Carlos Rivera lleva 41 años laborando en la línea de producción de Tres Monjitas.

Desde hace poco más de un mes, el hombre trabaja un turno de 10 horas diarias para suplir toda la necesidad de leche fresca de la Isla, luego de que Suiza Dairy detuviera su producción en medio de un conflicto obrero-patronal que terminó en una demanda federal contra el gobierno y el cierre temporal de sus operaciones.

“Es mucho trabajo, pero hay que hacerlo y con orgullo, porque hay que mantener toda el área cubierta de leche fresca. Hay que hacer el trabajo para que todo el mundo tenga esa leche en su casa”, dijo sonriente el hombre, mientras vigilaba que el sistema que llenaba los medios galones de leche operara sin percances.

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Este aumento de horas de trabajo es uno de los cambios más trascendentales que ha tenido que poner en vigor la empresa Tres Monjitas para duplicar la producción de leche fresca de un millón de cuartillos semanales a dos millones de cuartillos. La medida ayuda a suplir el vacío que dejó Suiza Dairy desde que el pasado 11 de junio detuvo su operación de leche fresca en la planta procesadora de San Juan.

Recorrido por las instalaciones de Tres Monjitas en Hato Rey.
Recorrido por las instalaciones de Tres Monjitas en Hato Rey. (Ramon "Tonito" Zayas)

Toda la cadena de producción ha sufrido cambios en Tres Monjitas. Pero, la empresa ha logrado cumplir con la misión, en parte, porque había iniciado unos cambios internos previo y durante la pandemia, que ahora en el 2024 es que comienzan a reflejarse, relató el gerente de la empresa, Orlando González, durante una visita de Primera Hora a la fábrica.

Lo primero que contó González es que Tres Monjitas se estableció en Hato Rey en el 1918 y desde entonces “la ciudad ha crecido alrededor de ella”.

De inmediato, se le cuestionó si el reto actual provocaría la necesidad añadir más espacios para su producción y expandir operaciones. Pero, González lo rechazó.

“Creemos que tenemos la capacidad actualmente para satisfacer el mercado de la leche fresca”, afirmó.

“Ha sido un reto enfrentar la situación. Se ha podido lograr gracias a la colaboración de los empleados”, enfatizó.

El recorrido por Tres Monjitas inició en el nuevo sistema de enfriamiento con amonia, el cual entrará en periodos de pruebas el próximo 5 de agosto y se espera que esté en funciones para mediados de septiembre, comentó, por su parte, el director de operaciones de Tres Monjitas, el ingeniero Luis García.

Lo más importante del sistema, que costó $7 millones, es que tendrá redundancia y permitirá que en todo el proceso que realizan la leche se mantenga en una temperatura constante de entre 35 a 38 grados Fahrenheit. La medida, según revelaron los directivos, es esencial para mantener la calidad del producto.

González explicó que esta fue una de las obras que iniciaron en el 2019, previo a la pandemia. Sin embargo, los retrasos en la llegada del equipo han sido tales que no es hasta ahora que se pondría en funciones.

Recorrido por las instalaciones de Tres Monjitas en Hato Rey.
Recorrido por las instalaciones de Tres Monjitas en Hato Rey. (Ramon "Tonito" Zayas)

¿Cómo es la producción?

En la empresa, los camiones inician sus rutas de recogido de leche cruda por las vaquerías a las 4:00 a.m. Ya a las 8:30 a.m. comienzan a regresar con los tanques de 6,000 galones llenos.

González sostuvo que uno de los cambios que han realizado es que se han añadido alrededor de cuatro rutas de recogido. Es que ahora cuentan con 100 nuevos ganaderos a su lista para poder realizar la producción necesaria.

“Antes teníamos 90, ahora son entre 180 a 190 ganaderos” los que suplen la leche a Tres Monjitas, detalló.

Cada camión demora 30 minutos en descargar la leche cruda. Luego son limpiados para que salgan a recoger más leche. Pero, antes de conectarle una manga gruesa de color rojo para introducir la leche de los tanques del camión a los silos de la empresa, se analiza en un laboratorio que ese producto que llega esté a una temperatura menor de 45 grados, que no tenga niveles de bacterias por encima de lo normal y que no tenga antibióticos.

El análisis se realiza de las muestras tomadas en cada ganadería visitada por el camión, así como de la totalidad del producto, explicó el ingeniero.

“No se vacía nada hasta que no den el visto bueno del laboratorio. La calidad empieza en la leche cruda, si no es de calidad, el resultado final no es el mejor”, manifestó García.

Una vez esa leche cruda comienza a entrar a la empresa, se pasa por un filtro para eliminar cualquier sedimento y se enfría entre 35 a 38 grados. Luego, se acumula en los silos o tanques en los que se mantiene la leche fría.

“Mientras más fría esté, menos desarrollo de bacterias en el producto… Así garantizamos la durabilidad, la calidad”, indicó.

La misión de la empresa es que esta leche que reciben cada día sea pasteurizada y empacada en un periodo de 24 a 48 horas. García estableció que la regulación de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, en inglés) lo que impone es que sea de 72 horas.

Recorrido por las instalaciones de Tres Monjitas en Hato Rey.
Recorrido por las instalaciones de Tres Monjitas en Hato Rey. (Ramon "Tonito" Zayas)

Es a través de tuberías que esta leche cruda que ya fue analizada, filtrada y enfriada se mueve hacia los cuartos de pasteurización. El proceso se realiza al calentar la leche.

La leche fresca, para ser pasteurizada, pasa por un proceso llamado High Temperature Short Time (HTST). En el mismo se utiliza vapor para calentar la leche por unos breves segundos. En Tres Monjitas la leche es calentada a 168 grados por 16 segundos.

García alegó que su proceso hace que la leche dure entre 21 a 22 días, aunque por regulación deben poner la fecha de expiración a 16 días de haber sido procesada.

Detalló que si van a producir leche ultrapasteurizada (UHT) la misma se calienta a 283 grados por uno o dos segundos. Esta leche se vende sin refrigerar y tiene una fecha de uso de hasta un año.

Mientras, para hacer la leche fresca de larga vida, conocida por la empresa como leche Dura, el preciado líquido se pasa por un tanque especial en la que se separa en gotas pequeñas y se calienta unos cinco a 10 grados adicionales. El proceso provoca que la leche fresca dure entre 45 a 60 días, explicó García.

Tras la pasteurización, la leche vuelve a enfriarse a una temperatura entre 35 a 38 grados. Además, se le añade vitamina A y D, los únicos aditivos permitidos por la FDA para tener leche grado A, aseguró González.

El paso que le sigue es separar la leche pasteurizada. Una parte queda para ser vendida como leche entera o con grasa. Además, se produce leche descremada o sin grasa, así como la baja en grasa de 1% y 2%.

Con la grasa que se saca de la leche, producen “oro blanco” o crema de leche. La misma se utiliza para producir mantecados, contó el director de operaciones.

¿Y el empaque?

Todos estos tipos de leche son guardados en silos en los que se mantiene la temperatura ideal.

Es a través de tuberías que la leche pasa a otro segmento de la empresa en la que se envasa en plásticos o cartón, luego se acomodan en canastas y ya están listas para ser distribuidas a los comercios.

El gerente de Tres Monjitas explicó que la máquina de llenado que utilizan es nueva. Comenzó en funciones hace cinco meses como parte de las modernizaciones que estaba programada para la época de la pandemia y se retrasó. Todavía no opera a toda su capacidad, que es llenar 185 galones por minuto. Esto se debe a que falta por instalar una segunda máquina de etiquetado y que coloca el producto en la típica cesta azul de la empresa.

La que tienen instalada en la actualidad, que también es nueva, sólo permite etiquetar y colocar en cesta unos 120 galones por minuto.

Cuando se ponga en función la nueva máquina, que se espera sea lo más pronto posible, “nos va a dar mayor capacidad de producción”, afirmó García.

En este paso de envasar, Tres Monjitas coloca el 48% de su producción en recipientes plásticos de 120 onzas, que es el mal llamado galón. Otro 49% es colocado en medios galones y 3% se envasa en cuartillos, así como unidades de ocho y 14 onzas.

Otro retraso que tuvo la empresa fue en la llegada de camiones refrigerantes en los que se colocan estas cestas para ser distribuidas en comercios de toda la Isla. Aunque habían hecho órdenes de 10 camiones en el 2022, otros 10 en el 2023 y otros 10 camiones este año, ahora es que han comenzado a llegar los vehículos nuevos.

La idea, contó González, era sacar de operaciones los camiones de más años y sustituirlos por las nuevas unidades. Pero, ante el aumento de producción de leche fresca que han tenido que asumir, “ahora vamos a mantener la flota de camiones nuevos y viejos” para poder distribuir toda la leche a través de la Isla.

En todo este proceso, Tres Monjitas ha tenido que aumentar de 70 a 100 las rutas de distribución de leche y hacer que los empleados trabajan el doble de lo que hacían antes. González aceptó que, por ello, han establecido dos turnos y medio de 10 horas diarias. El turno que se trabaja a mitad de la capacidad lo utilizan para la limpieza requerida de tanques y tuberías, dijo.

Recorrido por las instalaciones de Tres Monjitas en Hato Rey.
Recorrido por las instalaciones de Tres Monjitas en Hato Rey. (Ramon "Tonito" Zayas)

Buscan regresar a ocho horas de trabajo

Para lograr disminuir las horas de labores a sus empleados, Tres Monjitas contrata en la actualidad a nuevos recursos. Específicamente, ya han adquirido a tiempo completo a 50 empleados cesanteados por Suiza Dairy.

“En leche cruda tenemos empleados recientes de ellos. Tenemos empleados, de hecho, en administración. Tenemos empleados que estamos en gestión de contratarles en distribución. Tenemos empleados de ellos que ya llegaron y que están siendo adiestrados en nuestro sistema y en nuestra ruta”, precisó el gerente de la empresa.

Son empleados que llegaron para quedarse y vamos a necesitar contratar más empleados. O sea, estamos pasando por el proceso de entrevista, de recibir los resumés, de pasar por todo el proceso, no tan solo de Suiza, de cualquier otra persona que recibamos, pasan por el mismo proceso. Obviamente, el personal de nuestra competencia tiene la ventaja de que ya tiene una experiencia. Por ejemplo, los mecánicos llegan, como conocen los tipos de equipos, funcionan casi de inmediato. Pero, tenemos personal, empleados y exempleados de Suiza en, básicamente, todas las áreas y son excelentes recursos”, añadió.

La meta de esta contratación es que empleados como Rivera no tengan que hacer turnos de 10 horas diarias para poder cumplir con la producción de leche fresca que necesita toda la Isla y la distribución del alimento en todos los comercios.

“Ya pronto vamos a volver otra vez a las ocho horas de trabajo. Las rutas, estamos abriendo rutas, eso significa que vamos a sacar algunos clientes de cada ruta para que sea más viable para ellos (los distribuidores de leche en los comercios). Estamos encaminados. Pero, es un proceso y no va ni siquiera un mes de que esto ha pasado. Nos sentimos bien satisfechos con lo que hemos podido hacer hasta ahora… Te aseguro que, posiblemente, en un tiempo muy corto vamos a poder estar mucho más cómodos, nuestros trabajadores van a estar más cómodos también y todo va a correr muy normal”, enfatizó González.

La buena noticia es que, pese a la inestabilidad que enfrenta la industria lechera desde junio pasado, no se ha registrado una disminución en el consumo de leche fresca, dijo el gerente.

De paso, aceptó que todavía no llegan a algunos cafetines o colmados pequeños de áreas remotas, principalmente en la zona oeste. Sin embargo, opinó que los consumidores se han movido a otros comercios, principalmente los supermercados, para comprar el producto y no han dejado de consumirla.

“Los puertorriqueños están bien servidos, tienen la mejor alternativa para llevar a su casa y le aseguramos que la calidad de la leche que está consumiendo es de la más alta de los Estados Unidos”, concluyó González.