“Todos sabíamos que eso iba a empeorar”: deslizamiento en Caguas amenaza comunidad
El derrumbe socavó un carril de la PR-172, mientras la Autoridad de Carreteras intenta encontrar una solución
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Caguas. Un estruendo alertó al cagüeño Víctor Carrasquillo, Y es que, en el patio de su casa que ubica en el barrio Cañaboncito, en Caguas, cayó un gigantesco peñón, producto del deslizamiento de una parte del carril de la carretera PR-172, vía en la que transcurren cientos de carros y camiones diariamente hacia Cidra.
“Aquí todos sabíamos que eso iba a empeorar”, comentó Carrasquillo, quien por la pasada década ha residido con su hijo en el área. “Es que eso se veía. Mira, a mí me llegó una piedra aquí. Un peñón de esos gigantes, me llegó acá”, agregó mostrando con sus manos dónde cayó la piedra, así como su tamaño, asegurando que casi le llegaba a la altura de su rodilla.
El incidente, que ha generado consternación en las redes sociales, ocurrió hace aproximadamente un mes, aseguraron los residentes que conversaron con Primera Hora.
El génesis fue cuando un tubo subterráneo saturó el suelo a tal punto que la carretera, justamente en el kilómetro 22.3, cedió, aunque desde mucho antes, la tierra se estaba desprendiendo.
“Hubo un salidero ahí de ocho pulgadas y estuvo tirando (agua) como si fuera un río y lo empeoró todo”, recontó Geraldo Rivera Fontanés, quien recordó que esta no es la primera vez que ocurre algo similar, ya que un derrumbe así ocurrió hace 30 años.
“Eso empezó hace tiempo con un tubo roto de (la Autoridad de) Acueductos (y Alcantarillados) que, aparentemente, el tubo se rompió con el mismo deslizamiento de tierra. Una vez ese tubo se rompió, ahí empezaron los deslizamientos. Eso continuó deslizando, la carretera se empezó a ir, había un poste de luz se cayó. LUMA (Energy) vino y lo removió. Pero, eso ha empeorado con la construcción. Eso está cediendo. Eso está peor”, coincidió Carrasquillo.
Precisamente, los más afectados del área son Carrasquillo y Rivera Fontanés, pues viven al pie del deslizamiento. Incluso, Rivera Fontanés, quien construyó su casa aledaña a la carretera en el 1975, es dueño de 3,200 metros de terreno en el área donde ocurrió el derrumbe, por lo que sus esperanzas por vender esa tierra se han paralizado indefinidamente. Además, tiene seis cebús y varias gallinas y gallos en el área, que tendrá que trasladar a otros terrenos en Cidra para su protección, lo que se ha convertido en su preocupación mayor.
“A mí personalmente me ha afectado, porque yo tengo unos animalitos ahí y, entonces, eso se ha ido, sobre el peso de las piedras, se ha ido desplazando para atrás el terreno”, dijo Rivera Fontanés al confiar que al menos su casa está fuera de peligro, aunque “todavía no puedo cantar victoria”.
Rivera Fontanés narró que, cuando primero se mudó al área, lo que había detrás de donde hoy cedió la tierra eran colinas. Presuntamente, se movió tierra suelta para rellenarlo y, sucesivamente, construir la carretera. Acorde a Rivera Fontanés, esta es la razón por la que siempre es susceptible a deslizarse.
A esto se suma “otro problemita”, apuntó Carrasquillo: la congestión vehicular en las horas picos debido a que el tránsito que viaja hacia Cidra solo tiene un carril por dónde transitar.
“Pasan diario más de 500 (carros). Tienen que arreglar la salida”, opinó Rivera Fontanés.
La empresa Obratec Contratista General, Inc., contratada por la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT), es la compañía encargada de las reparaciones que se llevan a cabo en el área.
El contrato fue por la cantidad de $2,387,331.15 y fue otorgado el 31 de marzo.
El dinero fue sufragado con fondos federales no especificados. El convenio ha estado vigente del 11 de abril al 2 de octubre de 2026 para “construcción y reparación de vías públicas” para “carreteras, caminos, calles y puentes”.
Tanto Carrasquillo como Rivera Fontanés afirmaron que la comunidad está a ciegas ante las decisiones que tomará la ACT sobre qué harán y cómo manejarán la emergencia. Cualquier información que tienen es porque ellos mismos han llamado a Obratec.
“No se ha presentado para nada. Yo me enteré que era la Autoridad de Carreteras (la agencia encargada) por ellos (Obratec)”, expresó Carrasquillo subrayando que está siempre en alerta por si se desprenden más peñones hacia su casa.
“A mí, que soy el más que está perjudicado, ni han venido por aquí a decirme si me van a compensar”, puntualizó, por su parte, Rivera Fontanés, al reiterar el peligro que representa para sus animales”.
Reacciona la ACT
A través de declaraciones escritas, la ACT especificó que el proyecto de “mitigación de deslizamientos” originalmente comenzó el 27 de enero. El deslizamiento ocurrido recientemente aplazó la obra y “se inició un estudio para monitorear el asentamiento del terreno en la zona afectada”.
“Las labores iniciales incluyeron movimiento de tierra, excavación para la construcción de un muro de contención, escarificación y depósito de asfalto, marcado de pavimento e instalación de vallas de seguridad, entre otros trabajos”, detalló sobre los trabajos iniciales.
“Durante el desarrollo de la obra, se registró un nuevo deslizamiento, lo que obligó a detener los trabajos y realizar estudios adicionales. Como parte de la evaluación, el pasado 18 de marzo se inició un estudio para monitorear el asentamiento del terreno en la zona afectada”, explicó.
Mientras se elabora el análisis, “el proyecto se encuentra en espera del informe y las recomendaciones del ingeniero geotécnico a cargo, y se trabaja en el diseño de una medida de contención”.
“Asimismo, el contratista se ha movilizado para restablecer las medidas de seguridad y proteger el área de rodaje, garantizando así la seguridad de los conductores que transitan por la zona”, añadió.