Las cosas como son.

El economista Kurt JoséBirson González aseguró que no hay evidencia que sostenga que las emigraciones recientes de puertorriqueños han provocado una fuga de cerebros en la Isla, es decir, que quienes se están yendo son los que ostentan altos niveles educativos. 

“La percepción general es que la mayoría de la gente acepta la fuga de cerebro como un hecho ya dado, que no hay cuestión sobre eso, pero no hay suficiente evidencia para decir que hay una fuga de verdad”, dijo Birson González a Primera Hora durante entrevista telefónica.

“Pero eso no quiere decir que no hay gente educada que está saliendo de la Isla, pero no están saliendo más que otro grupo”, aclaró el economista.       

El investigador del Center forPuerto Rican Studies del Hunter College basó sus conclusiones en un estudio del perfil del emigrante puertorriqueño durante el periodo del 2006 al 2011, de acuerdo con los datos recogidos en la American Community Survey del Censo de Estados Unidos.     

Según los resultados analizados en el grupo de edad de 25 años o más, un 30 % de los emigrantes solo había completado la escuela superior, no así un 29 %, que tenía menos de ese grado escolar; si se suman ambas cifras, totalizan 59 %.

Por el otro lado, un 20% tenía un bachillerato o algún grado mayor; además, otro 20% dijo haber cursado solo algunas clases universitarias luego de la escuela superior (some college), lo que totaliza 40 %, cantidad que no supera a los que no tienen grados universitarios (59 %).

¿Y cuál es el perfil de la Isla?

De acuerdo con el análisis realizado al Censo del 2010, el 57 % tiene cuarto año o menos y el restante 44 % ostenta algún grado universitario o clases universitarias (some college). “Esto muestra que la gente que se va no tiene mejores niveles educativos que los que se quedan… Esto va en contra de lo que uno esperaría de una fuga de cerebros”, expuso.

¿EN QUÉ TRABAJAN?

En cuanto a las ocupaciones desempeñadas por este grupo de personas, el estudio revela que los emigrantes analizados durante el periodo del 2006 al 2011 estaban más asociados a los trabajos de cuello azul (tareas manuales, obreros, entre otros) que aquellos ligados a profesiones o posiciones de cuello blanco (dirigentes, superiores administrativos o técnicos). “Y eso no es representativo de una fuga de cerebro”,  destaca el investigador, esta vez en un artículo citado, cuya autoría comparte con Edwin Meléndez, titulado Puerto Rican Emigration and the Perceived Brain Drain: Evidence from the American Community Survey.

Del grupo de emigrantes entre 16 años de edad o más, la mayoría (28 %) trabajaba en ventas y oficinas, seguidos por  la categoría de administración, negocios, ciencias  y artes (21 %), servicios (20 %),  recursos naturales, construcción y mantenimiento (20 %) y producción, transportación y movimiento de material (11 %).   

¿Y los que se quedan? En particular, Birson González destacó que mientras el porcentaje de emigrantes en la categoría de administración, negocios, ciencias y artes es de 21 %, el porcentaje de los residentes en la Isla, en esa categoría, lo sobrepasa con un 30 %.

Además, si se compara la categoría de recursos naturales, construcción y mantenimiento entre ambos grupos, el porcentaje de los que residen en la Isla es menor  (11 %) al de los emigrantes (20 %).

“La comparación del grupo emigrante con el no emigrante (que se queda en la Isla), muestra que hay muchas más personas trabajando en cuello azul que cuello blanco en el grupo de emigrantes”, indicó.

Del mismo modo, el doctor Jorge Duany, reconocido especialista en inmigración, coincide con Birson González al exponer en un artículo titulado ¿Fuga de cerebros? que “se ha exagerado la magnitud de la ‘fuga de cerebros’ en Puerto Rico… Por lo tanto, se requiere revisar la popular visión de que la mayoría de las personas que se han ido de Puerto Rico en la última década son graduados universitarios con destrezas profesionales… el éxodo contemporáneo abarca a una amplia gama de la sociedad boricua, agobiada por el desempleo, la pobreza y la criminalidad”. 

Sin embargo, Birson González aclaró en el artículo que los resultados “no deben desviar la urgencia que la pérdida de población representa”.

La presencia puertorriqueña en Estados Unidos ha ido en aumento ininterrumpido desde 1910, cuando se registraron 1,513 habitantes puertorriqueños en los estados, y al llegar el 2010 alcanzaron los impresionantes 4,623,716, una cantidad superior a los 3.7 millones que actualmente residen en la Isla, según el Censo de 2010.

¿Cuál es su aspiración con esta contribución?

Es importante que no hagamos decisiones o políticas sobre una percepción, hay que verificar lo que pasa de verdad. De hecho, hay una falta de datos disponibles para este tipo de investigación.

¿Por qué le interesa la Isla?

En lo personal, es parte de mi herencia…

Birson González es de madre puertorriqueña y padre turco, y aunque nació en Miami, ha pasado casi toda su vida en Nueva York, donde reside la  mayor cantidad de emigrantes boricuas, más de un millón, según datos censales.

Las contribuciones de Birson González forman parte del libro Puerto Ricans at theDawn of the New Millennium, publicado por el centro.