Puerto Rico busca ser la meca de la marihuana medicinal
El uso de la marihuana con fines medicinales es una realidad en Puerto Rico desde el pasado 30 de diciembre pasado
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Puerto Rico avanza hacia el hecho de convertirse en centro regional para el tratamiento de enfermedades con marihuana medicinal, que se prevé que en los próximos años sea usada por miles de pacientes de la isla y el Caribe.
El presidente de Puerto Rico Legal Marijuana -la principal entidad local dedicada al asesoramiento legal y formación sobre el cannabis para uso medicinal-, Goodwin Aldarondo, señaló a Efe que en el sector se calcula que cientos de miles de personas recurrirán en la isla al cannabis para tratar sus enfermedades.
"La cifra es perfectamente posible de conseguir", dijo Aldarondo, cuya entidad asesora sobre los procesos para iniciarse en este sector, con auge en los últimos tiempos y en especial desde la presentación la pasada semana de un proyecto de ley sobre la materia.
Aunque desde hace meses estaba en vigor una orden ejecutiva para el uso de la marihuana con fines medicinales en la isla, la pasada semana fue presentado en el Senado de Puerto Rico el Proyecto de Ley 340 para el cannabis con fines terapéuticos que pretende mejorar las condiciones que establecía el mandato.
El Ejecutivo de la isla, con graves problemas para pagar una deuda pública de $70,000 millones, busca ingresos y ha visto en este sector una fuente de recaudación vías permisos, impuestos y turismo médico, aprovechando el rol de Puerto Rico de tradicional centro de tratamiento sanitario en la región.
El uso de la marihuana con fines medicinales es una realidad en Puerto Rico desde el pasado 30 de diciembre, fecha en la que el sector arrancó gracias al reglamento para el Uso, Posesión, Cultivo, Manufactura, Fabricación, Dispensación, Distribución e Investigación del Cannabis Medicinal.
Ese reglamento fue implementado por el Departamento de Salud por medio de la orden ejecutiva del exgobernador García Padilla de julio de 2016.
El actual Gobierno quiso dar mayor seguridad al sector con la aprobación de una ley que dé, con mayores garantías, vía libre para el desarrollo pleno de un sector que según dijo Aldarondo cuenta ya con cerca de mil pacientes con tarjetas expedidas por el Departamento de Salud local que permite la adquisición de la marihuana en dispensarios.
Además, hay otros miles que han solicitado sus correspondientes tarjetas y que esperan recibirlas por parte del Departamento de Salud.
A pesar del poco tiempo que lleva el sector de la marihuana medicinal operando en la isla y de hacerlo solo con el apoyo de una orden ejecutiva hay ya operativos en Puerto Rico ocho cultivadores, cuatro empresas dedicadas a tareas de manufactura, siete dispensarios de marihuana, dos laboratorios y un negocio dedicado al transporte del cannabis.
Aldarondo indicó que solo en permisos para la puesta en funcionamiento de esos negocios las distintas administraciones han recaudado más de 3 millones de dólares.
En cuanto hasta dónde puede llegar la marihuana con fines medicinales en la isla, dijo que las posibilidades son infinitas, ya que el proyecto que se espera convierta en ley establece hasta dieciséis enfermedades tratables con marihuana, entre las que destaca el cáncer, con cerca de 100.000 pacientes en Puerto Rico.
"El potencial es muy alto porque hay grandes posibilidades de aunar el turismo médico con el tradicional. La gente podrá tratarse de sus dolencias y, además, disfrutar de unas vacaciones en Puerto Rico", subrayó Aldarondo.
El texto del proyecto aclara que la iniciativa pretende derogar el Reglamento 8766 del Departamento de Salud aprobado por la pasada Administración, una vez la nueva ley entre en vigor.
El Proyecto 340 establece los controles y herramientas para que los pacientes accedan a la marihuana con fines medicinales y para el funcionamiento de la industria.
Ordena la creación de una Junta Reglamentadora del Cannabis y se faculta a requerir la preparación académica, cursos para obtener una licencia y educación continua que se identifique sean necesarios de los distintos participantes de la industria.