Observa desde una esquina, discretamente, para ver si identifica al trabajador social a cargo de tramitar su petición de traslado del caserío.

No quiso identificarse y mucho menos retratarse. Solo buscaba al “señor  Francisco” entre los trabajadores sociales reunidos ayer en el centro comunal del complejo de viviendas Monte Hatillo en Río Piedras, donde recibían orientación de las diversas agencias que se dedicaban a  “identificar sus necesidades”.

¿Por qué?

El revolú le impide concentrarse en su material de  la escuela. Pero no me voy para fuera. Yo no abandono mi país.

La gente está  nerviosa...

Bueno, con todos esos tiroteos.

¿Hay mucha tensión?

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Hoy está tranquilo y otros días horrible. Las balas... ¿ Entiende? Todo es las balas. Un día de esos difíciles tenemos que estar en el pasillo y en el piso de la cocina.

“Monte Hatillo es un amor.  Pero estos incidentes provocan que uno se vaya. Se desilusione. Uno lo que espera es tranquilidad. Como ahora que está tranquilo porque están los guardias. Rogándole a Dios que no saquen los guardias y se formé otro titingó”, dijo la mujer que reside hace 39  años en el lugar.

Este miedo se reflejaba ayer en esta comunidad.  No había un alma  fuera de sus casas.

“Espacios de paz”

Gabriel Lopez Arrieta, administrador de Vivienda Pública,  expuso  que  iniciaron  un plan  en el que integran a los trabajadores sociales de todos  los caseríos, incluyendo los nueve aledaños a la avenida 65 de Infantería.

“Sabemos que hay un asunto de temor con la comunidad que se va a trabajar con Assmca y que vamos a crear unos espacios de paz”,  precisó.

“Tenemos unos residentes identificados que quieren traslados. Eso requiere identificar espacios en otros residenciales públicos”,  acotó.

¿Cuántos son?

Hay como tres solicitando.

¿Y si quieren irse todos?

Si hay un mayor número de residentes, vamos identificando  la necesidad y viendo la disponibilidad de las vacantes que tenemos.

“Vamos a seguir identificando otras necesidades. Puede haber familias  que tengan temor de llevar a sus hijos a la escuela;   temor de salir al parque recreativo; o muchos, de salir a la calle o de su residencia. Vamos a tener una comunidad segura”, afirmó.

En tanto, Julia Delgado, de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca), señaló que se le dijo a los trabajadores sociales que hay que sacar de las agendas todo lo que  ya se sabe que no funciona    e incorporar nuevas estrategias de prevención.

“Hay que  descartar esa modalidad de meter miedo sobre las drogas. Ya sabemos que no fue efectivo y decir lo que hacen las drogas tampoco es efectivo”, puntualizó.

Dijo que al preguntar cuál es  la sustancia de más uso por  los jóvenes, la respuesta fue la marihuana, pero no es cierto.

“Es el alcohol. No es la marihuana. El alcohol es la sustancia que es fuente para las demás.  El alcohol es la sustancia mas relacionada con la violencia y que más eventos de violencia provoca”, dramatizó.

Agregó que la  accesibilidad de la sustancia es un factor de riesgo que hay que estar atendiendo.

“Vamos a trabajar con los padres. Es en la casa donde ven a sus padres tomando alcohol”, apuntó.