Roberto José Thomas Ramírez decidió cargar con los problemas que aquejan a varias comunidades de las regiones centro, sur y este del país, a pesar de haber crecido en San Juan.

Las desventajas, injusticias y atropellos que históricamente afectan a la gente humilde de Salinas, Guayama y Arroyo, fueron las razones que lo convencieron para integrarse al movimiento Iniciativa de Ecodesarrollo de Bahía de Jobos (IDEBAJO).

Esto con el propósito de facilitar una transformación comunitaria mediante la defensa de su entorno natural y acervo cultural. Además de impulsar el desarrollo desde adentro, promoviendo la autogestión.

“Hay un montón de eventos fortuitos en la vida de cada cual, que hacen que uno empiece a tomar decisiones, y esa serie de eventos fortuitos en mi vida me llevó a esta región y a comprender la necesidad de que se visibilice y que de que se hable de las grandes deudas que tiene el país con esta región”, manifestó Thomas Ramírez, egresado del Recinto de Rio Piedras de la Universidad de Puerto Rico.

“San Juan tendrá un montón de problemas, pero San Juan también concentra un montón de problemas de poder, de servicios y de beneficios que tiene el resto del país, a pesar de toda la pobreza que se acumula en San Juan. Pero por ser el centro de poder por ser el área metropolitana, por ser el espacio donde se ha invertido más en el país, pues también ha dejado esa política, no la gente de San Juan, esa política y esa manera de estructurar al país”, aseguró el gestor comunitario.

Este líder de la calle considera que su labor no seria importante, si no existiera un colectivo de personas y comunidades que se esfuerzan para lograr un bien común. Es por eso que evita hablar desde el individualismo, fenómeno que, según Thomas, es el origen de muchos males.

“Hace algún tiempo, en el 2011, me voluntaricé a colaborar con el trabajo que se estaba haciendo en IDEBAJO, porque entendía que precisamente aspiraba a un trabajo colectivo de propiciar el desarrollo y la autonomía comunitaria como fuente de una transformación del país. Roberto ahora mismo tiene un rol de facilitar un proceso de coordinación, pero Roberto en IDEBAJO es uno más”, declaró el hombre de 38 años.

“A mi me parece que el país tiene una cierta tendencia a hablar de los individuos y a enfocarse en las individualidades, y con las comunidades pasa una cosa media terrible, y es que el enfoque del individuo le quita el enfoque al proceso colectivo, y lo comunitario es un proyecto colectivo en el que cada una de las individualidades forman un cuerpo colectivo, que es lo que posibilita el desarrollo”, expresó.

El facilitador comunitario plantea que su labor se hace desde el voluntariado, porque este tipo de movimiento se basa en el esfuerzo colectivo para superar los grandes retos.

“La labor es voluntaria, porque el ejercicio es que pongamos nuestro esfuerzo en superar los grandes retos que he ido enumerando y eso, ninguna compañía, proyecto económico ni siquiera político está abocado a eso. Es lo contrario, porque quienes tomaron las decisiones que nos han llevado aquí no han sido las propias personas de aquí”, mencionó.

Y así, Roberto mira al futuro con la esperanza de expandir el espíritu comunitario para transformar el país, desde la zona donde decidió germinar.