Guánica- Nahir Bracero Piñero tiene 38 semanas. Ya está “en fechas” y en cualquier momento puede dar a luz a un varoncito que llamará Ethan.

La joven de 23 años que duerme en un colchón bajo un toldo en el patio de la casa de su abuela en el barrio Ensenada de Guánica, fue revisada en el cuarto improvisado al aire libre por la partera, Rebecca García Ortiz, quien es natural de Sabana Grande y reside en Lajas. La comadrona recorre a diario varios de los pueblos afectados por el terremoto y es parte del grupo Mujeres Ayudando a Madres (MAM), que tiene su sede en Isla Verde.

García Díaz encontró tanto a la embarazada como al bebé en buen estado, solo con un poco de ansiedad por la tensión que vivió la joven con el terremoto de 6.4 grados y los temblores de tierra que siguen ocurriendo en la zona suroeste del País. La embarazada, su esposo, Nelson Ortiz, su hijita de 2 años y su abuela Miriam Sepúlveda duermen con ella bajo el toldo, pues la casa se agrietó con los sismos.

Como parte del encomiable voluntariado la matrona le verificó los latidos del bebé con un monitor fetal, le cogió la presión, las pulsaciones y le midió la barriga y le palpó el vientre por los lados. “Voy a tocar abajo”, le advirtió, mientras la joven le dijo que sentía mucha presión al caminar y muchos deseos “de correr” al baño, síntomas normales en los últimos meses de gestación.

“El bebé se está moviendo bastante, más de tres veces… esto está súper, muy bien”, sostuvo la comadrona. “Estamos felices, confiando y a esperar. Tienes mi teléfono y si perdemos comunicación y si no pudieras llegar al hospital sabes que me puedes encontrar en un lugar en la Plaza Pública de Sábana Grande que estamos preparando con camillas para atender partos y si estás preocupada por algo estoy bien cerquita aquí en La Parguera”, indicó la partera, quien era trabajadora social.  “No quiero que tengas ansiedad. El 80 por ciento de los partos en el mundo son por parteras”, agregó.

“Me siento más tranquila porque se que hasta ahora el parto va bien, mi bebé está sano que es lo más importante y a pesar de todo lo que está pasando que si necesito de emergencia a alguien ella va a estar cerca. La preocupación ya no está”, expresó la joven embarazada.

Dijo que su embarazo ha sido normal y que no ha tenido complicaciones. “Ella me ha chequeado el bebé y me dijo que todo está bien. Gracias a Dios, a pesar de todo, está saludable. No voy a negar que me he asustado, me he asustado por mí y tengo una nena de dos años. En estas situaciones uno tiene que actuar rápido y uno no piensa que está embarazada, pero he tratado de guardar calma”, expresó Nahir.

García Ortiz dijo que hace dos años ejerce la partería aunque lleva unos 25 años como asistente de partos. Indicó que a diario atiende entre 10 a 14 madres. Detalló que comienza en Lajas, Guánica, Guayanilla, Yauco, Peñuelas, Ponce y Sabana Grande. Precisó que en Sábana Grande y en Yauco monitorean madres con embarazos de gemelos. 

“Todos los días he llegado hasta la Plaza Pública de Sabana donde el Centro Familiar Cristiano nos abrió el lugar para emergencias y poco a poco lo estamos habilitando. Se supone que hoy o mañana nos van a llegar las camillas”, indicó la comadrona, quien sacrifica sus necesidades en medio de la emergencia para hacer la labor voluntaria.

Después de revisar a Nahir, la partera se dirigió al Callejón Magueyes, sector Guaypao en Ensenada para ver a otra embarazada, pero la madre de la joven, Leticia Rodríguez dijo que ésta se sintió mal y la llevaron al hospital. “Tenía como dolor y la tienen con sueros”, indicó Rodríguez, cuya familia en el humilde sector encontramos durmiendo también en colchones al aire libre y dentro de vehículos.

En ninguno de los barrios y sectores que visitamos tanto en Guánica, como Yauco, vimos personal del Departamento de Salud ni de ninguna agencia estatal o municipal auscultando las necesidades de estos ciudadanos que duermen fuera de sus casas por temor a un nuevo sismo.

García Ortiz dijo que una de sus mayores preocupaciones es que por el hacinamiento en los refugios hayan brotes de enfermedades, así como, por la poca higiene en algunos campamentos improvisados en calles, aceras y en campos, la exposición a picadas de mosquitos y al orín de ratón.



Guánica - Nahir Bracero Piñero tiene 38 semanas. Ya está “en fechas” y en cualquier momento puede dar a luz a un varoncito que llamará Ethan.

La joven de 23 años que duerme en un colchón bajo un toldo en el patio de la casa de su abuela en el barrio Ensenada de Guánica, fue revisada en el cuarto improvisado al aire libre por la partera, Rebecca García Ortiz, quien es natural de Sabana Grande y reside en Lajas. La comadrona recorre a diario varios de los pueblos afectados por el terremoto y es parte del grupo Mujeres Ayudando a Madres (MAM), que tiene su sede en Isla Verde.

García Díaz encontró tanto a la embarazada como al bebé en buen estado, solo con un poco de ansiedad por la tensión que vivió la joven con el terremoto de 6.4 grados y los temblores de tierra que siguen ocurriendo en la zona suroeste del País. La embarazada, su esposo, Nelson Ortiz, su hijita de 2 años y su abuela Miriam Sepúlveda duermen con ella bajo el toldo, pues la casa se agrietó con los sismos.

Como parte del encomiable voluntariado la matrona le verificó los latidos del bebé con un monitor fetal, le cogió la presión, las pulsaciones y le midió la barriga y le palpó el vientre por los lados. “Voy a tocar abajo”, le advirtió, mientras la joven le dijo que sentía mucha presión al caminar y muchos deseos “de correr” al baño, síntomas normales en los últimos meses de gestación.

“El bebé se está moviendo bastante, más de tres veces… esto está súper, muy bien”, sostuvo la comadrona. “Estamos felices, confiando y a esperar. Tienes mi teléfono y si perdemos comunicación y si no pudieras llegar al hospital sabes que me puedes encontrar en un lugar en la Plaza Pública de Sábana Grande que estamos preparando con camillas para atender partos y si estás preocupada por algo estoy bien cerquita aquí en La Parguera”, indicó la partera, quien era trabajadora social.  “No quiero que tengas ansiedad. El 80 por ciento de los partos en el mundo son por parteras”, agregó.

“Me siento más tranquila porque se que hasta ahora el parto va bien, mi bebé está sano que es lo más importante y a pesar de todo lo que está pasando que si necesito de emergencia a alguien ella va a estar cerca. La preocupación ya no está”, expresó la joven embarazada.

Dijo que su embarazo ha sido normal y que no ha tenido complicaciones. “Ella me ha chequeado el bebé y me dijo que todo está bien. Gracias a Dios, a pesar de todo, está saludable. No voy a negar que me he asustado, me he asustado por mí y tengo una nena de dos años. En estas situaciones uno tiene que actuar rápido y uno no piensa que está embarazada, pero he tratado de guardar calma”, expresó Nahir.

García Ortiz dijo que hace dos años ejerce la partería aunque lleva unos 25 años como educadora en lactancia. Indicó que a diario atiende entre 10 a 14 madres. Detalló que comienza en Lajas, Guánica, Guayanilla, Yauco, Peñuelas, Ponce y Sabana Grande. Precisó que en Sábana Grande y en Yauco monitorean madres con embarazos de gemelos. 

“Todos los días he llegado hasta la Plaza Pública de Sabana donde el Centro Familiar Cristiano nos abrió el lugar para emergencias y poco a poco lo estamos habilitando. Se supone que hoy o mañana nos van a llegar las camillas”, indicó la comadrona, quien sacrifica sus necesidades en medio de la emergencia para hacer la labor voluntaria.

Después de revisar a Nahir, la partera se dirigió al Callejón Magueyes, sector Guaypao en Ensenada para ver a otra embarazada, pero la madre de la joven, Leticia Rodríguez dijo que ésta se sintió mal y la llevaron al hospital. “Tenía como dolor y la tienen con sueros”, indicó Rodríguez, cuya familia en el humilde sector encontramos durmiendo también en colchones al aire libre y dentro de vehículos.

En ninguno de los barrios y sectores que visitamos tanto en Guánica, como Yauco, vimos personal del Departamento de Salud ni de ninguna agencia estatal o municipal auscultando las necesidades de estos ciudadanos que duermen fuera de sus casas por temor a un nuevo sismo.

García Ortiz dijo que una de sus mayores preocupaciones es que por el hacinamiento en los refugios hayan brotes de enfermedades, así como, por la poca higiene en algunos campamentos improvisados en calles, aceras y en campos, la exposición a picadas de mosquitos y al orín de ratón.