Las emergencias no avisan. Y lo menos que uno espera en un recinto rodeado por la naturaleza, como es el Parque Forestal La Marquesa en Guaynabo, es enfrentar una situación de peligro.

Por tanto, un grupo de empleados de Manejo de Emergencias y de Emergencias Médicas municipal participan desde hace días de un ejercicio de adiestramiento y prácticas de rescate en altura, con enfoque especial en el funicular del parque, un oasis de naturaleza y frescura localizado en las colinas al sur de la zona metropolitana que se espera reabra sus puertas al público de un momento a otro.

El ejercicio, que incluye la participación de expertos y rescatistas de Panamá y Costa Rica, así como algunos expertos de municipios vecinos, es un adiestramiento 40 horas a través de cinco días, según explicó Luis Iván Díaz Colón, director de la Oficina Municipal para el Manejo de Emergencia y Administración de Desastres (OMME).

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“La Oficina de Manejo de Emergencia está llevando a cabo un adiestramiento de rescate en altura, pero estamos enfocándonos en lo que es rescate también en teleférico”, indicó.

Abundó que, entre los escenarios que han estado practicando se incluye uno en el que “el teleférico deje de operar y tengamos personas dentro de una cabina, se pueda hacer un descenso vertical hacia la fase de la vía terrestre para poder entonces sacar a las personas. Y eso implica un sistema, anclajes, bajar en camilla, si hay una persona que sufrió alguna situación, un accidente, una enfermedad que requiera una estabilización. Así que es un adiestramiento abarcador que le va a incluir la parte teórica, la parte práctica”.

“Son muchos elementos y lo que queremos es no esperar a que ocurra una situación de emergencia y empezar a improvisar, sino todo lo contrario, darle esta experiencia, darle este conocimiento, y que se algo continuo que se mantenga año tras año, refrescando, practicando”, insistió Díaz Colón, agregando que en casos de mayor urgencia los rescates podrían incluir el desalojo usando algún helicóptero.

También hay que tomar en cuenta que podrían ocurrir bajo diferentes condiciones climáticas, como vientos más fuertes, aguaceros, tronadas y hasta eventuales impactos de rayos a la estructura del teleférico.

Además del adiestramiento, indicó que el municipio también invirtió “en una compra de equipo que es el requerido para este tipo de trabajo”.

“Hemos invertido unos $60,000 en equipo, arnés, cuerdas, anclajes, carabineros y una serie de elementos de seguridad para poder llevar a cabo este tipo de rescate. Entre una cosa y otra, han sido sobre $75,000, entre el adiestramiento y los equipos, que el Municipio ha estado invirtiendo para que, en una situación como esta, poder estar preparados, responder, y salvaguardar vidas, que es nuestra misión primordial”.

Indicó que, adquirir estas habilidades y experiencia, no se limita a la asistencia que puedan dar en Guaynabo, pues “las oficinas de manejo de emergencia tienen una cultura organizacional donde nos damos apoyo. No importa que sea Guaynabo, Mayagüez, Humacao, el pueblo que sea donde se necesite la colaboración, siempre el personal tiene la voluntad y el deseo de salir a responder”.

Guaynabo entrena personal ante alguna emergencia en teleférico del Parque Forestal La Marquesa.

De hecho, en este adiestramiento, “de manera voluntaria, hemos incluido a otros municipios. Tengo empleados de Manejo de Emergencias de Bayamón, Cataño y San Juan, municipios que están aledaños a Guaynabo, y que, si surgiera una situación, y aparte del recurso interno que tengo en Guaynabo, pudiera necesitar refuerzos de otros municipios, son los que primeros que están más cerca y pudieran llegar”.

Los participantes del adiestramiento, por su parte, elogiaron el ejercicio y la experiencia que están ganando.

“También podemos hacerlo”

Irmarelyz Viera Merced, la única mujer entre el grupo de rescatistas que participa, afirmó que ha sido ha sido “un privilegio” y a la misma vez “un reto… porque con las alturas es difícil, pero ahí vamos”.

El objetivo es aprender, por si pasa alguna emergencia en el teleférico, saber, tener el conocimiento de cómo llegar y sacar a esas personas bien”, comentó, reiterando que el público debe saber que, “si pasa cualquier cosa, hay un equipo que se adiestró, y está capacitado” para acudir a socorrerles.

Aprovechó para recordar a cualquier joven o mujer que pueda sentir esa pasión y esté considerando convertirse en rescatista que, aunque sea una profesión donde predomina la mano masculina, ellas también puede ser parte de los equipos.

(Las mujeres) también podemos hacerlo. No hay limitaciones, ninguna”, afirmó, agregando que por su género no recibe “ningún trato especial o privilegios, me tratan igual, somos iguales, es lo mismo para todo el mundo”.

Agregó que, luego de trabajar nueve años como despacho de Emergencias Médicas, le gusta esta nueva etapa laboral que calificó de “más dinámico, mejor. Salgo, estoy en la calle, veo muchas cosas bien diferentes a estar sentada en un escritorio esperando a que llamen. Me gusta la acción. Es mejor estar en la calle”.

Vienen del exterior

Madison Mogoruza, rescatista panameño que también está participando del ejercicio, afirmó que “es algo especial”, pues en su país para el próximo año proyectan crear “un parque turístico, y se espera que tengamos un teleférico para turismo, así como también un teleférico para transporte, y en principio va a mover 3,000 personas por hora”.

Agregó que, a través del adiestramiento con los instructores Efraín Mercado y Eric Méndez, esperan llevar esa experiencia “para formar personas que tengan la capacidad de responder ante una emergencia”.

Mercado, rescatista e instructor que trabaja con la empresa Prime Restoration, aseguró que los adiestramientos que ofrece junto a Méndez, un experimentado instructor costarricense, son “una cuestión de seguridad”, que, en este caso particular de La Marquesa, es también parte de sus planes de operación.

“Sabemos que existe la posibilidad de que en un momento dado las góndolas (del teleférico) se queden ahí. Y entonces Manejo de Emergencia se da a la tarea de crear un grupo para trabajar con un posible rescate”, comentó.

Explicó que es un tipo de rescate que contempla “muchas variantes”, como podría ser que todas las góndolas estén llenas y se detengan. En cualquier caso, indicó, la movilización debe hacerse en 30 minutos, y el rescate “debería ser en unos 210 minutos”.

Esto es puro rescate vertical; cuerdas. Hay un complemento de seguridad, hay un complemento de sicología. Se les enseña a todos cómo vamos a hacer el acercamiento a las personas, quiénes son los que vamos a sacar primero, normalmente la gente nerviosa, los niños y después el resto de los adultos. Se les va a enseñar también qué se puede hacer y qué no se puede hacer. Hay ciertas condiciones médicas que no pueden tratar en una góndola, hay que evacuar o desalojar a la persona y entregársela a los paramédicos”, detalló.

Agregó que contemplan escenarios diferentes, tales como si hay un bebé, si es una persona con mucho peso, si no tiene movilidad, si está alterada, si es un desalojo de mayor emergencia que requiere la movilización adicional de un helicóptero, etcétera, “y esos protocolos tienen que estar por escrito”.

“Esto es una forma estándar de operar. Ellos están todos aprendiendo a la misma vez qué se va a hacer desde el paso 1 hasta el paso 10″, buscando siempre asegurar tanto la protección de la persona a rescatar, como la suya propia como rescatista.