Solo bastó un día de lluvia para que en la zona metropolitana del país y en los pueblos limítrofes se formara el caos.

Y si sorpresa causó el desorden, más perplejos estaban los ciudadanos que no podían creer que ni la tan anunciada tormenta Chantal haya dejado tanta lluvia y desorganización.

El caos fue tal que provocó que se inundaran las principales vías de la zona, que cerca de 40 mil abonados de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) quedaran sin servicio y hasta el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín tuvo que desviar 12 vuelos al Aeropuerto Rafael Hernández de Aguadilla. Incluso, en la tarde, el coliseíto Pedrín Zorrilla, en Hato Rey, abrió sus puertas para recibir refugiados de las inundaciones. Pero es que la lluvia que cayó también fue extraordinaria con 9.11 pulgadas registradas en San Juan.

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“La situación más fuerte fue para el área metro (San Juan). A nivel central estamos haciendo un monitoreo electrónico de esos cuerpos de agua y en las oficinas regionales nuestro personal se mantiene pendiente. Al momento en que hablamos, se han registrado 8.5 pulgadas de lluvia”, indicó temprano ayer Oscar Sotomayor, director de operaciones de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Aemead).

Los expresos John F. Kennedy y Rafael Martínez Nadal fueron cerrados en distintos tramos. Mientras, la zona de San Patricio en Guaynabo, se inundó y estaba parcialmente intransitable en su intersección con la avenida Roosevelt.

Varios carriles del expreso José de Diego, a la altura de San Patricio y en dirección a San Juan, también se inundaron, lo que obligó el desvío del tránsito hacia la carretera PR-2.

En Carolina, se reportaron zonas anegadas en los sectores Vista Mar, Jardines de Borinquen, Jardines de Country Club, Bahía Vista y Castellana Gardens. Asimismo, las autoridades atendieron dificultades similares en Dorado, Caguas, Vega Alta y Vega Baja.

Mientras, la AEE informó que brigadas trabajaban para intentar restablecer el servicio a esos 40 mil clientes de varios sectores que permanecían sin electricidad debido a las condiciones climáticas.

“Las lluvias y tormentas eléctricas que nos han afectado en las últimas horas han provocado una serie de averías en diversos sectores de la Isla. Activamos un plan de acción y brigadas de la Autoridad continúan trabajando para restablecer el servicio a la mayor brevedad, siempre anteponiendo la seguridad de todos nuestros trabajadores”, informó Ramón Burgos Medina, director de Transmisión y Distribución de la AEE.

Incluso, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) también informó que varios de sus sistemas en las regiones norte, este y metropolitana resultaron afectados por las inclemencias del tiempo.

“El personal de la AAA de todas las áreas operacionales está trabajando para corregir sus respectivas situaciones y han estado coordinando trabajos con la Autoridad de Energía Eléctrica, además de realizar labores de mantenimiento requerido para restablecer los servicios afectados a la mayor brevedad”, informó el presidente ejecutivo de la corporación pública, Alberto Lázaro Castro.

El servicio de la Autoridad Metropolitana de Autobuses también tuvo que suspender sus operaciones por un tiempo debido a las inundaciones.

Mala planificación

Las inundaciones urbanas que vimos ayer y que pudieran ocurrir hoy son un ejemplo de la mala planificación en la isla, según el profesor Félix I. Aponte Ortiz de la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico.

Para el experto, el crecimiento urbano que experimentó Puerto Rico en los pasados 60 años no fue acorde con la naturaleza y por eso hoy día vemos cómo con un par de pulgadas de lluvia paralizan las vías.

“Es que no hemos adaptado el espacio urbano a la realidad climática y se acumula un proceso histórico de decisiones de más de 60 años que han dado más o menos un orden, pero que no funcionan”, explicó Aponte Ortiz.

En el proceso de urbanizar el país, los ríos se fueron canalizando y el terreno se fue llenando de material impermeable que evita que la lluvia sea absorbida por la tierra.

“Las quebrabas de San Juan están preparadas para unos caudales significativos, pero no extraordinario. Muchos eventos han ocurrido desde que se ha impermeabilizado toda la cuenca. El espacio de terreno alrededor de la cuenca está lleno de cemento y asfalto y toda la escorrentía de la lluvia va directo al cauce”, mencionó el profesor.

Por esto es que los ríos se desborda e inundan carreteras, negocios y viviendas.

“Cuando era natural, una parte de la lluvia se infiltraba en el terreno”, dijo.

A este problema se le añade la falta de mantenimiento y de limpieza a los alcantarillados.

“A las tuberías no se le da mantenimiento. Esas tuberías están obsoletas, comprometidas y llenas de sedimento, escombros y basura. Pero, no hay capacidad financiera para mantener un programa continuo de conservación de ese sistema. Está comprometida, está obsoleta y tiene daño estructural”, acotó quien asegura que seguiremos sufriendo de estas inundaciones hasta que no se atiendan estos asuntos.

A todo esto se le añade que el clima mundial está cambiando y los eventos de lluvia que antes se veían cada 100 años son más frecuentes.

“Tengo 63 años y desde muy pequeño siempre he estado muy alerta a estos fenómenos y con humildad te digo que en mi tiempo de vida he visto cómo en múltiples veces, una o más veces por año esto ocurre y se vislumbra que estos eventos sean mas frecuentes y más intensos y el espacio no está adaptado para la nueva realidad hidráulica”, advirtió.

La responsabilidad recae también en la ciudadanía que es responsable de la mayoría de los escombros y basura que bloquean los desagües, quebradas y ríos que luego se desbordan. Además de los que invaden los terrenos alrededor de los cuerpo de agua con construcciones que impiden la absorción del terreno.

Todavía hoy es posible el desarrollo de aguaceros por la humedad que permanece en la zona tras el paso de esta onda tropical.

Antonio Gómez y Frances Rosario colaboraron con esta historia.

Se han registrado hasta 3.5 pulgadas de lluvias.
Las intensas lluvias relacionadas a una onda tropical han causado que sectores se inunden en el área metropolitana.