Salud adopta nuevo sistema de vigilancia de muertes por coronavirus
Si un paciente fallece por sospecha del virus, no será necesaria la prueba para incluir la muerte en las estadísticas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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El secretario del Departamento de Salud, Lorenzo González Feliciano, anunció hoy, que estará implementando un nuevo sistema de clasificación de muertes por COVID-19 en el que los fallecimientos de personas sospechosas al virus y cuyos cuadros clínicos sean compatibles al de una persona positiva, y certificado así por un médico, serán categorizados como una muerte por coronavirus.
Este nuevo sistema de vigilancia de muerte integra las nuevas guías para recuentos provisionales de los decesos por enfermedad por COVID-19 establecidos por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Dichas guías, que han sido adoptadas por el Registro Demográfico, establecen que si las características compatibles con COVID-19 son certificadas por un médico, no será necesario esperar por los resultados del laboratorio y podrá ser clasificada como una muerte de un caso positivo. En estas circunstancias, el médico procederá a identificarla de esta manera y así constará en su acta de defunción.
“Adoptando estas guías, pretendemos tener un mapa más claro de la evolución y comportamiento del coronavirus en la Isla, lo que nos ayudará a desarrollar un análisis más preciso para implementar las medidas más apropiadas para contenerlo. A su vez, establecemos un mecanismo uniforme de clasificación de estas muertes, guardando relación con lo reportado por los hospitales al Registro Demográfico. De igual forma, mantenemos uniformidad con el resto de los estados de Estados Unidos, cuyas guías son las mismas del CDC, lo que nos brindará un panorama más claro de cómo vamos en comparación con toda la nación”, explicó González Feliciano. A estos efectos, la enfermedad de COVID-19 debe ser informada en el Certificado de Defunción de todos los fallecidos donde se considere que el virus haya causado o contribuido a la muerte. Igualmente, la especificación de las causas que condujeron al fallecimiento, también deben ser detalladas. Por ejemplo, en los casos en que el COVID-19 haya causado neumonía y dificultad respiratoria mortal, tanto la neumonía como la dificultad respiratoria deben ser especificadas.
“Al certificar la muerte, se debe incluir la mayor cantidad de detalles posible, según conocimiento del médico o forense que esté atendiendo el caso, incluyendo, pero no limitado, a los registros y pruebas de laboratorio, entre otros. Si la persona fallecida tuvo otras condiciones crónicas como EPOC o asma que también pudiesen haber contribuido a la muerte, éstas deben ser igualmente informadas en el Certificado de Defunción”, explicó Wanda Llovet, directora del Registro Demográfico, quien detalló que aunque, idealmente se deben realizar pruebas para COVID-19, es aceptable dicha clasificación sin la confirmación si las circunstancias son dentro de un grado razonable de certeza.
El Registro Demográfico coordinó la distribución a los médicos y patólogos forenses las instrucciones específicas de cómo deben documentar las causas de muertes por COVID-19 siguiendo las guías establecidas por el National Center for Health Statistics, a través de la Asociación de Hospitales, Colegio de Médicos y el Negociado de Ciencias Forenses.