Servicio Forestal atiende tres deslizamientos de tierra “mayores” en El Yunque
El bosque permanecerá cerrado al público hasta nuevo aviso mientras se recupera del impacto del huracán Fiona.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Como consecuencia del paso del huracán Fiona, el Servicio Forestal federal atiende tres deslizamientos de tierra “mayores” en el Bosque Nacional El Yunque, que permanecerá cerrado al público hasta nuevo aviso, informó hoy, martes, el supervisor forestal Keenan Adams.
Dos deslizamientos ocurrieron en la carretera PR-191 y otro, en la FS 10. En esta última, indicó Adams, hay infraestructura de comunicaciones “que pudiera afectarse” si la situación no se atiende con urgencia. Por lo tanto, las labores se concentran actualmente en esta área.
Sobre los deslizamientos en la PR-191, dijo, las brigadas trabajan en la remoción y estabilización del terreno, y anticipó que la carretera “necesitará reparaciones”.
La Administración Federal de Carreteras otorgaría fondos para las mejoras, cuya extensión dependerá, precisamente, de cuán rápido se consiga el dinero.
“No todos los huracanes son iguales y, para nosotros, Fiona no fue tan malo como María. Cuando María, en el bosque no quedaron hojas, pero ahora eso no ocurrió. El trabajo de mitigación que hicimos funcionó, en términos de las instalaciones que reconstruimos… consideramos el flujo de agua y la erosión, y por eso tuvimos muy pocos efectos ahora”, afirmó Adams en entrevista con El Nuevo Día.
Añadió que los daños identificados hasta ahora corresponden solo a la parte norte de El Yunque, pues la evaluación en la parte sur no ha culminado.
“Queremos terminar la evaluación de veredas, carreteras y recursos naturales. Quizás nos tardemos dos semanas. El bosque estará cerrado indefinidamente hasta que sea seguro para los visitantes. No queremos que nadie quede atrapado”, expresó.
Sobre las cotorras puertorriqueñas, dijo que la población en cautiverio fue llevada a un lugar seguro previo al impacto de Fiona y no se reportaron daños. Al momento, no hay datos sobre la población en estado silvestre, pero Adams se mostró optimista en que la sobrevivencia será alta “porque hay frutos en los árboles”.
“La última vez (María), las cotorras no murieron por el evento, sino de hambre. Ese no es el escenario ahora”, subrayó.
Adams finalizó con un pedido de “paciencia” a la ciudadanía. “Trataremos de tener el bosque listo lo más pronto posible, pero no vamos a comprometer la seguridad de nadie”, acotó.