Por “aburrimiento” hoy realiza impresionantes esculturas en bizcochos
Catherine Neris se describe como autodidacta, pues no ha tomado cursos formales para desarrollar su arte.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Hasta hace poco, las montañas de San Lorenzo escondían el talento de una hija de Borinquén, quien decidió –literalmente– romper el molde y salir del estilo tradicional a la hora de confeccionar bizcochos para convertirse en toda una artista.
Ella es Catherine Neris, escultora de bizcochos y es “de San Lorenzo, como Chayanne”.
Esta talentosa creadora de un arte culinario majestuoso y único en la Isla, elabora esculturas de bizcocho en formas tridimensionales. Utilizando su imaginación y un toque único en cada proyecto, Cathy Sugar Cake se abre paso en un mundo lleno de formas y arte sin límites.
Aunque pareciera haber tomado cursos especializados para la creación de bizcochos de este nivel, Cathy asegura no ha tomado clases para aprender a decorar, ya que su interés por la repostería comenzó por puro “aburrimiento”.
“Todo lo que he hecho ha sido por aburrimiento. Yo fui mamá muy joven y a veces uno tiene unos planes en la vida, pero la situación de la responsabilidad es más fuerte. Tenía un part-time para estar con mi hijo y poder trabajar. Entonces, cuando lo llevaba a la escuela, me sobra demasiado tiempo y tomé un curso inicial en Extensión Agrícola de San Lorenzo. Lo repetí como dos o tres veces, me dieron unas recetas que son bien poderosas. Nunca me enseñaron a decorar, jamás en mi vida me enseñaron”, explicó Neris, quien es madre Abdiel de 20 años y Sofía de 10, y está casada hace 23 años con el padre de sus retoños.
Después de haber tomado el curso básico de confección, y tras llevar tiempo realizando pruebas de “práctica y error”, Cathy comenzó a hacer bizcochos que le ayudaban a complementar el ingreso que obtenía de un trabajo en una panadería, aunque asegura que para aquel entonces “prácticamente, regalaba los trabajos”.
Desde ese momento, comenzó a rodearse de algunos “mentores” que le aconsejaban y le enseñaron técnicas que, poco a poco, fue integrando a sus trabajos, aunque siempre dice haber sido “autodidacta”.
“Tuve un mentor escultor. Él ha hecho bizcochos de $5,000 (en Estados Unidos). No estaba conmigo haciendo la escultura, pero como ya yo tenía la base, él me daba consejos. Pero, yo no me atrevía a hacer nada de lo que él decía”, recordó la mujer.
No fue hasta el 8 de febrero del 2021, hace exactamente un año, que Neris dice haberse lanzado con todo y delantal a una nueva aventura, saliendo de su zona de “confort” y entrando en dimensiones desconocidas. Guiada por su anhelo de hacer verdaderas obras de arte, dejó el lado cómodo de la confección de bizcochos regulares para crear esculturas y pasteles tridimensionales.
“Esa mañana me levanté y ya me estaba cansando de hacer tantos bizcochos redondos y cuadrados, y cuando lo subí (a las redes sociales) te parecías a todos los demás. Hasta que ese día dije: ‘Es momento de cambiar’. Preparé mensajes de texto a todos y les dije: ‘A partir de ahora no voy a hacer bizcochos en frosty. Voy a comenzar a hacer mayormente tridimensional’”, recordó.
De todos los clientes que tenía para aquel entonces, solo cinco la siguieron apoyando. Y esos meses de febrero y marzo, admite, que entró en una depresión.
“Estaba sufriendo la nostalgia, era un cambio, estaba saliéndome de la zona de confort. Era incómodo. La gente cuando te dicen ‘frosting’ es porque quieren degustar, pero el ‘frosting’ es insostenible para lo que sea que vayas a hacer. Ellos querían degustar y yo quería arte. Pero para ganar a veces hay que perder y mucho” confesó.
Desde ese momento, Cathy, quien se autodenomina fanática del género de animación japonesa animé, de películas Hollywood y shows como “Cake Boss”, comenzó su nuevo enfoque y se sometió a retos por las redes sociales para mostrar sus trabajos y darse a conocer.
Y, se dio una oportunidad para llevar su arte a “Noticentro al Amanecer” (WAPA), donde creó un “portrait cake” de Santa Claus.
“Yo no me quiero parecer a los demás y, para que no me puedan comparar tengo que hacer algo diferente. Quería hacer algo diseñado, nuevo y único para cada persona. No que la gente me llame con una foto de internet, tú me puedes hacer esto y ya. A mí no me gusta que me pidan un bizcocho redondito y bobo. A mí me gusta el ‘Terminator’ con los ojos en la situación de batalla. Es fuerte mi arte, es muy rudo”, afirmó la escultora, quien advirtió que los rangos de precios de sus trabajos “son como los de un bizcocho de boda”, ya que requieren de un periodo de elaboración similar.
“Un bizcocho de escultura lleva el mismo tiempo de confección que uno de boda, tres o cuatro días. La escultura es artesanal, no uso ni si quiera un cortador, lo hago todo a mente, a ojo y a mano”, afirmó la especialista, quien ha realizado trabajos de personajes como Edward Scissorhands, la Estatua de la Libertad y Bad Bunny, entre otros pero, según ella, el que “más viral” se ha ido es una escultura con su propio rostro.
No obstante, la artista sueña con hacerle una escultura a su compueblano Chayanne; y darle a probar de alguna de sus grandiosas obras al protagonista del reality “Cake Boss”, Buddy Valastro. Y, de ahí “pa Hollywood”.
“Mi sueño es hacerle un bizcocho a Chayanne directamente, porque lo admiro mucho, es de San Lorenzo y no pierde su esencia. Como deseo en mi área, quisiera que el ‘Cake Boss’ (Buddy) pueda probar un bizcocho mojadito al estilo tradicional puertorriqueño. Quiero que él vea que el bizcocho no tiene que ser seco. Es fácil soñar, es gratis”, sostuvo la samaritana, quien afirmó que ese don que tiene “es un regalo de Dios y lo está utilizando por el tiempo que dure”.
Para conocer más sobre Cathy, puede seguir su trabajo en Facebook bajo Cathy Sugar Cake.