Desde hace cinco meses, Rafael Saldaña evita transitar por la carretera PR-181, vía en la que perdió la mitad de su vida en un incidente que lo cambió para siempre.

Saldaña es el padre de los niños Génesis, de 9 años, y Anthony Saldaña, de 6 años, dos de las víctimas de la tragedia del residencial El Prado, ocurrida el pasado mes de febrero cuando Jonathan Soto Bonilla, alías 787, los embistió con el auto que conducía a exceso de velocidad frente al complejo de vivienda de Río Piedras. Junto a ellos fallecieron también las niñas Laura Montalvo Calderón, de 3 años, y Amanda Calderón, de 10 meses de nacida; además de la bisabuela de los menores, Laura Vivas Rodríguez, de 73 años; y Raiza Calderón García, de 21 años, y nieta de Vivas Rodríguez

“Cada vez que miro, siempre que veo esta escena, revivo la noche del 1 de febrero. Es inevitable evitar que la mente se me vaya al 1 de febrero, revivirlo todo”, confesó Saldaña.

“Es muy triste pasar por aquí”, continuó.

Este sábado, sin embargo, el hombre se llenó de valor y no solo pasó por la vía PR-181, sino que se detuvo en la escena de la tragedia y dedicó toda su mañana a limpiar el área donde estaban parados sus hijos y el resto de las víctimas, cuando la muerte los sorprendió.

La montaña de peluches que se fue acumulando y que estaban amarrados a un poste -en honor de los fallecidos y que quedó como recordatorio de aquella fatídica noche-, fue reemplazada por seis cruces.

“Los peluches estaban un poco desmejorados. Hablé con mi amigo Aníbal (Rivera Fuente) y decidí cambiarlos por cuatro cruces pequeñas porque fueron cuatro angelitos los que murieron y dos grandes”, relató Saldaña, quien completó el gesto dedicando el día a Dios en ayuno y oración.

Donde antes estaban los peluches se colocó un crespón negro y al menos dos decenas de globos de colores brillantes. Los globos son un detalle especial para Génesis, Anthony y doña Laura, cuya película favorita era el filme animado Up.

Las seis cruces, cada una grabada con los nombres de las víctimas, quedaron enclavadas en una cama de gravilla en la isleta que divide a la carretera PR-181.

“Cambiamos los peluches por las cruces porque, llueva o haga sol, es algo que no se va a desmejorar y se crea la misma conciencia”, dijo mientras invitaba a la gente a que si quieren llevar juguetes o flores al lugar, procuren que sean de plástico.

A Saldaña le tendió una mano su amigo Rivera Fuente, quien también donó parte de las cruces, así como el teniente Gabriel Medal, recordado por unir en un círculo de oración a los familiares, entre otras personas que llegaron al lugar. También se personó Armando Montalvo, padre de la única sobreviviente de la tragedia, la infante Yaisa Montalvo Calderón.

Los hombres recogieron la basura acumulada en el área y cortaron la grama.

“Es algo que llena. Cuando haces algo bueno te llenas de energías para seguir haciendo cosas buenas”, dijo Saldaña tras culminar el trabajo.

Fueron muchos los conductores que pasaban por el lugar y tocaban sus bocinas en señal de solidaridad. De hecho, una patrulla de la Policía estatal detuvo la marcha de los vehículos en el momento en que Saldaña, junto a Medal y varios miembros de la Iglesia Adventista que ubica al cruzar la calle, hacían una oración.

La entereza demostrada durante la jornada se quebró al hablar sobre el vacío que ha dejado en su vida la muerte de los niños.

“¿Qué ocurre si pierdes una pierna y una mano? Vives, pero no es lo mismo”, añadió. “Me encuentro sin un brazo y sin una pierna. Yo tengo cuatro hijos y dos de ellos eran mi otra mitad”.

Pide reunión con secretario del DTOP

Saldaña vive atormentado por la peligrosidad del cruce de la carretera 181. Ha hablado con varias personas sobre su preocupación y espera que muy pronto se concrete una reunión con el secretario del Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP), Miguel Torres, para conversar sobre la posibilidad de que se construya un puente peatonal sobre la mencionada vía pública.

“Me preocupa mucho que las personas están criticando el puente (peatonal, sugerido para el área) y me preocupa aún más que al final no hagan el puente ni ninguna otra alternativa”, dijo Saldaña mientras criticaba que los autos pasaban por el área a una gran velocidad.

No obstante, también reconoció que los peatones deben ser obedientes de las leyes de tránsito para evitar accidentes.

“Hago un llamado a las personas a que sean obedientes de las leyes. Una de las razones por las cuales estamos aquí es para sensibilizar a las personas (sobre este asunto)”, subrayó Saldaña.

El juicio contra Soto Bonilla, acusado por los hechos, inicia el próximo 1 de agosto en el Tribunal de San Juan.