En las últimas dos semanas, las condiciones del mar han estado pésimas para la pesca, lo que ha tenido un gran impacto en el producto que tiene potencial de llegar a la mesa en una de las épocas del año que más demanda tiene el pescado fresco.

Federico Naranjo Rosa, pescador y propietario de Pescadería y Restaurante Kafe en la villa pesquera de Cataño, señaló que hoy no hubo oportunidad de salir temprano al mar debido al fuerte oleaje. Sin embargo, en circunstancias como la que se viven estos días va tomando las previsiones para suplir las necesidades de sus clientes.

“La venta no se afecta mucho, porque pescan todo el año; todos los días mientras se pueda salir a pescar. En los ‘freezers’ hay pescado todo el tiempo. Ahora mismo tengo suficiente producto fresco para esta semana. Si en un momento dado me quedo sin pescado, recurro a otras pescaderías o pescadores de otras partes de la Isla”, explicó Naranjo Rosa.

Mientras que José Ayala Cantres, a quien conocen en el área de Cataño como “Cundá el pescador”, aseguró que han sido “días malos”. El dueño de Pescadería Cundá y del restaurante Bugalow, señaló que al verse afectado por las condiciones climatológicas, ha tenido que recurrir a la compra de pescado importado de otras villas pesqueras de otras áreas de la Isla.

Esta situación no solamente afecta al consumidor, que tiene que pasar más trabajo buscando un producto fresco, sino también a los pescadores que dependen de su trabajo para llevar sobrevivir. Raúl Velázquez Molina, pescador a tiempo parcial, destacó que muchos de sus compañeros han tenido que recurrir a otros tipos de trabajos para poder generar ingresos.

“Yo soy jubilado, pero hay pescadores que hacen esto a tiempo completo y esto le afecta. A mí me afecta porque la lancha es una inversión y hay que pagar cuota para estar en la villa. Pero también para otros no hay entrada para alimentarse. Algunos son mecánicos, otros pintan o cortan patios”, expresó Velázquez Molina. 

Igual suerte han corrido los pescadores de toda el área norte, especialmente en Arecibo, donde la marejada apenas ha permitido que salgan a buscar pescado fresco.

Rafael Pitre, presidente de la Asociación de Pescadores del barrio Jarealito de Arecibo, mencionó que en la zona han tratado de hacer los ajustes necesarios para aliviar un poco la crisis.

“Si en las últimas dos o tres semanas los pescadores aquí en Arecibo han tenido dos o tres días de pesca ha sido mucho. Cuando pueden salir se quedan más del tiempo de lo necesario para pescar más”, dijo Pitre. 

El producto que se pesca en esa área se divide entre clientes fijos que tienen en el área metropolitana y lo que dejan para la venta en la villa pesquera de Arecibo. Otra medida que han tomado ha sido controlar la venta.

Aunque en el área sur las condiciones climatológicas están mucho mejor que el norte, Pitre mencionó que no se da un intercambio entre pescadores que podría beneficiar al consumidor de toda la Isla.

“Hace varios años que se intentó hacer un centro de acopio de pescado de toda la Isla, pero se quedó en nada, Todavía no hay unos acuerdos a nivel Isla que nos permitan suplirnos unos a otros”, explicó. 

No obstante, Pitre señaló que además de batallar contra los problemas que traen las malas condiciones del mar, los pescadores también se enfrentan a la competencia que representan los supermercados, que venden congelados que vienen del extranjero.