El estadounidense abogado ambientalista Robert F. Kennedy hijo, pronunció un llamamiento a las comunidades y al liderazgo ambiental puertorriqueño para que fortalezcan su oposición al establecimiento de plantas incineradoras de desperdicios sólidos.

Específicamente, Kennedy rechazó en una comunicación escrita la incineradora que pretende establecer Energy Answers en el barrio Cambalache en Arecibo.

“Lo venden como una fuente de energía renovable, pero no dicen el aumento desmesurado e inmoral que provocará en los costos de salud. Tratan de disfrazar su engaño con los empleos y los millones en inversión, pero este incinerador cerca de escuelas y hospitales, será un golpe mortal a la salud porque trae consigo contaminantes asociados al autismo, a la ceguera, al retraso mental y a problemas del corazón, del hígado, y del sistema renal, entre otras cosas”, dijo Kennedy, quien se encuentra esta semana en la Isla.

Recientemente, la Región 2 de la agencia Estadounidense de Protección Ambiental (EPA) otorgó el permiso de calidad de aire para el establecimiento de la planta Energy Answers en Arecibo, días después de que el director ejecutivo de la Autoridad de Desperdicios Sólidos (ADS), Agustín Carbó, canceló el contrato con la empresa, basado en una opinión legal del Departamento de Justicia.

Kennedy opinó que la lucha debería continuar en los tribunales, pero más aún entre las comunidades. Para ello, dijo, es imprescindible que la gente entienda el “grave daño” ambiental, particularmente al aire, que provocan las incineradoras.

“Ahora mismo hay unos serios problemas de salud solo con la llegada ocasional del polvo del Sahara, que afecta directamente a las personas que tienen problemas respiratorios. Imagínense cómo será una planta operando durante todo el año que lanza partículas tóxicas al aire, como plomo, mercurio y dioxinas, que promueven, como mínimo, un alza en la estadística de casos de asma. La pregunta que siempre me hago es por qué estas plantas no las ubican en los patios de las residencias de los propietarios o al lado de las oficinas donde laboran”, expresó Kennedy.

 “Y el peligro que representa esto es que si logran establecerse, en muy corto tiempo van a llegar más incineradoras contaminando el aire en todo Puerto Rico”, advirtió el abogado activista.