Aún cuando en Estados Unidos los casos de sarampión aumentaron en el 2014 más de un 1,000%, la realidad en Puerto Rico es distinta y no hay riesgos de que un brote de esta mortal enfermedad surja en la Isla.

Así lo aseguró a Primera Hora la epidemióloga del estado Brenda Rivera, a preguntas dirigidas a conocer si el escenario en Estados Unidos pudiera reflejarse en algún momento en el país.

Según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el año pasado se registraron en ese país 610 casos de personas contagiadas con sarampión. Por lo general, se reportan 60 cada año. Se especula que una de las razones por las que ha surgido un alza en contagios en Estados Unidos es por la negativa de muchos padres de vacunar a sus hijos por temores o por razones personales.

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"Aquí es totalmente diferente a lo que se está viendo en Estados Unidos. Y una de las diferencias claves, especialmente en California que es la jurisdicción que más casos de sarampión ha presentado, es que allá los papás pueden pedir que no se vacunen a sus hijos por sus creencias personales. Aquí en Puerto Rico los padres pueden solicitar no vacunar a sus hijos por razones médicas o religiosas y ambas tiene que estar documentadas", dijo Rivera.

Según la epidemióloga, en la Isla se realizó un estudio en 2013 que demostró que el 97% de la población se ha vacunado contra el sarampión, con las dos dosis recomendadas por los especialistas.

"Esto quiere decir que las probabilidades de contagio de esta enfermedad en la Isla son bien remotas porque la tasa de vacunación es casi del 100%", agregó al destacar que desde el 2008 se han reportado solo cinco casos como posibles contagios de sarampión "pero las personas no desarrollaron la sintomatología completa". "Además, se trató de casos de importaciones, o sea, de personas que llegaron de otras jurisdicciones", añadió al destacar que el último de los casos se reportó en el 2014.

La vacuna contra el sarampión -una enfermedad que en el 1991 afectó a más de 600 personas en la Isla- entró al mercado en la década del 60. Sin embargo, no fue hasta el 1989 que se emitieron las recomendaciones de aplicar dos dosis a los menores de edad, antes de los seis años. Desde entonces, esta enfermedad potencialmente mortal en generaciones pasadas, logró casi erradicarse.

"Uno de los grandes logros en la ciencia ha sido la vacunación. Muchos de nosotros no sabemos lo que es ver a un niño morir por sarampión, pertussis o alguna enfermedad totalmente prevenibles. La memoria histórica aquí es bien corta. Pero este escenario se vivió en nuestra sociedad", dijo Rivera.

De hecho, exhortó a la ciudadanía a tomar acción a través de la vacuna de influenza, enfermedad que aseguró le preocupa "mucho más que el sarampión". "Particularmente, la población pediátrica son más los que se están afectando en este momento y es algo que es totalmente prevenible con una vacuna", manifestó. 

El sarampión es un virus que se contagio fácilmente mediante estornudos o tos. Los síntomas incluyen fiebre, gotereo nasal, tos y reacción en la piel (rash), principalmente en la cara. 

Según la CDC, las complicaciones graves por el sarampión son más comunes en los niños menores de cinco años y en los adultos de 20 años o más. De hecho, el Centro indica que de cada 1,000 niños que contraen sarampión, uno o dos morirán por la enfermedad.