“Ya no quiero esa casa. Cualquier ruido que uno escucha, uno se asusta. Mis vecinos han sido una bendición. Esa gente me ayudó, pero yo no vuelvo para esa casa”.

Afligida por perder su hogar, pero agradecida a Dios por estar con vida, María Esteva relató el susto que pasó cuando grandes rocas se desprendieron del mogote contiguo a su hogar de la calle C, en la urbanización Alto Apolo de Guaynabo, y fueron a parar a su cocina.

Actualmente, son dos familias las que han abandonado su residencia tras el deslizamiento de terreno. El mismo comenzó el martes, 10 de diciembre, pero no fue hasta el jueves que la situación empeoró.

“Había visitado un ingeniero (a la comunidad) y dijo que le preocupaba una piedra arriba de la montaña, pero jamás pensamos que el jueves a las 5:30 a.m., más o menos, se escuchó un estruendo, como un viento bien fuerte y árboles rompiéndose, una explosión. Mis vecinos de al frente y alrededor lo sintieron como un temblor. El vecino salió corriendo como loco a gritarnos y se montó en su carro a tocar bocina para que salieramos. Yo cogí al perro y salimos. Pero, como la piedra tumbó toda la electricidad, no se veía nada y había agua en el piso porque se rompió la tubería”, relató la mujer, quien trabaja en un banco.

Las rocas destruyeron una ventana y la pared de la cocina de la casa de Esteva. Fueron a parar hasta encima de una estufa y destruyeron los gabinetes.

Según la afectada, aunque actualmente solo dos familias han tenido que abandonar su hogar, alrededor del mogote hay más casas y un complejo de vivienda múltiple.

Se espera que hoy, martes, geólogos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Aemead) rindan un informe para determinar el grado de peligrosidad de la zona y el curso a seguir, informó a este medio el director de operaciones de Aemead, Oscar Sotomayor.

Dijo que la Autoridad de Energía Eléctrica aún trabaja en la relocalización de líneas de transmisión de energía, las cuales se encuentran ubicadas sobre el mogote.

“Este es otro caso de una estructura prácticamente pegada a la falda del mogote, sin espacio para cuando ocurra una cosa como esta evitar que afecte la residencia. La construyeron demasiado pegada a esa área”, indicó Sotomayor, al indicar preliminarmente la razón por la que las residencias se afectaron.

Por su parte, Esteva comentó que uno de los geólogos que visitaron la zona le comentó que en el área se tendría que entrecortar el mogote para evitar deslizamiento.

Pero aún cuando detengan el problema, la mujer insiste que no quiere regresar a su hogar aunque reconoce que desconoce cómo resolverá la situación.

Indicó que en la mañana de este martes tiene una reunión en el municipio de Guaynabo para conocer cómo atenderán el problema. También se orienta con un abogado y logró que el banco, en el cual labora, le detuviera los pagos a la hipoteca.

Lo que desea Esteva es que “hagan algo con la aseguradora y el municipio o la Autoridad (de Energía Eléctrica), primero por la situación que estamos pasando y por los vecinos, su seguridad”.