San Sebastián es parte de la iconografía gay
Desde el siglo 19 se tienen referencias de ser utilizado como símbolo gay.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Hay ciudades, pueblos, iglesias y niños que llevan su nombre. En su honor, este fin de semana hay fiesta religiosa -y pagana- en la ciudad capital. Y, aunque es santo de la Iglesia Católica, San Sebastián es parte de la iconografía gay.
Nacido en el 256 en Francia, pero educado en Milán, Italia, San Sebastián fue condenado por el emperador Maximino a morir asaeteado por mantener su fe cristiana. Fue desnudado y atado a un poste y allí, después de varios flechazos, lo dieron por muerto. Sobrevivió y se volvió a dar la orden de matarlo, esta vez con éxito.
Es el patrón de los soldados y de los atletas y es considerado protector contra la plaga, pero, aún sin que esté documentado que era gay, miembros de la comunidad LGBT lo han “adoptado” como santo o como símbolo homoerótico. Para algunas personas es ofensivo y para otras, simpático. La Iglesia Católica, como es de esperarse, no reconoce el sitial que le han dado los gays al santo.
La selección de San Sebastián como ícono gay se atribuye a la representación gráfica que se hace del mártir católico. Y no, no es que haya un arcoíris en las pinturas, pero el torso musculoso y desnudo, las flechas que lo atraviesan y lo que alguna gente perciben en su rostro como agonía y placer fue tomado como una expresión homoerótica. En tiempos recientes la comunidad gay le ha quitado un poco el aspecto sensual y ha hecho énfasis en el símbolo de “impulso de subversión”.
Entre las pinturas más famosas de San Sebastián está la de Andre Mantegna, que está en el Museo de Louvre; El martirio de San Sebastián, de El Greco, que la tiene la Catedral de Palencia, y El martirio de San Sebastián de Peter Paul Rubens, que está en la galería Corsini, en Roma.
La festividad en honor a San Sebastián es el próximo 20 de enero.