PETA Latino: "Puerto Rico debería dejar en el pasado las peleas de gallos”
La organización sin fines de lucro se expresó en torno a los esfuerzos del gobierno de turno por darle un respiro a los galleros tras prohibición federal.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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La organización sin fines de lucro Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) Latino indicó hoy que Puerto Rico “debería ingresar en el siglo XXI y dejar en el pasado las peleas de gallos”.
Las expresiones del especialista en comunicaciones de PETA Latino, Gabriel Ochoa, surgieron en respuesta a los esfuerzos de los funcionarios de Puerto Rico por desafiar la ley federal de Estados Unidos que prohíbe las peleas de gallos.
“Es reprensible que, entrando en el 2020, funcionarios de Puerto Rico busquen desafiar no solo la ley federal de Estados Unidos, sino también todos los estándares modernos de ética y compasión, protegiendo a la cruel industria de las peleas de gallos, en la que los gallos son obligados a pelear hasta la muerte, a menudo con espuelas afiladas atadas a sus pies para infligir el máximo dolor a su oponente y generarle una gran lesión”, indicó Ochoa en declaraciones escritas.
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PETA Latino acusó a los políticos de querer “proteger a la cruel industria de las peleas de gallos”. La prohibición por parte del Congreso de Estados Unidos entra en vigor este próximo viernes.
“Puerto Rico debería seguir el ejemplo de Quintana Roo, México, que acaba de declarar ilegales las peleas de gallos y las corridas de toros, y de muchos otros estados y municipalidades de Latinoamérica (y los 50 estados de Estados Unidos) y prohibir este espectáculo brutal”, añadió el portavoz de la organización.
Precisamente, el lema de Peta Latino indica que “los animales no son nuestros para experimentar, comer, vestir, usar para el entretenimiento ni abusar de ellos en ninguna forma”.
Hoy, la gobernadora Wanda Vázquez Garced firmó dos medidas para pedir un periodo de transición de cinco años para seguir cabildeando en el Congreso a favor de la industria gallística y para que sigan las peleas de gallos en el archipiélago borincano.