Cuando Ana María Deseda Belaval se dio cuenta de que su perrita Lulú no estaba en la casa, sintió que su mundo se derrumbaba. Así que salió apresurada por cada rincón de la urbanización University Gardens en Río Piedras para tratar de encontrarla, pero sus esfuerzos fueron en vano.

Sin embargo, la fémina de 44 años no se dio por vencida y convocó a sus amistades más cercanas para que la ayudaran buscar a la pequeña can de pelaje dorado que es parte de su núcleo familiar desde 2013, tras haberla rescatado de la calle.

Así las cosas, Ana María y sus amigos colocaron “flyers” por toda la comunidad, además de divulgar la información en su página de Facebook; una publicación que se volvió viral.

Aunque la situación ocurrió el pasado miércoles, 3 de mayo, Deseda Belaval continuó con la búsqueda durante el fin de semana. Esta vez, el operativo se realizó cercano al río que está por su casa e, incluso, utilizaron un dron propiedad de su amigo y abogado, Alejandro Bellver.

Fue entonces que apareció un hombre al que no conocían, preguntando por una dirección. Se identificó como Christian.

Ana María Deseda Belaval junto a su perrita Lulú.
Ana María Deseda Belaval junto a su perrita Lulú. (Suministrada)

“Yo veo que él viene por la calle, como un poco desesperado. Entonces, ahí nos pregunta si sabíamos dónde era una casa en particular, pero no se acordaba del número. Le pregunté: ‘¿Qué tú estás buscando?’ Me contestó que tenía una perrita y por aquí están buscando una perrita”, relató la cantante de ópera y abogada de profesión.

“Cuando le mostramos el ‘flyer’, nos dijo: ‘¡Esa misma es… Dios mío, gracias! Qué bueno que los encontré, porque esa perrita estaba bien triste’. Ahí nos miramos, un poco incrédulos, pero nos fuimos, Alejandro, Christian y yo, en mi carro. Y él me dijo que estaba debajo del puente de la (avenida) Piñero”, contó.

Al bajarse en el lugar, según Ana María, el hombre caminó con su amigo Alejandro y luego desapareció por unos minutos. Pero al regresar, venía con la perrita en sus brazos.

“Cuando vuelve, tiene a Lulú en los brazos y ahí perdí la chaveta… ríos de agua viva, llorando. Porque la realidad es que no lo podía creer, verdaderamente, estaba perdiendo un poco las esperanzas que, es lo último que se pierde”, confesó.

“Pero considerando su edad; es paciente cardiaca, es sorda y, de momento, lo veo a él con ella, con los ojitos así, abiertos. Entonces, él llega y nos dice: ‘Ay, qué bueno”, resaltó sobre el momento en que volvió a ver a Lulú, una satita mezclada con Golder Retriever.

Eso no es todo, porque a pesar de que Christian es una persona sin hogar, quien pasa sus días debajo del puente de la transitada avenida Jesús T. Piñero en San Juan, utilizó los únicos $4 que tenía para comprarle comida a la perrita que había encontrado.

“Los únicos $4 que tenía y con eso, le compró la comida y nos la dio. Es una persona que la cuidó, le hizo como una camita. De un perro llegar a la avenida Piñero, su probabilidad de sobrevivencia es bajo”, expresó.

“Tampoco quería aceptar el dinero de recompensa, nosotros seguimos insistiendo. Mi agradecimiento es tanto, que no lo puedo ni medir. Es muy fácil ignorar un perro en la calle y, mucha gente lo hace. Pero queda gente buena y es lo importante de esta historia; él, histérico por encontrar a su dueño”, admitió.

Hora de recompensar la buena acción

De otra parte, Ana María no se conformó con tener de vuelta a su adorada Lulú, sino que compartió la gran noticia en Facebook en la cual dio a conocer su intención de ayudar al hombre, cuyo único deseo es tener un techo y encontrar trabajo como hojalatero.

El abogado Alejandro Bellver junto a Christian.
El abogado Alejandro Bellver junto a Christian. (Suministrada)

“Ahora mismo, nos despedimos, pero con la esperanza de volvernos a ver. Me ha escrito mucha gente que, quiere ayudar económicamente y quieren sacarlo hacia adelante. Pero lo más importante es que él quiere un techo para salir hacia adelante y conseguirse un trabajo”, mencionó.

“Le dijimos que pasara este lunes a la oficina de Alejandro Bellver, para ayudarlo. Le dijimos que, en confianza, que a tratar de ayudarlo en todo lo posible. Yo también le dije que las puertas de mi casa estarán abiertas para lo que él necesite”, sostuvo.

Finalmente, Ana María también agradeció a todas las personas que unieron voluntades para lograr un final que será completamente feliz si logan cumplir el sueño de este hombre a quien llamó “el ángel de Lulú”.

Si deseas ayudar a Christian, puedes escribir a deseda.ana@gmail.com o a través de Facebook bajo Ana DesBel.