Ni en el balcón, ni en los pasillos, ni en la cancha.

Los inquilinos en los 332 caseríos en Puerto Rico ya no podrán fumar en algún área dentro de su complejo de vivienda pública.

La reglamentacion entró en vigor ayer, acorde con los estatus federales aprobadas por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos (HUD en inglés) que prohíbe el uso de productos de tabaco en residenciales públicos.

La prohibición incluye “la actividad de aspirar y despedir el humo de tabaco o de otras sustancias que se hacen arder en cigarros, cigarrillos, pipas, “hookas”, cachimbas y otros productos similares, e incluye poseer o transportar los mismos mientras estuvieran encendidos”.

Según el subadministrador de la Administración de Vivienda Pública de Puerto Rico, William Rodríguez, esto no debe ser noticia nueva para los residentes ya que desde hace un año la agencia estuvo orientándolos.

“Se hicieron los avisos correspondientes y luego se llevó a vistas públicas en distintos puntos de la Isla en donde se convocó a los residentes”, indicó Rodríguez.

“También hicimos unas previstas en donde a los líderes se les reunió y se les explicó en qué consistía la reglamentación y el protocolo que íbamos a estar trabajando en Vivienda Pública”, sostuvo. 

Para el titular de Vivienda, lo que busca la reglamentación es proteger la salud de otros residentes, el que no es fumador, y evitar los fuegos dentro de las unidades y a la misma vez bajar los gastos de mantenimiento en los proyectos por los daños que pudieran ser ocasionados por el consumo de cigarrillos.

Pero, ¿qué pasará si te mangan fumando en un residencial?

“Nosotros lo que hicimos fue un mecanismo progresivo de amonestaciones que se dividirá en cuatro etapas”, dijo el subsecretario. “En la primera se le hace una orientación verbal al residente, en una segunda violación se le redirige a unas agencias que lo puedan ayudar en el control del uso de la nicotina y en una tercera ocasión se le da una charla de tres horas con el Departamento de Salud para que la persona entienda sobre las consecuencias de fumar. En una cuarta y última ocasión se procede con la cancelación del contrato con Vivienda”, explicó.

“Esto no está buscando perseguir a la gente que fuma, sino es tratando de salvaguardar la salud de los demás y que no se fume dentro del proyecto para evitar incendios y daños a la propiedad”, recalcó.

Cada unidad tendrá su rotulación en donde se indicará desde dónde se podrá fumar, que no será menor a 25 pies de distancia, por lo que la única opción para los fumadores en casi todos los casos será salir del complejo.

Rodríguez dijo que la reacción de la gente ha variado.

“Gente que apoya la medida porque obviamente no está a favor del uso del tabaco y hay otros que se quejan porque entienden que deben poder permitírsele fumar dentro de los predios", dijo Rodríguez.

"La gente va a seguir fumando"

Para la líder comunitaria Carmen Berríos, del residencial El Prado de Trujillo Alto, la nueva política de no fumar será difícil de aplicar. 

“Muchos han protestado, otros han dicho que no van a dejar de fumar, realmente la ley va a ser bien difícil de aplicar”, manifestó Berríos. 

"¿Qué vamos a hacer con esa gente que tiene un vicio tan fuerte? Ellos no van a dejar de fumar de la noche a la mañana. No hay manera. La gente va a seguir fumando", advirtió.  

Para la presidenta del Consejo de Residentes de El Prado, la nueva ley no debería aplicar a Puerto Rico. “Esa ley aplica en Estados Unidos porque en Estados Unidos las casas y los edificios son en cartón y madera, son en otro material que son flamables, aquí los incidentes de fuego por cigarrillos en un apartamento de vivienda pública, que son de cemento, yo te diría que son de mil, uno, y de 100, ninguno”, dijo. “Ah, y tenemos detectores de humo en todas las casas”, añadió.

Berríos aclaró que desde hace tiempo a los residentes del complejo se le hizo llegar información de la ley y además se enmendó el contrato de arrendamiento para estipular que no se podrá fumar.