Fue el 7 de octubre de 1985, a las 3:00 de la mañana que una avalancha de lodo despertó a cientos de familias de la comunidad Mameyes en Ponce, dejando múltiples muertos a su paso. Este terrible acontecimiento permanece vivo en las mentes de familiares y amigos de los que perdieron su vida en la horrible tragedia.

El crujir de la madera de las casas, los gritos de la gente, las llamadas de alerta, los rescates de vecinos vivos atrapados en el lodo, así como las impresiones al ver cadáveres de adultos y niños siguen intactos en la memoria de rescatistas, periodistas, jefes de agencias y sobrevivientes que atestiguaron el impacto de un deslizamiento de terreno que en minutos sepultó a toda una comunidad, cobrando más de 100 vidas.

Cada año en Mameyes se celebra un acto ecuménico en recordación a las víctimas que quedaron allí sepultadas.