Rana depredadora del coquí campea por su respeto en Puerto Rico
Se trata de la rana cubana, la cual ha sido avistada tan reciente como este fin de semana en un patio residencial de Cupey
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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Se cree que llegó a la Isla de forma clandestina para los años 70 y hoy, al igual que otras especies exóticas, constituye una amenaza para nuestra fauna, particularmente para nuestro coquí, al que gusta devorar, al igual que a los lagartijos y a los insectos.
Se trata de la rana cubana, cuyo nombre científico es Osteopilus septentrionalis, la cual ha sido avistada tan reciente como este fin de semana en un patio residencial de Cupey y también en el barrio Cibao Ocasio de Camuy.
“La vi trepada en una mata de orquídea. Era crema y pequeña”, dijo una vecina que no se identificó.
“Yo vi una en Camuy, pero era grande. Era amarilla. Parece que se quedó atrapada en un cubo. Mi tía escuchó el ruido que hacía y cuando miramos era la rana”, relató.
El teniente del Departamento de Recursos Naturales, Ángel Atienza, dijo a Primera Hora, que están dispersas por la isla, pero no en poblaciones grandes.
“Son individuos. No hemos identificado poblaciones grandes. Esa rana es oriunda de la isla de Cuba. Se entiende que puede haber llegado para los años 70 y que la trajeron militares como mascotas. Donde primero se identificaron fue en Aguadilla, en la Base Ramey. Es una teoría, pero es donde primero las identificaron”, dijo.
“Es muy posible que esas especies de rana y quizás otras lleguen también en lotes de materiales de construcción o lotes ornamentrales. Los militares iban a Guantánamo”, aclaró Atienza.
Indicó que estas ranas, que adoptan una variedad de colores, dependiendo del ambiente en que se encuentran, emiten una secreción igual que la de los sapos. Tienen unas glándulas sebáceas, agregó, que segregan un veneno y lo utilizan como mecanismo de defensa.
“De hecho, si alguna persona tiene contacto o agarra esta rana con las manos, debe lavárselas de inmediato. El veneno que segregan es su defensa para protegerse de sus depredarores. Las personas que vayan a tocar ese animal, no lo vayan a hacer con las manos. Si tienen contacto deben lavarse las manos rápidamente porque el líquido es urticante; pica. Pero si cae en los ojos, le puede causar hasta una ceguera parcial. Es bien doloroso. A mi me pasó. Cuando me cayó en los ojos, es el mismo efecto del pepper spray. La visión se te nubla y es bien doloroso”, señaló.
“A mi me cayó porque estaba buscándola. Dije: ‘Mira, ahí está la rana’, pero ellas rápidamente se sienten amenazada y votan el líquido. Fue un chorro chiquito. Lo sentí bien caliente. Eso me duró como una hora. No recibí atención médica. Lo aproveché para saber cómo era el efecto. Me lavé la cara muchas veces. Se puso bien caliente. Como que se hincha. Cuando cae en las manos, a los 10 segundos ya se convierte como si fuera un chicle bien pegajoso”, describió el funcionario.
El oficial del DRNA exhortó a los ciudadanos a que cuando vean una de estas ranas que se comen a nuestros coquíes, notifiquen a la agencia, pero no recomiendan que se les acerquen. Explicó que por la razón que la encuentran en lugares como el Cibao, en Camuy, es porque hay un lago y las ranas se reproducen en los cuerpos de agua.
“Si usted tiene un cuerpo de agua, piscina o estanque, revise porque son individuos que ponen miles de huevos. Para identificarla, el macho es bien pequeño y la hembra es bien grande, sobrepasa las cuatros pulgadas y puede variar de color de brown hasta blanco y tonos de amarillo y verde, dependiendo del lugar”, apuntó.
¿Qué se puede hacer al respecto?
Nosotros lo que hacemos es que las removemos. Se orienta a los ciudadanos y se llevan al Centro de Especies en Arecibo. Esa especie es un depredador de animales en Puerto Rico como el coquí, los lagartijos y cualquier insecto. Así que no le cojan pena. Tienen apetito voraz y acaba con nuestras especies.