En Puerto Rico, seis de cada diez niños viven bajo el nivel de pobreza, según datos difundidos este miércoles por el Instituto del Desarrollo de la Juventud que desveló hoy el Perfil de los Niños y las Niñas en Pobreza.

 Este jueves, 17 de octubre, se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.

 El Instituto del Desarrollo de la Juventud (IDJ) de la isla ha divulgado el Perfil de los Niños y las Niñas en Pobreza, enfocado en las condiciones en que viven y se desarrolla la niñez en la isla.

 La pobreza infantil en Puerto Rico se ha mantenido entre el 56 por ciento y el 58 por ciento por los pasados años.

 "En momentos en que el país atraviesa una crisis de seguridad pública, es importante tomar en cuenta que una gran proporción de niños en Puerto Rico viven en comunidades que están desproporcionadamente impactadas por la violencia. Por lo tanto, entendemos que es relevante tener conversaciones más profundas sobre las condiciones en que vive esa niñez y juventud, y como el mero hecho de nacer en hogares y comunidades pobres limita las oportunidades que tienen para su movilidad económica y social", sostuvo la directora ejecutiva del IDJ, Amanda Rivera.

 Todo tiende a indicar que el ciclo de la pobreza y la falta de oportunidades comienzan desde edad temprana.

 En términos de educación, el 49 por ciento de los menores en pobreza entre las edades de 3 y 4 años no están matriculados (versus un 31 por ciento de los menores que viven sobre el nivel de pobreza no matriculados), lo que equivale a 21,474 menores en pobreza no matriculados.

 Asimismo, un 17 por ciento entre las edades de 16 y 20 años (16,313 jóvenes pobres) ni están matriculados ni están trabajando.

 Según el perfil, la mayoría de los niños y niñas en pobreza viven en hogares donde el encargado del hogar no cuenta con un trabajo.

 El 76 por ciento, o 291,000 de los menores pobres, viven en hogares donde el jefe de familia está sin empleo.

 Esto también indica que 1 de cada 4 menores vive en un hogar donde el jefe/jefa de familia trabaja, pero no gana lo suficiente para sacar a la familia de la pobreza.

 Ello supone la importancia de desarrollar políticas públicas que apoyen la empleabilidad y la movilidad económica de madres y padres jefes de familia, señaló Rivera.