Someterán recomendaciones para cambios a códigos de construcción y mapas de inundación
Expertos del Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico llevarán esas propuestas basadas en la experiencia del huracán Fiona ante la consideración del gobierno.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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El Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico (CIAPR) indicó hoy que estará sometiendo recomendaciones para modificar los códigos de construcción y reacondicionamiento de edificaciones y otras estructuras, así como para cambiar los mapas de inundación, a raíz de lo que aconteció con el huracán Fiona, que dejó lluvias e inundaciones históricas a través de la Isla, además de cuantiosos daños materiales.
El ingeniero Faustino González Quiles, presidente del Colegio, sostuvo que, en lo que respecta a la huella de daños que deja Fiona, “básicamente coincidimos con lo que ya se ha estado reportando. Fue un evento de mucha agua, en poco tiempo”, que tuvo impacto en la infraestructura civil, con daños en carreteras, puentes, así como deslizamientos de terrenos.
González agregó Fiona “destapó problemas que llevamos años señalando”, como las construcciones informales, construcciones en lugares no recomendados, o las construcciones que se han hecho a prisa y sin seguir las guías recomendadas.
Todos esos daños, que se añaden a las numerosas situaciones que se venían arrastrando desde el huracán María y la secuencia de terremotos en el suroeste, “conllevará mucho tiempo en reconstrucción”.
“Y habrá cambio en los códigos de construcción. Vamos a tener que ver, diseñar y delinear las cosas de otra manera. El cambio climático llegó para quedarse. Vamos a tener eventos con impactos más fuertes y habrá que ajustarse a eso”, auguró González.
El ingeniero estructural Antonio Jiménez indicó que luego del huracán María “se revisaron los códigos para vientos huracanados. Fue un requerimiento de FEMA (Agencia Federal de Manejo de Emergencias) que se revisaran, para que las ayudas pudieran entrar. Pidieron que se consideraran nuevos criterios”. Ahora, con Fiona, considera que también es posible un cambio en los códigos. Por ejemplo, “coincidimos en que se debería a lo mejor revisar el tiempo de recurrencia de lluvia” para que los próximos diseños se hagan tomando en consideración que los eventos de lluvias torrenciales e inundaciones ocurrirán con más frecuencia.
En ese sentido, el ingeniero Carl Soderberg explicó que con Fiona, “la lluvia que normalmente cae en cinco meses, cayó en cinco horas”. Visto de otra manera, lo que se consideraba una lluvia que ocurriría una vez cada 500 años, está ocurriendo ahora con una recurrencia de 100 años. “Eso implica que hay que reevaluar la recurrencia para los puentes, carreteras, plantas de tratamiento de agua, zonas de inundación”.
Añadió que, en el tema de las inundaciones hay que recordar que hay dos tipos, la inundación que vemos tierra adentro, con el desborde de cuerpos de agua o acumulaciones de agua, y “la de la marejada, que es esa agua de mar que no deja salir los ríos. Y eso lo vimos con esa casa que se ‘tilteó’, en Salinas. Y es algo que llegó para quedarse”.
La ingeniera Hanna Rodríguez acotó que esas marejadas ciclónicas, con lluvias copiosas, “lo vimos no solo aquí con Fiona, también se vio con Ian en la Florida”.
“Así que los códigos se van a tener que trabajar para atender estos nuevos eventos”, insistió, la ingeniera, que está a cargo de la Comisión de Manejo de Riesgos, Emergencias y Desastres del Colegio. Subrayó que “Fiona fue diferente a María” y corresponde “inicialmente entender qué fue lo que ocurrió”, para lo cual se necesitará el respaldo de la comunidad científica, las agencias pertinentes y las comunidades.
“Vimos que hubo áreas que no se inundaron con María, y se inundaron con Fiona. Tenemos que ver cómo vamos a ajustar esas áreas de inundación. Es algo que se lleva hablando, ajustar esos códigos a las inundaciones”, sostuvo la ingeniera, agregando que ese ajuste relacionado a las inundaciones es un elemento que está incluido en la ley de cambio climático que se aprobó en 2019.
El ingeniero geotécnico José Despiau abundó que las crecidas de ríos como las ocurridas durante Fiona, causan una erosión importante en los bancos de los ríos, lo que lleva a deslizamientos y que se erosionen las estructuras que construidas en los bancos de los ríos.
Asimismo, la sobresaturación de suelos provoca deslizamientos, pues con esa saturación se pierde la resistencia del suelo.
“Toda construcción informal, todas esas estructuras que se construyen en ladeas, es importante que se evalúe por ingenieros estructurales, para que sepan cuánto se puede construir ahí, y cuán susceptible es esa ladera a diferentes eventos”, afirmo Despiau.
Jiménez explicó que, si bien abogan por incorporar esos nuevos elementos a los códigos de construcción, en el caso de las estructuras ya existentes pues habría que revisar si se pueden reacondicionar, algo que actualmente no es obligado. Agregó que algunos de esos elementos, como vientos huracanados e inundaciones, van a ir a una revisión en el código de mantenimiento para estructuras comerciales, y se incorporarían en el reacondicionamiento, si no resultan demasiado onerosos.
A preguntas de la prensa, aclaró que una de las particularidades de Puerto Rico es que resulta muy complicado contar con un grupo de recomendaciones porque, aunque es una isla pequeña, los suelos cambian mucho en distancias relativamente pequeñas.
“No hay un diseño universal, que aplique a todas las localidades. Por eso entramos nosotros a hacer las pruebas. Es como un doctor, que hace los exámenes y en base a los resultados emite las recomendaciones médicas. Para eso nosotros tenemos al geólogo, que va y hace estudios, para determinar características del suelo. Y aquí hay mucha variación, básicamente en 10 metros de distancia. He trabajado edificios que he tenido que la mitad de la fundación de un tipo y la mitad de otra”, explicó. “Eso pasa en Puerto Rico, es una isla pequeña, pero básicamente tenemos todo tipo de suelo y todo tipo de clima”.
El presidente del Colegio subrayó que esa entidad ha desarrollado diversas iniciativas para orientar a la población sobre todos esos aspectos y tiene “documentos con guías generales” y recomendaciones que se pueden consultar de manera gratuita, “para que no necesariamente tengan que contratar servicios de ingenieros” si sus recursos son limitados.
Exhortó a seguir esas guías y recomendaciones, y si su construcción se sale de esos criterios generales, pues entonces buscar asistencia de ingenieros.
“Está en nosotros si las vamos a seguir, si queremos hacer las cosas resilientes. Si no, pues vamos a seguir teniendo problemas con un cambio climático que va a ser cada vez más duro”, insistió.
En cualquier caso, aunque el CIAPR haga recomendaciones, la revisión de códigos como tal le corresponde al gobierno, que tiene la potestad para acoger o no dichas recomendaciones.
Soderberg explicó que, en el caso de los mapas de inundación, que el Colegio recomienda sean revisados, esa acción recae en la Junta de Planificación. “Con María, lo expandieron, y me imagino que con Fiona harán lo mismo”. Sin embargo, insistió en que “es responsabilidad de cada cual saber cuáles son las áreas inundables”.
El también experto en temas ambientales sostuvo que, aunque todavía no hay una evaluación como tal de los daños ambientales que dejó Fiona, “sí se sabe que afecto la calidad de los ecosistemas costaneros”, y es algo que se refleja en el hecho de que recientemente tuvieron que poner bandera amarilla en varias playas. Abundó que a ese deterioro contribuyó que se afectaron las plantas de tratamiento de aguas por falta de energía eléctrica, y que las lluvias e inundaciones impactaron las aguas usadas y pozos sépticos de las personas que no tienen acceso a sistemas de alcantarillados.
También, destacó que hay un impacto ambiental que está desde María y que no se ha atendido, que tiene que ver con la reforestación. “María destruyó 144 millones de árboles, y solo se han resembrado unos 300,000 a 400,000, que es menos de 1%. Eso, a mi juicio, contribuyó a aumentar la turbidez del agua, que fue algo que llevó en un momento a la presidenta de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (ingeniera Doriel Pagán) a decir que no podían suministrar agua por el exceso de turbidez”.
Adicionalmente, recordó que con María, “como poco, los embalses perdieron 10% de su capacidad de almacenaje” por sedimentación. Con Fiona, “Carraízo abrió las compuertas desde antes del huracán, en un esfuerzo por sacar sedimentos, que se vio. Pero La Plata no tiene ese tipo de compuertas. Dos Bocas creo que tampoco. Y se debe haber sumado otra cantidad de sedimentos, pero eso no se ha evaluado todavía”.
Añadió que los trabajos de dragado que ya estaban previstos a comenzar antes de Fiona, no deberían retrasarse y, por el contrario, debían llevarse a cabo lo antes posible, pues “recuerden que antes de Fiona estuvimos a punto de sequía, y en dos días se desbordó”.
Por otro lado, la ingeniera Rodríguez aceptó que tanto ingenieros como científicos también “necesitamos comunicar mejor” la información a la comunidad y en ese sentido están trabajando en publicar enlaces directos a los mapas de inundación para que las comunidades los conozcan y consulten.
Pero González insistió en que dichos mapas existen “previo a de María, post María, y debe haber post Fiona”, y la gente debe seguir las instrucciones de salir de áreas inundables cuando así se recomiende. “Oiga, si se va a inundar, tiene que salir. Tiene que salir para preservar la vida. No puede quedarse ahí. Hay que salvarse para poder volver a reconstruir”, reiteró.
Los expertos coincidieron en que estos eventos “cuestan billones (miles de millones de dólares)” y además, en este caso es “María, los terremotos, la pandemia, Fiona, todos eventos mayores que no habíamos visto en mucho tiempo, y han pasado en cinco años”.
Además, muchos de los daños que dejó María, que ya habían pasado por los procesos de reclamación a FEMA, y estaban en fases de diseño, “pues ahora viene Fiona e incide sobre esa área”, deja nuevos daños, todo se tiene que reevaluar, “y es casi como empezar de nuevo”.
Asimismo, reiteraron la advertencia que vienen haciendo desde hace ya bastante tiempo de que, incluso si todos esos procesos de reconstrucción lograran acelerarse, “hay un problema de mano de obra grave. Podemos tener todos los proyectos listos, pero no hay gente para ejecutarlos”.
En todo caso, el ingeniero González subrayó que el Colegio va a reunir a sus comités y va a hacer recomendaciones pertinentes para los cambios de códigos de construcción, mapas de inundación y otros asuntos, “y estaremos a la disposición del gobierno”.
Soderberg, también miembro del Comité de Expertos y Asesore sobre el Cambio Climático, ente encargado de asesorar al gobierno en temas climáticos y ofrecerle recomendaciones, sostuvo que dicho comité emitió hace un año “103 recomendaciones para la protección de vida y propiedad”, y entre esas se incluyeron recomendaciones sobre inundaciones y marejadas. Agregó que hay incluso recomendaciones para que se cambiaran refugios por considerarlos susceptibles a esos eventos. Insistió en que los miembros del comité “ahora haremos más recomendaciones”.
“El gobierno tiene que trabajar con el cambio climático, y que todo lo que se haga sea cónsono con lo que estamos viendo, porque estos no es un problema solo nuestros, es de todo el mundo, y tenemos que empezar a atenderlo, y hasta servir de ejemplo”, insistió el presidente del CIAPR.