Talladores de santos: custodios de una tradición boricua en evolución
Han ido adaptando este arte para deleitar tanto a coleccionistas como a las nuevas generaciones que solicitan sus piezas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Como es costumbre alrededor de la Semana Santa, muchos artesanos y artesanas suelen exponer sus obras alusivas a elementos del cristianismo y el catolicismo, como santos y, en particular, los Reyes Magos, que se han convertido en una tradición puertorriqueña que incluso rebasa las fronteras de la religión.
Un vistazo a la exhibición que está por estos días en el centro comercial Plaza Las Américas lo llevará a través de imágenes de santos y vírgenes en sus representaciones tradicionales, atrapando al Diablo, ofreciendo bendiciones al Niño Jesús o alabando a Dios, entre cruces, corderos y otros símbolos similares. Como es de esperarse también abundan las imágenes de los Reyes Magos de Oriente portando sus simbólicos regalos de oro, incienso y mirra.
Sin embargo, una mirada más detallada deja en evidencia que este arte de tallar maderas a menudo se aparta de lo que dicta la tradición para acomodarse a reclamos y gustos de nuevas generaciones.
Así las cosas, entre las figuras más tradicionales aparecen otros Reyes Magos con mascarillas para evitar el COVID-19, o con regalos puertorriqueños como un güiro, o incluso devenidos Reinas Magas en reflejo de los avances que ha logrado la mujer.
Las Reinas Magas, por ejemplo, son una de las tallas que prefiere hacer la artesana María del Carmen Fernández, pues además de llevar la tradición boricua, reflejan “el interés que siempre tuve por trabajar la figura femenina”.
“Hay muchas personas que tienen ya este imaginario de cómo son las tallas y qué tipo de figuras religiosas históricas deben presentar, pero hay gente que se va a abriendo también a las posibilidades de, por ejemplo, trabajar algo un poco más rústico, y también abriéndose a la creatividad que pueda tener el tallador de expresar algo también diferente”, comentó.
Fernández se convirtió recientemente en talladora, luego de retirarse. Trabajó como sicóloga y profesora en la Universidad de Puerto Rico hasta el 2019. Un curso de tallado ofrecido por Extensión Agrícola abrió la puerta, y la pandemia la llevó a desarrollar ese interés artístico que siempre había tenido. Además, lo tomó como una forma de terapia y para ocupar ese tiempo libre “en hacer algo productivo”.
“Pero en el caso mío, siempre me interesó también trabajar la figura femenina. Sí he hechos los tradicionales Reyes Magos, pero he incursionado en otras áreas, digamos de interés, y uno le da su propio toque a la habilidad que uno adquiere. Así que hago lo que se conoce como Reyas Magas o Reinas Magas, que son un poco utilizando ese interés que siempre tuve por trabajar la figura femenina, pero apegándome un poquito a la tradición de nosotros. Y por ahí me he ido un poquito diversificando, porque mi trabajo no es la iconografía así estricta de los santos tradicionales”, comentó.
Sus Reinas Magas tampoco llevan necesariamente los regalos tradicionales, sino otros artículos como libros o flores. “También las he hecho que tengan mariposas, una con una luna, hasta con el logo feminista, y el puñito levantado. Así me las han pedido. También las hago con la bandera, me la han pedido con la bandera de Puerto Rico”.
“Hay personas que son coleccionistas, pero también a la gente más joven, al público que va subiendo, hay que darle otras propuestas, que ellos se sientan también convocados, que la pieza también refleje algo que se relacionen con eso, y entonces esta tradición y este arte siga siendo del interés de otras generaciones”, explicó. “Hay gente que quiere tener en su casa esa pieza artesanal, hecha en su país, pero que diga algo que para esa persona tiene significado”, insistió.
De hecho, ni siquiera todo el mundo se acerca a estos artistas en busca de santos o Reyes Magos, como puede corroborar el artesano Gerardo Delgado, quien comenzó a tallar en 2014, “como un pasatiempo”, también luego de jubilarse.
“Yo ahora estoy tallando caballos y cerdos. La gente me pide cerdos. Tengo unos lechones, en una lechonera de Guabate. Una lechona con ocho cerditos. Eso es lo que piden, pues eso es lo que hay que darles”, comentó mientras continuaba tallando un caballo.
“Yo vendo realmente trabajos de nombres. La gente pide más eso, que es pa’ un escritorio, pa’ un doctor, pa’ un pastor, pa’ un ingeniero, pa’ abogados. Como que la gente me pide eso. Ahorita vino una señora que necesitaba un rótulo pa’ una puerta, le pone el número y ‘bienvenido a nuestra casa’. Y quedó en hacerme un diseño y traérmelo a ver cómo lo hacíamos”, continuó. “Los santos, pues... los santos tienen su gente. Y la gente va específicamente donde ciertos talladores. Yo tengo algunos, y si te gusta, pues te lo vendo. Y si no, pues me lo llevo pa’ casa. Pero yo complazco a la gente”.
Sin embargo, no hay dudas de que los Santos continúan siendo relevantes para muchas personas, y hasta hay quien se dedica a coleccionarlos.
De eso puede dar fe el veterano tallador Félix Febo, quien fue profesor universitario y músico de la orquesta sinfónica, donde tocaba el fagot, y, una vez más, comenzó a tallar luego de retirarse.
“De casualidad me invitaron a tomar unas clases de talla. Fui, y me gustó. Y ahí me quedé. Desde el 2008 estoy tallando”, comentó. “El maestro que me enseñó, Isaac Laboy, de Quebradillas, él talla muchas cosas, pero lo más que talla son los Santos. Y ahí pues que quedé. Y como tenía de chiquito una formación católica, conocía todos los Santos y siempre me gustó eso de tallar los Santos. Llegué a tallar aves y todo eso, pero no me interesó tanto como los santos, que el santo tiene su historia, su iconografía y todas esas cosas”.
Además, resaltó, “en estas exhibiciones, que son las que participo, hay mucha gente que colecciona los santos y que comparte ese mismo gusto por este tipo de colección”.
Relató que a veces le piden que haga una imagen basándose en algún retrato, “o que haga tal santo, o tal personaje, puede ser un personaje histórico. Y yo hago mi propia interpretación”.
“Me han pedido muchas estatuas de Buda y de iconografía budista, porque soy budista, y mucha gente budista me conoce. Pero más bien son gente de Estados Unidos”, comentó, mientras su compañera de muchos años, Beba, quien le acompañaba, agregó que un importante monasterio en las montañas de Nueva York está adornado con muchas piezas de su confección.
“Sí, he hecho muchas estatuas de distintos budas. La gente se sorprende de que haya tantos budas, pero hay infinitos budas, de todas formas. Igual que en el catolicismo, que hay montones de Santos, toda clase de posiciones, con toda clase de iconografía. Por ejemplo, dices San Francisco, San José, y hay infinidades. Son Santos que su iconografía es bien flexible. San José se puede hacer como un padre con el Niño, se puede hacer como un carpintero; San Francisco lo puedes hacer como un pordiosero, como un maestro, como un predicador que le predicaba y hablaba con los animales”, detalló.
Aclaró que sus tallas no se limitan a temas religiosos, pues en realidad, “tallo cualquier cosa que me pidan”.
“He tallado roqueros. Me encanta tallar músicos roqueros, porque yo pertenezco a la generación de los 60, de los hippies. El rock no se me va a quitar nunca. Me han pedido mucho guitarristas y todas esas cosas, y los he hecho”, afirmó, dejando escapar un momentáneo brillo juvenil en su mirada.
Sin embargo, don Félix reconoce que, en ese universo de las tallas de madera, los Reyes Magos tiene un lugar privilegiado entre el público en general.
“Especialmente, los Reyes Magos, es una cosa que a todo el mundo le gusta, sea católico, sea de la religión que sea, sea ateo. Los Reyes Magos, eso es tradición de Puerto Rico. Eso ya lo tienen en las venas”, afirmó. “Y la gente pide Reyes Magos de todas partes del mundo. Yo he mandado Reyes Magos hasta para Islandia. Me sospecho que a algún puertorriqueño, pero no estoy seguro, porque los Reyes Magos vienen de tradición española y los conocen en toda Europa”.
“Pero aquí es bien especial. Y lo bien especial es que lo han adaptado a lo puertorriqueño, y ponen los Reyes Magos en caballos, y le ponen regalos de cosas típicas, como viandas, toda clase de cosas bien puertorriqueñas, güiros, cuatros, juguetitos de palo. El jíbaro no tiene complejo ninguno. El jíbaro es bien original y ha puesto a los Reyes Magos jíbaros”, aseguró.
“A mí me gusta hacer los Reyes Magos clásicos, con la ropa así, bien clásica, pero con regalos ingeniosos. Una vez hice unos reyes y Melchor tenía una pana, así en las manos, arrodillado, bien grande. Y le encantó a todo el mundo. También los he hecho con racimos de guineos. Hice unos reyes tocando bomba. Hice unos con carritos de palo, como se hacían antes. Los he hecho con instrumentos típicos, con cuatro, güiros y todas esas cosas”, añadió.
Y, aunque todavía no hecho unos reyes roqueros, afirmó sin reparos que “ya mismo vendrán”.
Pero, sea como sea que se representen, es claro que la imagen de los Reyes Magos ha trascendido la religión y es ya un símbolo de tradición puertorriqueña. Así que no es de extrañar que sea algo que buscan muchos boricuas que dejan atrás la Isla pues, como expresó la artesana Fernández, “cuando vivían aquí a lo mejor nunca les interesó”, pero “cuando te vas, y quieres tener algo de aquí, empiezas a darte cuenta que eso no es de otros lugares, que eso es de nosotros. Apela a algo más bien de nosotros, de Puerto Rico. Así que es un pedacito de Puerto Rico que te llevas”.