Sigue el dolor de cabeza en Arecibo por tapón en vía cercana a la estatua de Colón
Vecinos del barrio Islote denuncian que viven encerrados en sus casas los fines de semana por problemas de tráfico.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Los vecinos del barrio Islote (litoral costero de la PR-681) en Arecibo parecen no ver la luz al final del túnel ante el grave problema de tránsito que por toda una vida ha afectado esa zona y que se complicó aún más a raíz de que se erigiera la estatua Nacimiento del Nuevo Mundo (monumento a Cristóbal Colón) del escultor ruso Zurab Tsereteli en una finca del sector.
Y es que el barrio Islote cuenta solamente con un acceso, la PR-681, que conduce por todo el litoral costero desde Arecibo hasta Barceloneta. La llegada de la estatua de Colón –como le conocen los vecinos– que fue instalada hace más de seis años en el sector, pero aún no ha sido inaugurada, provocó un impacto en la actividad comercial en la zona, pero sobre todo, en la cantidad de visitantes y turistas que llegan a la comunidad para disfrutar de sus atractivos, como la oferta gastronómica y playas principalmente los fines de semana y días feriados.
La gran cantidad de vehículos que transitan por la carretera en esos días, prácticamente, mantiene presos en sus hogares a los vecinos del sector que, en caso de que deseen salir de la comunidad, o que simplemente tengan una emergencia, se les hace casi imposible ir y venir.
Cristina Rivera, dirigente del grupo Veredas (Vecinos al Rescate de Accesos y Senderos), quien lleva 79 años viviendo en esa comunidad, recordó que toda la vida en Islote ha habido problemas de tráfico, pero “esto se ha vuelto insufrible. Sobre todo desde que empezaron a declarar esta zona turística. Han construido negocios y cafeterías y bloquean las calles estacionándose en la orilla de la carretera”, dijo.
Añadió que, incluso, han ocurrido situaciones de emergencias en la comunidad que han costado vidas, simplemente porque la ayuda no ha podido llegar.
“Para salir de Islote es un proyecto. Hemos tenido hasta muertes, hasta gente que están en la playa y se han ahogado y no ha llegado Rescate, no han llegado ambulancias por cuenta del tráfico. Salir de Islote un domingo, un día de fiesta es un proyecto”, comentó.
Rivera indicó que en varias ocasiones se han reunido con el alcalde de Arecibo, Carlos “Tito” Ramírez, para dialogar sobre el problema y buscar soluciones, pero al día de hoy no ha pasado nada.
El remedio al problema tampoco parece estar a la vuelta de la esquina, ya que la construcción de un conector con la PR-2 -que le daría una alternativa a los conductores para evitar la congestión vehicular en dirección hacia la avenida Víctor Rojas de Arecibo- tendría un costo de al menos $62.8 millones y depende de la aprobación de fondos para mitigación del programa de Subvenciones en bloque para al desarrollo comunitario (CBDG-MIT). El proyecto no saldría a subasta por lo menos hasta el 2025, según confirmó el director de la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT), Edwin González.
La construcción de un desvío o conector con la PR-682 o la carretera PR-2 lleva más de una década discutiéndose y el principal escollo para su desarrollo ha sido la reserva natural del Caño Tiburones.
Las primeras propuestas de diseño contemplaban que el conector se construyera a través de la reserva. Finalmente, la ACT se ha inclinado por una propuesta que surcaría por terrenos aledaños a la planta de generación eléctrica Cambalache.
Aunque no se trata de un extenso tramo de carretera, González justificó su alto costo, ya que el proyecto contempla una serie de medidas para aliviar el tránsito en la zona, que incluye mejoras geométricas a la PR-681.
“Es un tramo corto. Estamos hablando de kilómetros, básicamente un conector. Básicamente, una ruta de desvío a la PR-681 por la PR-2. No tengo el dato conmigo de cuantos kilómetros es ese elevado, pero estamos hablando, principalmente, que ese desvío va a tener varios elevados para impactar lo menos posible el área, porque es inundable… A su vez, se van a hacer mejoras a las otras intersecciones que están en el área y también mejoras a través de la PR-2″, explicó González.
El director de la ACT añadió que el año pasado se inició el proceso de solicitud de propuesta para encaminar el diseño del proyecto que, además de mejoras geométricas a la PR-681 y la PR-2, “contempla una intersección hacia la PR-2 y rampas de acceso entre la 681 y el conector. Tiene un semáforo, una intersección y la alineación de los movimientos a la izquierda para agilizar el tráfico en el área y tiene mejoras a la seguridad vial, marcado de pavimento, señalización”.
Aunque se mostró optimista en que se logre la asignación de los fondos para el proyecto, que dependería de la firma de un acuerdo con el Departamento de la Vivienda para la transferencia de los fondos CDBG-Mit, no será hasta el año que viene que se confirme la asignación. Una vez aprobados, se espera que el proyecto salga a subasta en algún momento durante el 2025 y la construcción podría extenderse hasta por tres años, de no surgir contratiempos.
Soluciones a corto plazo
Ante el debate sobre el proyecto y los años que podría tardar la aprobación de los fondos y su eventual construcción, el representante por el distrito cameral número 14 (Arecibo-Hatillo) José “Memo González propuso la ampliación de la carretera PR-681, añadiendo un carril adicional hacia la derecha, por varios kilómetros desde la intersección con la avenida Víctor Rojas, para aliviar la congestión.
“¿Por qué te digo esto? Porque nosotros tenemos ahora un proyecto de $4 millones donde vamos a estar reparando la losa de la avenida Víctor Rojas, del puente de la Avenida Víctor Rojas, que nosotros mitigamos en el 2017 cuando hubo daño, que pusimos un puente temporero y se logró reparar. Pero ahora va a ser la reparación permanente del mismo. Lo que estoy solicitándole al director ejecutivo de (la Autoridad de) Carreteras es que dentro de ese proyecto podamos incluir una orden de cambio para ver cómo podemos ampliar esos nueve metros de carretera”, indicó el representante.
González también planteó la necesidad de movilizar la Policía Municipal de Arecibo para atender no solo los problemas de tránsito, sino también los problemas de seguridad en la comunidad, algo que comenzó a hacerse tras el cambio de administración en enero del 2021, pero actualmente no ocurre.
“Ellos (la administración municipal) podrían tener la policía municipal en el fin de semana, por lo menos, para trabajar con lo que es el tráfico. Porque no solamente estamos hablando de un problema de tránsito… Hay un problema de seguridad para todos los residentes y las personas que lo visitan, pero muy en especial los que viven allí y que los sábados y los domingos es casi imposible salir de su residencia. Más imposible es cuando hay una emergencia de hospital y se tardan a lo mejor media hora o 40 minutos en llegar hacia el hospital con una emergencia”.
Otro residente del sector, Osvaldo de Jesús coincidió con las expresiones del legislador y de Rivera y añadió que, aunque la Policía podría diseñar una estrategia para impactar el sector durante los fines de semana, proveer vigilancia y dar multas, “está ausente”.
Primera Hora intentó obtener una reacción del alcalde Arecibo, Carlos “Tito” Ramírez, pero múltiples llamadas que se le hicieron a su celular no fueron contestadas, ni los mensajes de voz y texto que se le enviaron. Tampoco se recibió respuesta a una petición de entrevista hecha a través de correo electrónico.