Con la llegada de la Semana Santa, los puertorriqueños aumentamos el consumo de pescado y una buena parte lo comemos en casa.

Es común acudir a pescaderías para escoger el producto más fresco posible, pero ¿qué debemos tener en cuenta para asegurarnos de que realmente compramos un pescado completamente apto para el consumo?

Si está congelado, el empaque no debe estar roto y no se deben ver ni sentir cristales de hielo o escarcha (eso es señal de que se descongeló y se volvió a congelar).
Si está congelado, el empaque no debe estar roto y no se deben ver ni sentir cristales de hielo o escarcha (eso es señal de que se descongeló y se volvió a congelar). (Xavier Araújo)

Aquí compartimos unas claves:

  • Procura llegar temprano a la pescadería, para que tengas mayor oportunidad de llevarte a casa el producto de tu preferencia.
  • El cuerpo del pescado debe estar arqueado y rígido, lo cual indica frescura.
  • Las escamas deben permanecer unidas entre sí y no deben estar viscosas, sino brillantes.
  • La piel del pescado debe ser del color de cada especie, debe estar húmeda y sin arrugas ni manchas.
  • Las agallas deben estar húmedas, de color rosado a rojo intenso.
  • Los ojos deben estar abultados con una pupila brillante y negra.
  • El olor debe ser suave a agua de mar, nunca intenso y desagradable.