Altas facturas de energía eléctrica, que rondaban entre $12,000 a $14,000 mensuales, llevaron a la franquicia de la Panadería y Repostería Ricomini en Hormigueros a cerrar sus puertas el domingo pasado.

Según el propietario de las empresas Ricomini, Miguel López, la panadería era administrada por su hermano, Luis López. Destacó que pese a ser familia, los negocios eran separados y no están vinculados a la empresa fabricante de los famosos brazos gitanos mayagüezanos.

“Yo le presté el nombre. Tenía unos problemas económicos, problemas de luz. Estaba pagando una cantidad excesiva. Las ventas están flojas y él decidió cerrarla”, explicó López.

El propietario de Ricomini lamentó que su hermano no le ofreciera la administración del local de Hormigueros antes de cerrarlo. Aceptó que tienen problemas familiares y que estos evitaron que se salvara la panadería.

 “Si me hubiera ofrecido el negocio a mí, yo lo hubiera cogido. Pero lo que pasa es que está molesto conmigo y decidió cerrarlo”, señaló a este diario en entrevista telefónica.

Ricomini de Hormigueros llevada alrededor de 20 años operando. Actualmente, quedan abiertas las panaderías de Mayagüez y Bayamón, que son operadas por el propietario original.

 López informó que próximamente abrirán otra franquicia en Isabela.

 Destacó, además, que las empresas de su propiedad están “estables”.