Misterioso Alex.

Pocas personas saben quién es Alex Pabón Colón, el testigo material detenido por las autoridades federales el 3 de abril y acusado la semana pasada por un Gran Jurado junto a Áurea Vázquez Rijos por conspirar para asesinar al millonario empresario canadiense Adam Anhang.

Aunque vecinos de la comunidad La Perla lo señalaron como el asesino de Anhang, al reclamar la inocencia del convicto Jonathan Román Rivera —ahora bajo fianza en la libre comunidad— y las autoridades federales le imputaron ser el verdadero asesino, muy pocos hablan abiertamente del también conocido como Álex el Loco.

Uno que otro vecino contestó que sí cuando PRIMERA HORA le preguntó si lo creía capaz de matar de la forma en que asesinaron a Anhang, acuchillado en una calle de la ciudad antigua en la madrugada del 23 de septiembre de 2005.

Lo poco que se sabe de Pabón, a quien se le imputa llegar a un acuerdo con la viuda de Anhang para asesinar a su marido a cambio de $3 millones, es la historia de muchos jóvenes marginados y presa fácil de las drogas y la delincuencia.

Pabón Colón vivía en la calle Luna con sus padres, pero tras un incendio que destruyó su casa, a los 12 años llegó a La Perla, dijo un vecino que no quiso identificarse.

En La Perla “fue criado por una señora de La Perla y por la hermana de ésta que lo ayudaba mucho”, agregó el vecino.

“Él iba y venía. No se quedaba en La Perla a dormir y a veces hacía unas loqueras que a uno no le gustaban y había que sacarlo de La Perla... pero respetaba”, dijo otro vecino.

“Era bien introvertido. No hablaba con nadie y era bien callado”, señaló otro residente.

Pero, ¿lo cree capaz de haber cometido ese crimen?

-(Reflexiona) Podría ser que sí...

Nunca le conoció trabajo, comentó sobre Alex, quien se supone que tiene 24 o 25 años.

Testigo lo había señalado

En el juicio celebrado en el Tribunal Superior de San Juan, en el que un jurado encontró a Román Rivera culpable por el asesinato de Anhang, la testigo Gloribel López Rodríguez, de 21 años, alegó que presenció el crimen desde un segundo piso en la calle Luna y declaró que el asesino fue Pabón Colón, al que ella conocía, porque la había seguido en dos ocasiones por el Viejo San Juan.

Dijo que el sujeto era alto, vestía jacket y mahón, llevaba puesta una gorra roja y tenía el pelo recogido en un moñito.

López refutó al testigo estrella de la fiscalía, Carlos Cotto, quien identificó a Román Rivera como el asesino.

López dijo en el juicio que Pabón Colón era karateca y que se crió en La Perla, pero se había marchado.

Se critica a la fiscalía de San Juan por no haber dado credibilidad a esta testigo y no haber investigado con mayor profundidad el caso, dado que el delito de asesinato no prescribe.

Inicialmente, a Pabón Colón se le mantuvo detenido como testigo material para evitar que escapara de la jurisdicción y se negara a declarar, pero trascendió entonces que el joven confesó el asesinato e implicó a Vázquez Rijos como la autora intelectual del crimen.

Las autoridades podrían llegar a algún acuerdo de cooperación con el joven que conlleve una reducción de su sentencia y que lo salve de ser procesado bajo el estatuto de pena capital.

El cargo contra Pabón Colón, por violar el Título 18, sección 1958, del Código Criminal federal, prohíbe el uso del comercio interestatal para cometer un asesinato por contrato.

Establece que cualquiera que viaje o cause que otro viaje, incluyendo la víctima, y que se use el correo, o en este caso el teléfono, con la intención de cometer un asesinato a cambio de pago o la promesa de pago, puede ser multado o encarcelado. Si resulta en muerte, se enfrenta a cadena perpetua o pena de muerte.

Rosita Marrero colaboró en esta historia