Preocupados por la creciente necesidad de equipos de protección para médicos y personal de primera respuesta, así como de ventiladores (respiradores) en las instalaciones hospitalarias, en medio de la pandemia del coronavirus Covid-19, grupos de estudiantes y profesores de la Universidad Politécnica de Puerto Rico, se dieron a la tarea de utilizar su talento y destrezas para crear esos artefactos.

En uno de esos grupos, el estudiante de ingeniería mecánica Christian Orama Reyes se unió a otros alumnos y a profesores para crear protectores faciales usando máquinas impresoras 3D.

“Quería ayudar a médicos, enfermeras, policías. Así que empecé a tratar de hacer máscaras N95, pero consumía mucho material y mucho tiempo para producirlas en cantidad. Después se me acercan unos médicos y me preguntan si podía hacer los ‘face shields’ para ellos, y de ahí surge la idea de hacerlos para todas esas personas que atienden público”, explicó el estudiante.

Relató que comenzaron el proyecto con la búsqueda de un diseño, que pudieron descargar de internet bajo una licencia de uso libre, y que además es “simple, consume menos material y se puede hacer en menos tiempo”. Entonces indagó entre la comunidad universitaria sobre quienes tenían impresoras 3D disponibles, y dio con la profesora Diolinete Gerena y su esposo, el técnico José Ramos, quienes se ofrecieron a dar la mano con el laboratorio de la Universidad Politécnica. La pareja se comunicó con el decano y consiguieron el permiso para usar el laboratorio y los materiales que había allí.

“Podemos hacer casi 1,000 por semana en la universidad. Y además tengo mi ‘3D printer’ en mi casa y otros tres estudiantes también lo están haciendo en sus casas, y entre todos hacemos como otros 250 semanales”, comentó Orama.

Detalló que una vez las impresoras producen la visera, entonces colocan en la parte frontal las micas y se completa el protector facial.

“Nosotros lo ensamblamos y entre los médicos ya se está regando la voz y se han comunicado con nosotros”, dijo el estudiante, agregando que tienen una página en la que pueden solicitar, los médicos con su licencia, los policías con su número de placa.

“Los doctores están bien agradecidos. Nos envían fotos de cuando lo usan, de cuando lo reparten. Es una manera, nosotros queremos ayudar a esas personas que se exponen con el público. Ese ‘face shield’ es un escudo reusable, por sus materiales se puede sanitizar y reutilizar, y los protege además de las N95”, aseguró Orama.

“Las personas están muy agradecidas y hemos podido impactar a muchos doctores. Como ellos mismos dicen, muchas veces van al hospital con miedo por la exposición, al igual que enfermeras, paramédicos, policías. Así que hemos podido ayudar a mucha gente y estamos muy contentos”, afirmó Orama.

Para la distribución, ha contado con aliados como la estudiante de medicina Andeliz Rivera, quien se ha encargado de atender las órdenes que reciben de la comunidad médica.

“En el caso de nosotros, los estudiantes la universidad, decían: ‘no los vamos a exponer, quédense en casa’. Y yo decía, ‘pero, ¡Dios mío, qué vamos a hacer!’. Christian tiene una mente muy innovadora y dijo tengo esta idea, y le dije pues vamos a hacerlo”, comentó Rivera.

“Hemos recibido muchos mensajes agradeciendo. Ha sido bien bonito. Hasta nos quieren abrazar, aunque no pueden. Se siente superbién saber que estamos impactando tantas vidas. Queremos ayudar a nuestros héroes y cuando les entregamos el protector nos dicen a nosotros que somos los héroes”.

La profesora de ingeniería mecánica Gerena explicó que la Universidad cuenta con un laboratorio para proyectos, cuyo fin justamente es de asistir en proyectos relevantes a estudiantes y a la comunidad en general. Allí tienen varias máquinas impresoras 3D que son las que están usando para esta iniciativa.

“Como yo tengo acceso al salón (laboratorio) él (Orama) se comunicó conmigo. Y dieron acceso a través del decano. José “Cheo” Ramos, mi esposo, que es ingeniero y trabaja en el salón, es quien está haciendo el proceso. Christian y Andeliz van y recogen el equipo a través de los portones para luego entregarlo”, comentó la profesora.

Agregó que también han entregado equipo protector allí mismo en los portones a patrullas y ambulancias que han pasado a recogerlo, y de igual manera les han provisto a la Asociación de Hospitales y al Colegio de Médicos Cirujanos.

“El que diga que necesita, quizás no podamos darle toda la cantidad que requiera, pero lo que podamos, se lo llevamos”, aseguró la profesora.

Esta producción local del tan necesario protector facial entra ya en su cuarta semana, y ahora han añadido otro producto: un aditamento para proteger la parte trasera de las orejas de laceraciones por el uso prolongado de mascarillas. Según explicó la Gerena, se trata de un aditamento que vieron en internet y luego hicieron una versión aquí, y que permite ajustar las cintas de las mascarillas detrás de la cabeza.

“Y la Universidad lo ha dado todo gratis, lo está costeando. Y hay ciertas partes del protector, la mica de las laminillas, que hay gente que las ha donado, vecinos, profesores, una persona que tenía de su empresa. Como esas láminas ya no se usan, pues la han regalado. La gente está colaborando, así que es un esfuerzo de la universidad y la comunidad”, insistió Gerena.

“Todo ha sido muy bonito. Si esto sirve para algo, lo seguiremos haciendo. Es un orgullo que la universidad haya dicho que sí. Como profesora, siento orgullo que la universidad se una a esta causa de manera gratuita”, afirmó la profesora.

Mientras tanto, otro equipo de profesores y estudiantes trabaja en varios prototipos de ventiladores (respiradores). Según detalló Wilfredo Fariñas, profesor de ingeniería biomédica de la Politécnica, se trata de “tres tipos de ventiladores, para colaborar en atender la crisis”.

“En caso de agravarse la situación, pues tendríamos cómo responder o por lo menos más aparatos disponibles. Son tres equipos que se diseñaron. Uno es un equipo que pretende atender a dos pacientes al mismo tiempo. Se pone en el medio de dos camas y puede atender a dos enfermos a la vez. Tenemos otro más sencillo, para un solo paciente, que se puede hacer en una impresora 3D. Y tenemos un equipo más sofisticado en el que se puede regular el ciclo respiratorio, subir o bajar la intensidad de acuerdo a la necesidad del paciente”, explicó el profesor.

Imagen artística de uno de los prototipos de ventiladores que están construyendo estudiantes y profesores de la Universidad Politécnica para ayudar a hospitales a combatir la pandemia del Covid-19.
Imagen artística de uno de los prototipos de ventiladores que están construyendo estudiantes y profesores de la Universidad Politécnica para ayudar a hospitales a combatir la pandemia del Covid-19. (Suministrada)

Indicó que son equipo “para ayudar al médico en atender al paciente”, pero no para tratar a pacientes en intensivo. Lo que hacen remplazar la función humana de presionar la bolsa de aire del resucitador manual, conocido comúnmente como “Ambu Bag”.

Se trata de aparatos “desarrollados por profesores y estudiantes de bachillerato, como parte sus estudios de bioinstrumentación, en su carrera de ingeniería biomédica. Son artefactos “de construcción rápida, para respuesta rápida, que además son fáciles de mover e instalar”.

No obstante, el profesor señaló que esta iniciativa incluye a “un equipo más grande de todo Puerto Rico” que cuenta con empresas y otras universidades, como la Universidad de Puerto Rico, que están trabajando también para producir “equipos más complejos, con sensores y demás, pero que llevan mucho más tiempo de construcción”.

Según Fariñas, ya lograron construir uno de los prototipos, y están fabricando las partes de los otros. Esta semana esperan hacer las pruebas y los ajustes necesarios, para entonces hacerlos llegar a los hospitales.

“Esperamos poder poner a disposición de la comunidad médica los equipos que nuestros recursos permitan hacer. Si se requiere, se podrían hacer hasta 20 semanales. Esperamos que no, pero si hiciera falta, la solución está ahí”, indicó el profesor.

“Los muchachos están bien entusiasmados de poder aplicar los conocimientos para ayudar, viendo que lo que han aprendido tiene su aplicación en la vida cotidiana. Sería interesante que la comunidad médica sepa que en la Universidad estamos dispuestos a colaborar con ellos, no solo en esta situación, sino en cualquier otra que crean que la universidad puede ayudar. Estamos dispuestos a hacerlo, y tenemos estudiantes, profesores para resolver situaciones de equipología, diseños, instalaciones, software. Estamos formando profesionales para que salgan a trabajar en toda la Isla, en hospitales, en la industria farmacéutica, para servir a la comunidad, y con cosas hechas en casa”, insistió el profesor, agregando que sus estudiantes trabajan en otros proyectos, como prótesis para niños, equipo para respuesta a necesidades de pacientes cuadripléjicos, entre otros.

Para Jonathan Ortiz, estudiante de ingeniería biomédica de la Politécnica, poder ser parte del proyecto de los ventiladores “ha sido una experiencia bastante buena”,

“Me gustaría especializarme en manufactura de equipos médicos, y esto (el proyecto) me sirve como experiencia para practicar mis habilidades. El diseño del ventilador ha pasado por diferentes etapas, y hemos tenido que ir aprendiendo y añadiendo cosas. Ha sido bastante bueno para todo el grupo. Todo el mundo ha tenido que salirse de su zona de confort”, comentó el estudiante.

“Fuera de la parte del estudio, uno se siente bien porque está ayudando a las personas que más lo necesitan”, agregó el estudiante, destacando que los estudiantes “estamos preparados para brindar más de nosotros”.

Ortiz exhortó a todos los que están trabajando de alguna forma en ayudar a enfrentar la pandemia en “expresar sus experiencias, coordinar las ideas, para así llegar a un mismo objetivo, una misma meta de poder ayudar”.

“Es una gran experiencia poder ayudar al prójimo con esta situación que tenemos del Covid-19”, afirmó el estudiante.