Naguabo.- La ciudadanía en el área este recibe como “buenas noticias” el anuncio de que el fenómeno atmosférico Danny puede traer para Puerto Rico mucha lluvia -incluso inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra-, pero aún así toman medidas preventivas para evitar tragedias.

En tiempos de sequía un pronóstico de aguaceros para la región este del país es recibido como maná del cielo para funcionarios del gobierno, residentes y agricultores que fueron consultados ayer por Primera Hora, mientras se anunciaba que Danny fue degradado a tormenta tropical y su por la isla será como depresión tropical.

Entre los que se mostraron atentos a las alertas del Centro Nacional de Meteorología se destacó Noé Marcano, alcalde Naguabo, un municipio que por años ha vivido un víacrusis con las inundaciones que provoca el desbordamiento del Río Blanco en la carretera PR-31, donde cada temporada de huracanes son removidos de la vía pública decenas de vehículos que se quedan varados en la zona. Igual sucede en el barrio Mariana, donde el río del mismo nombre, se sale de su cauce y arropa las carreteras hasta llegar a las residencias circundantes dejando en ocasiones a las personas sin hogar.

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“Hicimos un plan de emergencia especial para todo el fin de semana y las brigadas han estado trabajando todo el wikén notificando a ciudadanía sobre posible paso de Danny para que remuevan escombros y nosotros recogerlos y llevarlos hasta el vertedero porque sabemos que pueden convertirse en proyectiles”, expresó Marcano.

Agregó que otra medida preventiva fue limpiar con maquinaria pesada la sedimentación del Río Mariana, donde brigadas de Obras Públicas y Manejo de Emergencias Municipal estuvieron trabajando sábado y domingo.

“También se hizo cortes de árboles para evitar que ese material vaya a los cauces de los ríos y causen más inundaciones de las que puedan ocurrir”, explicó el Alcalde.

Aunque Naguabo, al igual que la mayoría de los pueblos del este no ha estado en un plan agresivo de racionamiento, sí han visto reducciones en la presión del agua a causa de la crisis ocasionada por la sequía. “Pero aún así, esperamos que esa lluvia llegue a nuestra zona para que suban unas pulgadas más los embalses... vendrían bien no sólo aquí, sino para todo Puerto Rico”, dijo.

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Otro municipio en el que usualmente para esta fecha se vive una “pesadilla” a causa de las incesantes lluvias que casi siempre caen entre agosto y septiembre es Yabucoa, pueblo que ha visto ahogar en agua muchos de los frutos que se cosechan en sus tierras. En cambio, hace meses que la historia es otra. Sus campos lucen secos, el ganado flaco y los famosos platanales que decoran su paisaje apenas han crecido.

Por eso, cuando anunciaron el paso de una posible depresión tropical, agricultores como Javier Colón, vieron el cielo abierto. “Esperamos con ansias esos aguaceros”, expresó.

En un recorrido por su finca, ubicada en el barrio Ingenio, de Yabucoa, el hombre mostró las condiciones críticas en las que están su ganado y las cosechas de plátano. “Mira eso, por ahí pasaba una vereda y ahora mismo no tiene agua... el ganado no tiene dónde tomar agua y las matas de plátano no se están dando”, dijo apesadumbrado quien tiene que dar hasta seis viajes al día al lugar para llevarles drones de agua a sus animales para que no se deshidraten.

“En otros años la lluvia nos causa dolor de cabeza porque perdemos los frutos, pero ahora la sequía nos trae locos también. Así que esperamos que Danny pase, de lejitos, pero que pase con bastante lluvia porque la necesitamos”, manifestó el también presidente de la Asociación de Farináceos de la región este.

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