Unos 25 soldados boricuas partieron en la mañana de hoy a la zona de guerra de Afganistán, donde servirán aproximadamente nueve meses.

Los pertenecientes a la compañía 271 de Recursos Humanos del Comando Geográfico del Caribe de la Reserva del Ejército salieron del aeropuerto Luis Muñoz Marín y harán escala en una estación de movilización en el estado de Texas, según un comunicado de prensa.

El soldado Andrés Montijo, natural del barrio Viví Bajo de Utuado, es el más joven del grupo, quien con 20 años cumplidos –hace solo tres días– ya se enfrenta a una movilización a un área de combate cuando solo lleva un año y medio en la Reserva del Ejército.

“Creo que hago bien sirviendo en uniforme. Me siento preparado. El proceso de entrenamiento para esta misión no fue fácil. Fueron largos meses de preparación física, y mentalmente, y también para la familia”, dijo el también estudiante de Gerencia en la Universidad Ana G. Mendez en Jayuya.

Por su parte, Manuel Montijo, padre del joven, solo tuvo palabras de aliento para su primogénito.

“Apoyo a mi hijo cien por ciento. Yo también fui militar y conozco el estilo de vida de la milicia y te puedo decir que es algo que les ofrece claras ventajas a nuestros jóvenes en la vida. No te niego que esta es la parte triste de la que nadie quiere hablar, pero que hay que enfrentarla. Es un poco triste porque se va, pero a la vez estoy muy orgulloso y tranquilo”, sostuvo.

La soldado Charleen Pacheco, natural de Ponce, también partió en esta movilización, siendo una de las pocas veces que se separa de su hija de diez años, Kendra Dejesus.

“Esto hay que hacerlo de corazón. Hay personas que no entienden nuestro servicio, pues no les ha tocado vivirlo. Esto es importante. Más allá de un trabajo, esto es un estilo de vida de servicio”, opinó la militar, quien cuenta con un bachillerato en Historia de la Universidad Católica de Ponce.

Para Carlos Pacheco, padre de Charleen, ella está alcanzando un sueño que él siempre quiso lograr.

“Yo siempre quise ingresar a las fuerzas armadas, pero no pude, pues el negocio familiar dependía de mí. Creo que ella ha hecho mi sueño realidad. Yo no voy, pero se va parte de mi corazón con ella,” dijo con ojos aguados.

El grupo de soldados especializados en operaciones postales militares será responsable de supervisar los contratos de correo en Afganistán.