tapón, y si eso requiere de madrugar un poco más, o salir un poco más tarde. Todo va a depender caso a caso, de dónde trabaja el ciudadano, hacia donde vaya”, comentó.

En cualquier caso, recordó que “antes de que se vaya a cerrar el puente va a haber un aviso, por lo menos de 15 días antes que comience la construcción, para que la gente se vaya preparando”.

Proyecto prioritario

De acuerdo con información suministrada por el Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP), los “trabajos de rehabilitación del puente Atirantando de Naranjito, cuyo acceso ha estado limitado a un carril en cada dirección desde hace unos años, para evitar accidentes”, son “parte de los proyectos prioritarios” de la administración del gobernador Pedro Pierluisi.

La agencia agregó que “los trabajos incluyen la reparación de la losa del puente y de sus vigas, la aplicación de hormigón y su protección mediante revestimiento protector, retensado y reparación del sistema de cables atirantados, y la reparación de la escalera de acero y de las escotillas de acceso, entre otros”.

Asimismo, “también se estará trabajando en la rehabilitación del pavimento existente en la carretera PR-5, entre los límites del proyecto”.

La comunicación del DTOP detalla que “los trabajos representan una inversión de $25,872,723, con fondos combinados de la Administración Federal de Carreteras (FHWA, por sus siglas en inglés) y la Autoridad de Carreteras y Transportación de Puerto Rico (ACT)”.

Agrega que “el proyecto deberá estar completado para el verano del 2024″.

Según DTOP, la rehabilitación del Atirantado “está a cargo de Ferrovial Construction PR, LLC”.

La comunicación de la agencia culmina destacando que “la rehabilitación del icónico puente beneficiará tanto a los residentes del pueblo de Naranjito, como a los de los pueblos cercanos que transitan por esa área. Además, hará más fácil el acceso para los visitantes del resto de la isla que suelen utilizar esa vía como parte del corredor gastronómico de Naranjito, por lo que tendrá un efecto positivo en la economía del sector”.