El pueblo de Salinas se desbordó en llanto al decir adiós a Roberto Espada Gali, uno los nueve tripulantes del avión militar que se estrelló en Georgia el pasado 2 de mayo.

Desde tempranas horas en la mañana, decenas de personas llegaron frente a la Casa Alcaldía para rendir un homenaje póstumo al aviador senior de la Guardia Nacional y exempleado municipal.

Durante la ceremonia participaron familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, deportistas y todo aquel que conoció a Roberto, a quien por unanimidad describieron como un muchacho alegre, solidario y querido por todos.

(Para Primera Hora / Sandra Torres Guzmán)
(Para Primera Hora / Sandra Torres Guzmán)

“He llorado, he gritado, porque la forma en que pasó, trágica me llenó de mucho dolor. No lo creía, me tomó varias horas creerlo y hasta el sol de hoy lo llamo a ver si me contesta, sabiendo que ya no está”, expresó Luis Espada, hermano del militar fallecido.

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Roberto era el mayor de tres hermanos que fueron criados por su abuela Gladys Gali, al morir su madre hace 10 años.

Desde entonces se escuchaba a Espada Gali, la tierna manera en que dedicaba sus logros a su amada “grandma”.

Así lo recuerdan varios excompañeros municipales de donde se retiró en diciembre de 2017, luego de laborar durante 10 años como auditor y contador en el Centro de Recaudaciones de Ingresos Municipales (CRIM) y Oficina de Permisos.

Su retiro se debió a que consiguió un “buen trabajo” en la Guardia Nacional.

“Estamos sumamente tristes y consternados ante el fallecimiento de nuestro compañero en el municipio. Hoy estamos dándole el último adiós como él se merecía, como un servidor público de primer orden”, confesó la alcaldesa de Salinas, Karilyn Bonilla.

“Hace como dos años había solicitado una licencia sin sueldo porque había tenido la oportunidad de trabajar en una posición que eventualmente se la ofrecieron como permanente y decide renunciar al Municipio”, destacó la alcaldesa de Salinas.

(Para Primera Hora / Sandra Torres Guzmán)
(Para Primera Hora / Sandra Torres Guzmán)

Por su parte, su excompañero de labores en el Municipio y vecino de la comunidad El Coquí, Santos Colón, fue otro de los que destacó las virtudes de “un buen compañero que le gustaba ayudar a la gente”.

“Siempre estaba por ahí diciendo ‘hay que vivir la vida, hay que disfrutar’. No importa la situación, Robert siempre estaba contento”, dijo Colón sobre el también beisbolista que jugó Clase A.

Al llegar frente a las inmediaciones del cementerio municipal, la Guardia Nacional y la Fuerza Aérea Muñiz rindieron honores fúnebres a Espada Gali, quien murió junto a otros ocho tripulantes al estrellarse el avión WC-130 Hércules de la Guardia Nacional de Puerto Rico.

“Sé lo que han dicho, me molesta esa situación, siento que se podía haber evitado. Tomaremos acción con el tiempo, paso a paso”, exclamó Luis, hermano del militar.

Entretanto, la abuela Gladys Gali recibió la bandera junto a la compañera de vida de Roberto Espada, en medio del sonoro aplauso que ofrecieron sus compueblanos.

Llegaron a Puerto Rico ocho de los nueves militares que murieron en el accidente aéreo en Georgia.