Diversas organizaciones comunitarias dedicadas a la preservación de la costa norte reclamaron este lunes el cese inmediato de unas obras de construcción que el gobierno municipal de Manatí impulsa en la playa Los Tubos de ese pueblo, y que según los grupos, atentan contra la integridad de esa zona ecológicamente sensitiva.

Aunque los activistas, encabezados por el grupo Vegabajeños Impulsando Desarrollo Ambiental Sustentable (Vidas), aseguraron que el proyecto no contaba con los permisos requeridos, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), que atiende una querella del grupo, confirmó que los trabajos tienen el aval de la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPe).

“Hoy (lunes), unos vigilantes fueron al área donde están las obras del municipio, fueron a verificar y, en efecto, cuentan con los permisos de OGPe. Les corresponde a los inspectores de OGPe verificar que la construcción cumpla con todos los requisitos. Mientras tanto, el DRNA se mantendrá en comunicación con OGPe”, dijo a este medio Carmen Milagros Díaz, portavoz del DRNA, quien aclaró que el caso no ha sido cerrado.

Ricardo Laureano, portavoz de Vidas, denunció temprano que la administración del alcalde Juan Aubín Cruz Manzano se comprometió el año pasado a desarrollar una propuesta de la comunidad para restaurar las estructuras existentes en el balneario, pero en su lugar, dio paso este año a unas obras que requieren levantar instalaciones nuevas y asfaltar todo el área ubicada a pasos del mar.

“En esta zona, llevamos proyectos de restauración ecológica, y hay ciertas cosas que van a afectar nuestro trabajo”, manifestó Laureano durante una conferencia de prensa celebrada a las afueras del predio en construcción.

En la conferencia de prensa, participaron también representantes del colectivo Ciudadanos en Defensa del Ambiente y de la organización Toabajeños en Defensa del Ambiente.

Laureano resaltó que el área recreativa de Los Tubos está clasificada por la Junta de Planificación bajo la zonificación de preservación de recursos, y al sur colinda con la Reserva Natural de la Laguna Tortuguero, y al norte, con los terrenos de la propuesta reserva natural Los Jardines, entre Vega Baja y Manatí.

Además, forma parte de la región de arrecifes del norte de la Isla, que según los miembros de Vidas, contiene una de las poblaciones más grandes del coral Acropora palmata o cuerno de alce en todas las jurisdicciones estadounidenses. En total, en el área cohabitan cinco tipos de coral clasificados como especies amenazadas bajo los estándares federales, y tres tortugas marinas, también en peligro de extinción.

Desde el 2008, Laureano ha integrado grupos comunitarios y ambientalistas que se han encargado de cultivar corales en esa playa. Actualmente, experimentan con la siembra del Acropora cervicornis o cuerno de ciervo, y afirmó que la construcción representa una amenaza directa a esa iniciativa, pues los desechos del cemento que se utiliza bajan a través de una escorrentía directamente hacia el área del cultivo.

“La sedificación (sic) de ese cemento corriendo por ahí va a matar nuestro trabajo porque eso se asienta”, señaló el líder comunitario.

“La administración municipal de Manatí y su alcalde presentaron un documento comprometiéndose respecto a la conservación del lugar. Entendíamos que habíamos llegado a acuerdos, y que según plantea la propuesta (de la comunidad), se trataba de restaurar facilidades existentes y, en todo caso, de ser necesario, construcciones no permanentes, desarmables y eco-responsables”, añadió.

Ernesto Vélez Gandía, también integrante de Vidas, dijo que cuando comenzaron los trabajos de construcción, entendían que se le estaba dando paso a la propuesta de desarrollo sostenible que habían presentado al gobierno municipal en mayo del 2013, y que el propio alcalde manatieño había acogido. Sin embargo, al ver los avances de las obras, se percataron de que su extensión e impacto era mucho mayor al acordado. En el litoral de Los Tubos, el ayuntamiento levanta un centro de actividades, remodela las estructuras existentes, y según los activistas, se propone pavimentar los alrededores.

“Al ser una (zonificación de) preservación de recursos, cualquier cosa que vayas a hacer necesita una Declaración de Impacto Ambiental (DIA), y para una DIA hay que abrir vistas (públicas), tienen que venir expertos en distintos temas para hacer distintos exámenes científicos, y nada de ese proceso se ha hecho. Así que eso no puede ser, eso hay que pararlo e investigarlo”, sostuvo Vélez Gandía.

La propuesta de Vidas incluía habilitar una de las estructuras existentes para establecer allí un centro de investigación de autogestión comunitaria para impulsar todos sus proyectos.

La agrupación solicitó una reunión urgente con el vicealcalde de Manatí, Benjamín Ramírez, pero el funcionario municipal dijo que tendría que ser luego del 8 de enero. “Es que no puede ser después del 8 de enero. Ya para el 8 de enero eso está casi terminado”, subrayó Vélez Gandía.

Este medio intentó obtener una reacción del ayuntamiento, pero Jorge Colón, asistente del vicealcalde, dijo que la única persona autorizada para hablar sobre el tema es Ramírez, quien se encuentra fuera del País, y se reincorporará en sus funciones el 9 de enero.

Casi una decena de obreros laboraban a media mañana en la construcción ajenos a la controversia que han generado los trabajos.

“No estoy muy claro de lo que están haciendo (los miembros de Vidas). Nosotros no tenemos que ver con eso. Eso es un asunto con el municipio”, manifestó a este medio Víctor Rivera, quien está a cargo de los trabajos.

Rivera dijo que laboran para una firma de ingeniería contratada por el gobierno municipal, y estimó que las obras podrían concluir en unos cuatro a cinco meses.