Para mediados del siglo pasado, el casco urbano de Río Piedras llegó a ser uno de los centros más importantes de la economía y el comercio de Puerto Rico. Particularmente, la zona del Paseo de Diego, donde estaban la Plaza del Mercado y un sinnúmero de tiendas y comercios, era un área en la que coincidían a diario miles de personas.

Mira aquí el especial: Río Piedras: del recuerdo a la realidad

Para las décadas de 1950 y 1960, el casco urbano disfrutó de su mayor esplendor, a pesar de que en 1951 San Juan consiguió anexar el municipio de Río Piedras para contar con áreas hacia donde expandirse.

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“Río Piedras fue el principal centro comercial de Puerto Rico. Además, era el centro multimodal de transportación, donde llegaban muchas rutas de transportación colectiva tanto privadas como del sistema público de transportación, la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA). Y además era el principal centro universitario de Puerto Rico, no solo porque está el Recinto de Río Piedras de la UPR (Universidad de Puerto Rico), sino también porque allí se establecieron otros institutos de educación superior”, comentó José “Tato” Rivera Santana, planificador y coordinador del Fideicomiso para el Desarrollo de Río Piedras.

“Eso llevó a que Río Piedras tuviera unas características de centralidad, no solo en términos económicos y comerciales, sino en términos de actividad social y cultural. Estaba lleno de teatros Río Piedras en esa época”, agregó.

Sin embargo, para la década de 1970 se dieron cambios importantes a nivel socioeconómico en la Isla. Entre otras cosas, “se fue desalentando fortalecer los centros urbanos y, por el contrario, se estimuló la construcción de grandes centros comerciales fuera de los centros urbanos tradicionales, privilegiando esa modalidad de actividad comercial”.

El planificador José Rivera Santana, coordinador del Fideicomiso para el desarrollo de Río Piedras (a la derecha junto a Mercdedes  Rivera, directora ejecutiva de Cauce), explicó que Río Piedras desarrolló unas características de centralidad en términos económicos, comerciales, educativos y de actividad social y cultural.
El planificador José Rivera Santana, coordinador del Fideicomiso para el desarrollo de Río Piedras (a la derecha junto a Mercdedes Rivera, directora ejecutiva de Cauce), explicó que Río Piedras desarrolló unas características de centralidad en términos económicos, comerciales, educativos y de actividad social y cultural. (VANESSA SERRA DIAZ)

Esa práctica, “operó en contra de los centros urbanos tradicionales de Puerto Rico”, incluyendo a Río Piedras, “que fueron perdiendo vitalidad y sus características de actividad comercial, social, económica en general se fue erosionando”.

Al mismo tiempo iba aumentando el uso de vehículos privados, que también atentaba contra los centros urbanos. Río Piedras intentó contrarrestar el efecto negativo con la construcción de un gran estacionamiento subterráneo y el centro comercial Plaza De Diego y, aunque para la década de 1980, todavía el Paseo de Diego era un lugar de bastante actividad, continuaban las señales de deterioro.

Asimismo, “se establecieron políticas del gobierno, en las que los servicios a la comunidad, que en muchas ocasiones se servían en las oficinas del gobierno en Río Piedras, se trasladaron fuera de Río Piedras. Son elementos y factores que operaron para que se diera el proceso de despoblamiento de Río Piedras y en ese sentido también de deterioro del centro urbano”, comentó el planificador.

Para noviembre de 1996 ocurrió la explosión de la tienda Humberto Vidal, que dejó 33 muertos, 69 heridos y cuantiosos daños materiales, y aceleró el deterioro de la zona comercial del centro urbano de Río Piedras.

El 21 de noviembre de 1996, un escape de gas provocó una intensa explosión en la tienda Humberto Vidal, cuya onda expansiva afectó los comercios a su alrededor.
El 21 de noviembre de 1996, un escape de gas provocó una intensa explosión en la tienda Humberto Vidal, cuya onda expansiva afectó los comercios a su alrededor. (Archivo)

Poco después llegaron a Río Piedras las obras de construcción del Tren Urbano, que se extendieron por varios años hasta principios de la década del 2000, y también hubo “otras intervenciones” para mejorar la infraestructura, “pero, dentro de un proceso mal planificado, afectaron el comercio de Río Piedras y afectaron que los consumidores y en general los que les interesaba llegar a Río Piedras pudieran llegar”.

Rivera agregó que también “hubo cambios en las características de la población universitaria que llegaba al Recinto de Río Piedras de la UPR. Hubo unos cambios socioeconómicos en esa población. Antes, la población universitaria vivía en el recinto, vivía en Río Piedras, hacía su vida no solo en el recinto, sino en las calles de Río Piedras. Eso también cambió y modificó entonces muchos de los elementos que formaban parte de que se mantuviera Río Piedras con esa vitalidad”.

No obstante, asegura que Río Piedras ha navegado a través de todos esos retos, y “siempre mantuvo una actividad comercial, y mantuvo una actividad residencial y actividades sociales, culturales y recreativas. Lo que pasa es que no tuvieron el alcance y la magnitud que tuvo previamente”. Añadió que “ese factor de que se haya mantenido lo que nos indica es que tenemos la base para saltar nuevamente a una etapa de rehabilitación y desarrollo de Río Piedras”.

Sostuvo que Río Piedras cuenta todavía con “unos elementos importantísimos”, como son el recinto de la UPR y otras instituciones educativas, las dos estaciones del Tren Urbano, una infraestructura de estacionamiento suficiente para recibir la clientela que llegue a Río Piedras, así como unas instituciones comunitarias “fortalecidas y activas” como la Junta Comunitaria del Casco Urbano de Río Piedras y Cauce (Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial de Río Piedras), así como el Fideicomiso para el Desarrollo de Río Piedras, “que tiene como misión principal tener propiedades, adquirir propiedades en desuso, rehabilitarlas y convertirlas a los distintos usos que debiéramos aspirar que estas estructuras tengan, culturales, comerciales, educativos, residenciales”, entre otros.

Igualmente, cuentan con la Ley 75, “que está vigente”, si bien “no se ha podido promocionar correctamente” y que “contiene una serie de incentivos económicos, de créditos contributivos y de exenciones contributivas para que aquellas actividades comerciales y económicas que se quieran establecer en Río Piedras reciban estos beneficios”.

Una comunidad integrada

El Fideicomiso, de hecho, “nace de las enmiendas que se hicieron en 2016 a la Ley 75, que surgieron de peticiones de la comunidad”, explicó su presidenta, Cristina Miranda Palacios.

Aclaró que la Ley 75 no incluye a todo el territorio de lo que fue alguna vez el municipio de Río Piedras, sino que se limita a ocho comunidades que componen el Distrito Especial de Río Piedras: el Centro urbano, Capetillo, Buen Consejo, Venezuela, Santa Rita, García Ubarri, Blondet y Mora.

“Nuestra labor es desarrollar a Río Piedras en los diferentes ámbitos: social, comunitario, económico, educativo, vivienda, etcétera”, comentó. “Río Piedras vive, es una comunidad vibrante, con comercios activos. El problema es que la percepción se ha convertido en la realidad para muchas personas de que Río Piedras está muerto. Obviamente, el Paseo De Diego no se experimenta y no es lo mismo que era cuando yo estaba estudiando en Río Piedras en la elemental, que venía con mi abuela y estaba todo bien lleno, bien vibrante. Pero eso no es único a Río Piedras. Hay mucho espacio para mejorar, mucho local vacío, pero eso pasa también en los centros comerciales y la gente sigue yendo. Y la diferencia es que nosotros tenemos unas iniciativas especiales para apalancar ese desarrollo”.

Desde el alcalde de San Juan, Miguel Romero, a comerciantes y miembros de la comunidad riopedrenses se expresan sobre la situación actual del que fue el municipio más próspero de Puerto Rico.

La reverenda Laura Ayala Álvarez, pastora de la Primera Iglesia Bautista de Río Piedras y miembro de la Junta Comunitaria representando al sector religioso, resalta del Río Piedras de estos últimos años, “unos elementos de solidaridad y hermandad” que se manifestaron de manera particular luego del paso del huracán María, así como “un comercio muy resiliente”, que a pesar de los retos que ha tenido la economía del país, están “comprometidos con Río Piedras, llevan muchos años en la ciudad y que quieren seguir aquí”.

“Pero también hemos visto mucho comercio emergente, jóvenes que creen en Río Piedras, que quieren y desean desarrollar sus negocios aquí. Y estamos muy contentos con esa realidad de nuevos vecinos que se integran a las comunidades, a los diferentes sectores, al sector religioso, al sector residencial, al estudiantil, para que Río Piedras siga vibrando”, agregó.

Resaltó también que, contrario a la percepción de algunas personas, lo que ocurre en Río Piedras “en términos de criminalidad, no es mayor a lo que existe en otros contextos urbanos, tanto en Puerto Rico como en los Estados Unidos. De hecho, el precinto nuestro, el precinto de la Policía estatal 162, salió como precinto del año por las iniciativas que se han estado llevando a cabo y cómo ha habido una reducción en los delitos mayores”.

Por su parte, Mercedes Rivera, directora ejecutiva de Cauce, una oficina adscrita a la oficina del rector del Recinto de Río Piedras de la UPR, resaltó el rol histórico de la Universidad y su integración a Río Piedras.

“Actualmente, el Recinto de Río Piedras tiene muchísima injerencia en todo lo que va sucediendo en Río Piedras a través de nuestro centro, porque nuestro centro es uno de prácticas profesionales, por lo tanto, carreras que requieren internado, prácticas presenciales, contacto con el sector urbano, con el sector residencial, con el sector comercial, tienen esa experiencia a través del centro Cauce aquí, en todos los espacios de la comunidad”, comentó.

Explicó que Cauce colabora con las organizaciones comunitarias, con el desarrollo de propuestas, y a la vez ofrece servicios directos, con recursos de la Universidad, sea estudiantes contratados bajo el programa de estudio y trabajo, o estudiantes voluntarios.

Resaltó, entre otros, la labor de estudiantes de práctica en trabajo social, estudiantes y profesores de la facultad de Educación, de la facultad de Arquitectura y la Escuela de Planificación, de la Escuela de Derecho y su programa pro bono. Asimismo, mencionó diversos programas que mantienen actualmente, como el de alfabetización de adultos, de apoyo a académico a estudiantes de escuelas públicas y privadas residentes de la comunidad, de enseñanza del deporte de tenis a niños y niñas de la comunidad, de microempresas de jóvenes, entre otros.

Entretanto, en estos momentos, en el área del Paseo de Diego está en construcción un complejo de 94 apartamentos para personas “de recursos mixtos”, y existen otras estructuras, como el antiguo colegio e iglesia La Milagrosa, que “es un complejo de 11 edificios en un espacio aproximado de tres cuerdas de terreno” con un “gran potencial” para desarrollar “múltiples usos. Puede haber usos residenciales combinados con usos comerciales, con usos recreativos, con usos culturales y con una gama de otra serie de servicios”.

Los últimos sábados de cada mes, se celebran los “sábados de mercados”, y toda esa área “se llena de carpas con ofertas de todo tipo, comida, artesanías, ropa, y con precios competitivos”.

“Se puede lograr parte de eso (del esplendor de antaño). Y de las cosas que tenemos que pensar en Río Piedras es que no necesariamente la rehabilitación va a implicar que reproduzcamos lo que había antes. Puede haber otras actividades. Lo que sí va a pasar es que va a haber actividad en el Paseo De Diego”, aseguró el planificador Rivera. “Si es comercial principalmente, o si es una mezcla, pues yo creo que va a ser más por lo segundo. Va a haber una mezcla de actividades en el Paseo De Diego y en el centro urbano de Río Piedras en términos generales. Va a haber actividades comerciales, actividades educativas, usos residenciales y recreativos, e incluso de contemplación y espacio público para sentarse a recibir la brisa y tomarse un café. Esa mezcla de uso es lo que vislumbramos debe ocurrir y sustituya lo que antes había en el Paseo De Diego y otras áreas de Río Piedras”.