Puerto Rico estudia subir los impuestos al café
Entre las partes que se oponen a la subida del impuesto existente figura el propio Departamento de Agricultura de Puerto Rico.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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El Senado de Puerto Rico comenzó hoy sus trabajos encaminados a cambiar la legislación vigente y aumentar la protección de su industria cafetera a través de una controvertida subida de impuestos al café extranjero que llega a la isla.
Entre las partes que se oponen a la subida del impuesto existente figura el propio Departamento de Agricultura de Puerto Rico, que trabaja muy activamente para favorecer el desarrollo de una industria dentro de la isla que en la actualidad aporta unos ingresos de 36 millones de dólares al año.
"Entendemos que en este momento no debemos aumentar el impuesto a las importaciones de café en Puerto Rico", defendió hoy Karen Oliver, agrónoma del departamento, durante las vistas públicas de la Comisión de Agricultura, Seguridad Alimentaria, Sustentabilidad de la Montaña y de la Región Sur del Senado.
Tras la guerra hispano-estadounidense de 1898, la nueva relación de dependencia entre Puerto Rico y EE.UU. hizo que las exportaciones de su hasta entonces potente producción de café se encarecieran y cayeran drásticamente.
Con la Gran Depresión de los años 30 la industria se hundió aún más, lo que sumado al elevado coste de la electricidad y de la mano de obra en función de la productividad hizo que esta industria perdiera mucha competitividad.
Para combatir esta situación el Congreso de EE.UU. permitió a Puerto Rico establecer un impuesto a todas las importaciones de café extranjero para uso, consumo o venta en la isla, lo que en la práctica encarece las marcas de fuera y aumenta la demanda de los productos locales, que resultan más baratos en comparación con el resto.
En 1991 el impuesto se aumentó de 1,75 a 2,5 dólares por libra de café crudo y de 2,1 a 3 por libra de café tostado o molido. Desde entonces se mantienen esos precios, pese a que el café local, que tiene precios regulados, se encareció en 2005 por orden del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO).
En opinión de la agencia de Agricultura, sería conveniente que antes de tomarse cualquier decisión sobre un nuevo aumento del impuesto, el DACO realice un estudio sobre los efectos que esta medida tendría en el mercado y en el bolsillo de los puertorriqueños.
Quien sí se mostró hoy decididamente a favor de imponer más impuestos a la entrada de café extranjero en Puerto Rico fue Pedro Vivoni, el presidente de Acción y Reforma Agrícola, una organización que busca promover y mantener la industria cafetalera fuerte.
"La medida que se propone decididamente contribuye a esta meta", dijo Vivoni, quien propuso que "todos los ingresos provenientes del aumento en el Derecho de Importación se utilicen exclusivamente a programas, actividades y servicios de la industria cafetalera y sus diferentes componentes".
Esta iniciativa legislativa ha sido propuesta por el senador Ramoncito Ruiz para enmendar una ley de 1931, conocida como la Ley para Imponer un Derecho de Importación al Café Extranjero.
"Esta es una medida proteccionista porque tenemos que incentivar la producción del café puertorriqueño y entendemos que es justo ajustar los impuestos del café extranjero", defendió Ruiz.
Añadió que "van 22 años sin una revisión de los mismos, mientras los caficultores han tenido aumentos en el gasto de energía, el costo de las semillas, los abonos y más".
Hoy en día, la industria del café en Puerto Rico está compuesta por alrededor de 5.000 caficultores y unas 34.000 cuerdas (13.363 hectáreas), lo que da empleo a unos 10.000 trabajadores durante cada cosecha.
Las autoridades locales quieren impulsar además la producción esta industria. Para este año está prevista la siembra de unos tres millones de plantas y un total de dieciséis millones de arboles para los próximos tres años.
"Esta cosecha ha sido bien buena, el punto más alto deberíamos tenerlo en tres años" aseguró Oliver durante su comparecencia de hoy en el Senado.
El Senado de Puerto Rico comenzó hoy sus trabajos encaminados a cambiar la legislación vigente y aumentar la protección de su industria cafetera a través de una controvertida subida de impuestos al café extranjero que llega a la isla.
Entre las partes que se oponen a la subida del arancel existente figura el propio Departamento de Agricultura de Puerto Rico, que trabaja muy activamente para favorecer el desarrollo de una industria dentro de la isla que en la actualidad aporta unos ingresos de 36 millones de dólares al año.
"Entendemos que en este momento no debemos aumentar el impuesto a las importaciones de café en Puerto Rico", defendió hoy Karen Oliver, agrónoma del departamento, durante las vistas públicas de la Comisión de Agricultura, Seguridad Alimentaria, Sustentabilidad de la Montaña y de la Región Sur del Senado.
Tras la guerra hispano-estadounidense de 1898, la nueva relación de dependencia entre Puerto Rico y EE.UU. hizo que las exportaciones de su hasta entonces potente producción de café se encarecieran y cayeran drásticamente.
Con la Gran Depresión de los años 30 la industria se hundió aún más, lo que sumado al elevado coste de la electricidad y de la mano de obra en función de la productividad hizo que esta industria perdiera mucha competitividad.
Para combatir esta situación el Congreso de EE.UU. permitió a Puerto Rico establecer un impuesto a todas las importaciones de café extranjero para uso, consumo o venta en la isla, lo que en la práctica encarece las marcas de fuera y aumenta la demanda de los productos locales, que resultan más baratos en comparación con el resto.
En 1991 el impuesto se aumentó de 1,75 a 2,5 dólares por libra de café crudo y de 2,1 a 3 por libra de café tostado o molido. Desde entonces se mantienen esos precios, pese a que el café local, que tiene precios regulados, se encareció en 2005 por orden del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO).
En opinión de la agencia de Agricultura, sería conveniente que antes de tomarse cualquier decisión sobre un nuevo aumento del arancel el DACO realice un estudio sobre los efectos que esta medida tendría en el mercado y en el bolsillo de los puertorriqueños.
Quien sí se mostró hoy decididamente a favor de imponer más impuestos a la entrada de café extranjero en Puerto Rico fue Pedro Vivoni, el presidente de Acción y Reforma Agrícola, una organización que busca promover y mantener la industria cafetalera fuerte.
"La medida que se propone decididamente contribuye a esta meta", dijo Vivoni, quien propuso que "todos los ingresos provenientes del aumento en el Derecho de Importación se utilicen exclusivamente a programas, actividades y servicios de la industria cafetalera y sus diferentes componentes".
Esta iniciativa legislativa ha sido propuesta por el senador Ramoncito Ruiz para enmendar una ley de 1931, conocida como la Ley para Imponer un Derecho de Importación al Café Extranjero.
"Esta es una medida proteccionista porque tenemos que incentivar la producción del café puertorriqueño y entendemos que es justo ajustar los impuestos del café extranjero", defendió Ruiz.
Añadió que "van 22 años sin una revisión de los mismos, mientras los caficultores han tenido aumentos en el gasto de energía, el costo de las semillas, los abonos y más".
Hoy en día, la industria del café en Puerto Rico está compuesta por alrededor de 5.000 caficultores y unas 34.000 cuerdas (13.363 hectáreas), lo que da empleo a unos 10.000 trabajadores durante cada cosecha.
Las autoridades locales quieren impulsar además la producción esta industria. Para este año está prevista la siembra de unos tres millones de plantas y un total de dieciséis millones de árboles para los próximos tres años.
"Esta cosecha ha sido bien buena, el punto más alto deberíamos tenerlo en tres años" aseguró Oliver durante su comparecencia de hoy en el Senado.