Sin contar los años para coronarse reina de su vida
Carmen Vázquez Sostre, de Yabucoa, fue coronada ayer Sra. Puerto Rico Edad Dorada 2023, certamen que celebra la belleza de la edad dorada.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Atónita, miraba a las decenas de personas que aplaudían y la celebraban. Sus labios, nítidamente pintados de rojo, mantenían una sonrisa intacta mientras que, sobre su cabellera gris, cuyos rizos sueltos brillaban y rozaban sus hombros, se le colocó una corona.
La yabucoeña Carmen Vázquez Sostre, de 70 años, enamoró a decenas de personas, inspirándolas también con su historia de vida, ganándose el título de Sra. Puerto Rico Edad Dorada 2023, certamen que se celebró ayer, jueves, en el Hotel Embassy Suites, en Dorado.
“Feliz, feliz, feliz”, reaccionó de inmediato a Primera Hora, mientras sujetaba un ramillete de flores brillantes que hacían fuerte contraste con su traje de gala azul marino.
“Solo Dios sabe por qué estoy aquí. Esto se lo debo a papito Dios (y) a mi hija, que me apoyó en todo momento. No tengo palabras, de verdad”, agregó.
Llegar hasta esa tarima, sin embargo, fue “jalda arriba”, afirmó. Hasta una pastelada tuvo que hacer para costear los tres trajes que lució durante el certamen.
Pero esta lucha es casi una metáfora de su propia vida, pues además de los óbices que se le han presentado en el camino durante su trayectoria de vida, es sobreviviente de cáncer, revelación que dejó a muchos enjugándose las lágrimas.
“Soy sobreviviente de cáncer, le doy gracias a Dios por permitirme, a esta edad de 70 años, estar aquí presente ante tanto público. En mi vida lo hubiera hecho. Gracias a todos”, declaró.
Con su fenecida madre en el corazón, el apoyo de sus tres hijas, cinco nietos y dos biznietos, Vázquez Sostre se lanzó a este nuevo reto, algo que nunca había hecho y, al igual que lo ha demostrado en la vida, resultó victoriosa.
“Mi pregunta para usted es, en su vida, ¿quién ha sido su modelo a seguir y por qué?”, le cuestionó Karina Silva Montero, gerente del hotel, quien fue una de las ocho personas que integraron el jurado.
“¿Mi modelo? Mi mamá. Ella me enseñó valores, me enseñó a respetar a mis mayores, a ser buena madre. Fue por ella, hasta lo último”, respondió en voz enérgica.
La beldad de la tercera edad se dejó sentir durante todo el certamen.
Bajo el lema “Costumbre y tradiciones”, el concurso tenía tres categorías donde las candidatas desfilaron en un traje típico, una referente a alguna profesión y el traje de gala. También, había una sección de preguntas y respuestas.
Además del traje de gala, Vázquez Sostre lució la típica falda blanca pareado con una blusa blanca con volantes verdes y púrpuras, alusivas a la bandera de su pueblo. En sus manos sujetaba una guajana, fibra que también adornaba su cabellera.
La mujer no solo conmovió al público, sino que también los hizo reír a carcajadas, pues se transformó en agente de la Policía Estatal para el desfile de profesiones. Soplando un silbato, retiró de su bolsillo una libretita rosada, fingiendo multar a uno de los fotógrafos cercanos a la tarima.
Aunque fue ella quien se llevó el primer premio, no fue la única que impactó al público. Rosalía Arroyo Esquilín, quien representó al municipio de Manatí, se lució en la tarima, arrasando con los premios simpatía y traje de gala. También, fue la segunda finalista.
De la misma manera, Susana Román Carmona, en representación de Luquillo y quien quedó como la primera finalista en el certamen, cautivó al público con su traje típico, que ensalzó las playas envidiables de su pueblo. Hasta le hizo fiero al público asegurándoles que su talento es cocinar manjares para su familia.
Por su parte, la personalidad y amabilidad de la Sra. Arecibo, Juana Fuentes Villanueva, le garantizó el premio de amistad; mientras que la elegancia de la Sra. Vega Alta, Magdalena Santiago Concepción, le aseguró el premio de fotogénica.
Mucho más que un simple certamen
Según explicó la creadora y coordinadora del evento, Myriam Santana Báez, este evento representa mucho más que un simple desfile. Es, para las participantes, una muestra palpable de que no hay límites que estén atados a la edad y que los sueños sí son alcanzables.
“En la vida, no hay límites para cumplir los sueños”, repitió a este diario. “Hemos llegado hasta aquí para celebrar la belleza de la edad dorada, que no importa la edad que tengamos siempre podemos cumplir nuestros sueños y hacerlos realidad. Y, ¡somos bellas!”, resaltó la doradeña.
Santana Báez relató que la idea nació en el Centro La Nueva Aurora, en Dorado, donde trabaja hace 26 años, cuando una de las asistentes expresó su deseo de participar en un concurso de belleza mientras admiraba a concursantes en un certamen similar en la televisión.
El primer concurso se celebró en el Pabellón Rafael Hernández y se limitó a señoras y abuelitas del mismo pueblo. Empero, cuando el alcalde Carlos López Rivera presenció el éxito inmediato del evento, propuso que fuera uno que invitara a adultas mayores de todos los centros de envejecientes de la Isla.
Hoy día, Santana Báez es testigo de cómo el evento ha sido un beneficio significativo en la autoestima de las mujeres y uno que resalta la belleza de vivir.
“Yo trabajaba y me retiré. Al retirarme, me sentí un poquito triste en mi casa, porque me hacía falta mis amistades, mis compañeros, mis pacientes, sobre todo. Una amiga (me dijo del certamen) y me encanta. (Soy) otra. Nunca había tenido esta oportunidad, ni cuando joven”, comentó Fuentes Villanueva, quien tiene 81 años.
“Estoy muy orgullosa”, expresó Luz H. González, hija mayor de Otilia Santos Rodríguez, de 88 años y quien representó a Comerío. “Ella se atreve a lo que yo no me atrevo”, dijo entre carcajadas.