Todavía queda mucho trabajo por hacer en el socavón en Naranjito
La tierra aledaña a la PR-5 se derrumbó tras un episodio de fuertes lluvias en el 2023.
PUBLICIDAD
Naranjito. Las obras para, finalmente, reparar la tubería subterránea que provocó un enorme socavón adyacente a la PR-5 en este municipio de la montaña, podrían culminar a mediados de 2026, pronosticó tanto el alcalde Orlando Ortiz Chevres, así como la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT).
“Esto puede tardar alrededor de un año más, aproximadamente, que no haya complicaciones”, dijo el funcionario a Primera Hora.
La agencia coincidió con el mandatario al especificar a este diario en declaraciones escritas que “se estima esté completado para mediados del 2026″.
Relacionadas
“La Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT) continúa trabajando con el socavón de la PR-5 en Naranjito, causado por las torrenciales lluvias que colapsaron las troncales pluviales subterráneas. Los trabajos de esta complicada operación, que incluye la expropiación de terrenos para acceder a las áreas afectadas, siguen su curso”, aseguró la agencia.
Y es que no es tan simple ponerle punto final a la emergencia, que ocurrió en abril de 2023 tras un episodio de lluvias copiosas.
“Esto no es a lo loco. Esto ha requerido diseño de ingenieros, de hidrólogos. Esto ha sido una planificación. La garantía es que lo vamos a hacer bien, cogemos el tiempo que sea a terminarlo, tener un final feliz para que no nos ocurra lo que nos pasó en el puente Atirantado que, por la prisa, años después, tuvimos que cerrarlo”, resaltó Ortiz Chevres haciendo alusión a la inauguración temprana del puente, a pesar de serios defectos en su construcción.
![](https://www.primerahora.com/resizer/v2/U43TXMO4TBF37ICEDUWPHPFHB4.jpg?auth=039b80ebcd9eec5432c892a9a7f5498a11ebdd74e30a1dc5728bf2e1097b69be&quality=75&width=2560&smart=true)
A finales de abril de 2023, un aguacero ocasionó que, finalmente, un tubo que cruzaba por debajo de la carretera PR-5 cediera y que la tierra, particularmente las vías de tránsito de Bayamón hacia Naranjito, socavaran.
“El tubo con (el huracán) María (en el 2017) estaba cediendo. Con esas lluvias (de abril de 2023), se tapó la salida de agua. El agua no tenía para dónde salir y, entonces, es ‘back flow’ comenzó a crear una represa. Se formó una represa y, como seguía lloviendo, pues el agua no tenía manera de salir y ahí fue que se hundió”, relató Ortiz Chevres
Esto provocó que varios ciudadanos que vivían en los alrededores se quedaran incomunicados.
“Yo lo llamo un cenote. Aquí se formó un cenote”, manifestó.
Por esto, se continúa arreglando tubería subterránea para garantizar un flujo constante de agua desde el socavón hasta el río Guadiana y evitar esta acumulación de agua en los alrededores de la carretera y barrios.
“Desde el día uno, aquí se tuvo que montar bombas para extraer el agua y desviarla hacia las áreas pluviales para que se conecten a otro lado porque no estaba fluyendo el agua. Si fuese solamente agua de lluvia, pues está bien, pero no, se complica la situación, porque tenemos una quebrada que, precisamente, conecta con esta área. Siempre estamos teniendo flujo de agua que no estaba saliendo, por eso se ha tenido que estar extrayendo agua a través de bombeo”, detalló resaltando que los trabajadores tienen que mover tierra a mano por la inmensa profundidad del socavón.
El alcalde mencionó, además, que la situación se complica aún más, pues, de las seis familias que residían en el sector La Marina y cuyas vidas corrían peligro, dos aún no han encontrado lugar para reubicarse, pese a que tienen vales aprobados por el Departamento de la Vivienda de “casi $200,000 aproximadamente entre una y la otra”.
“Las (familias) que se lograron mover, se quedaron en Naranjito. Compraron casa en otro barrio. Hay otras que han buscado casa fuera de Naranjito, pero están trabajando con la documentación, con las escrituras y, por eso, se ha tardado”, comentó.
Aunque el alcalde estimó que el socavón es de 70 pies, ACT aseguró que “actualmente se está trabajando a más de 30 pies de profundidad, limpiando las tuberías de hasta 96 pulgadas, para controlar la inundación y rehabilitarlas, para luego reestablecer el tránsito en la zona”.
Brigadas de la compañía CJO Construction Corp., contratista de la ACT, son las que laboran en turnos de 7:00 a.m. a 8:00 p.m. El proyecto tiene un presupuesto de $12.5 millones.
“Mi mayor preocupación era que se me fueran los otros dos carriles, que nos quedáramos incomunicados. Entonces, ahí íbamos a tener un problema, porque el tránsito se tenía que mover al área urbana y volveríamos a los tiempos de antes de nuestro pueblo. Así que, esa era, para mí, la mayor prioridad. Gracias a Dios, se logró controlar a tiempo”, expresó Ortiz Chevres.
A sus constituyentes, el alcalde les recordó que “hay seres humanos trabajando allá bajo” en el socavón y su seguridad es primordial. También, reiteró que el trabajo se hará “bien” para evitar futuras emergencias.