Todos somos Lloréns
El arrabal Vieques dio paso al caserío Luis Lloréns Torres inaugurado en 1953.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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Rescatar la historia del residencial más grande de Puerto Rico y el Caribe era una necesidad imperiosa para los miembros de una comunidad ascendente a unos 30,000 vecinos, más habitantes que en algunos municipios de la Isla.
La búsqueda les reveló piezas del rompecabezas que buscan completar para saber hacia dónde van como colectivo.
Ya sabían que su comunidad es semillero de deportistas, periodistas, cantantes, músicos, actores, comediantes, entre otros profesionales, y que el caserío no sólo se debe destacar por el problema de trasiego de drogas que protagoniza una minoría.
Por eso, líderes del residencial Luis Lloréns Torres lograron un acuerdo colaborativo con la organización sin fines de lucro Sancocho Cristiano para conocer la historia del famoso complejo de vivienda público.
“Los residentes plantearon que no era posible solucionar la violencia escolar y atender un plan de reciclaje si no sabían su esencia, quiénes eran ellos”, destacó uno de los líderes del grupo, José G. Morales Quiñones.
Descubrieron que su historia se remonta al 27 de julio de 1953 cuando la entonces Autoridad Municipal Sobre Hogares de San Juan y el Gobierno inauguraron el caserío que lleva el nombre del poeta Luis Lloréns Torres, considerado una de las figuras cumbres de la literatura puertorriqueña.
Aquel día, el entonces senador Ernesto Juan Fonfrías destacó que el nombre fue elegido “porque deseamos que 12,000 personas que habrán de vivir aquí, día y noche, estén pronunciando el nombre de nuestro augusto poeta”, cita un artículo del desaparecido periódico El Mundo.
El lugar ocupaba 90 cuerdas de terreno para 140 edificios de tres y cuatro plantas y 2,610 apartamentos. El costo de construcción sumó $14,500.
Ahora los residentes tienen más herramientas para decir Yo soy Lloréns, tema del proyecto colaborativo que buscó subrayar la identidad de los residentes con la ayuda de su historia y talleres artísticos con niños, niñas y jóvenes de la comunidad de escasos recursos económicos que, a diario, es vista por residentes y visitantes de Puerto Rico que conducen a lo largo de la avenida Baldorioty de Castro en San Juan.
No obstante, Morales Quiñones, junto con otros jóvenes, como José B. Márquez, Melissa Negrón, Cristina Lopresti y Natalia Nevárez, entre otros, destacó que “buscando el micro te sorprendes de que en el macro todos somos iguales”.
En el proceso, Morales Quiñones descubrió que “hallando la historia de ellos, encontré los puntos de partida de mis raíces, de dónde provengo”.
El recuento histórico, acompañado de relatos vivenciales de 20 residentes, fue recopilado en un documental dado a conocer durante el cierre del proyecto Yo soy Lloréns hace unos días, luego de encuentros sabatinos iniciados a principios de enero.
Sancocho Cristiano es un grupo integrado por jóvenes y adultos de diez denominaciones cristianas. Para más información sobre esta entidad, llame al (787) 307-4380 o al (787) 512-0000.