ISABELA.-De luto por la partida de don Emiliano.

Cargó muchos años, 115. Pero, su chispa, su larga vida se apagó ayer poco después de las 8:00 a.m.

Don Emiliano Mercado del Toro murió tranquilo, en su residencia en Isabela. Era el hombre y el veterano de guerra más anciano del mundo.

Dolores Martínez, sobrina de don Emiliano, explicó que éste confrontó problemas de respiración y algo de fiebre. Entonces, se comunicó con el doctor Francisco Maldonado en la clínica de Veteranos de Mayagüez, quien le recomendó llamar al Sistema de Emergencias 9-1-1.

Los paramédicos arribaron al hogar y allí confirmaron que ya no tenía signos vitales.

Había muerto.

“Fue un proceso bien natural y poco doloroso. Gracias al Señor porque no hubo sufrimiento, no hubo dolor”, recordó Martínez acerca de los últimos momentos de vida de don Emiliano.

Don Emiliano nació en Cabo Rojo el 21 de agosto de 1891 y vivió en la comunidad Pedernales hasta los 102 años, cuando sufrió una caída que le afectó una cadera. Ya no podía caminar. Fue entonces que su sobrina Tomasita Ruiz, de 85 años, lo fue a buscar y lo llevó a vivir con su familia en la urbanización Medina, de Isabela.

La edición de 2007 del libro de récords mundiales Guinness señala en su página 67 que don Emiliano era el hombre de mayor edad en el mundo. Aun cuando estuvo activo en la Primera Guerra Mundial y fue adiestrado como soldado, no llegó a pisar el campo de batalla porque el 11 de noviembre de 1918 se firmó el armisticio.

''Me siento más viejo que ayer'', le dijo a PRIMERA HORA el 21 de agosto de 2006 durante su cumpleaños 115. Ese día, le contó a este diario que tuvo no menos de 50 novias y que se casó tres veces. Nunca procreó hijos.

Una universidad de Boston le hizo un estudio de longevidad a don Emiliano que reveló que su extensa vida se debió a la nutrición que recibió desde pequeño cuando comía viandas y bacalao.

Desde ayer en la tarde, su cuerpo está expuesto en capilla ardiente en la Funeraria del Noroeste de Isabela. Descansaba en un ataúd blanco.

Era un escenario sencillo, igual que él.

Allí estará hasta las 11:00 a.m. de mañana, cuando será trasladado hasta el Cementerio Municipal de Cabo Rojo para recibir cristiana sepultura.

Apenada Iris Chacón

Por los pasados tres años, “La vedette de América”, Iris Chacón, acudió al cumpleaños de don Emiliano.

Ella era su ídolo y él era como su abuelito.

Celebrar cada año de vida de este hombre se convirtió en una actividad de pueblo. Hace dos años se hizo en la plaza de recreo de Isabela y el último, el 21 de agosto de 2006 cuando cumplió 115 años, en un parque de recreación pasiva, a pocos pasos de su residencia.

''Para mí, don Emiliano fue como el abuelito ese que todos quisiéramos tener, que nos hubiese durado muchos, muchos años y nos contara tantas cosas interesantes de la vida e historias de vida'', dijo Chacón, que no escondió su pena por la muerte de don Emiliano, un hombre al que considera ejemplo de cómo vivir una vida a plenitud y un ser humano maravilloso.

Chacón recordó que cuando don Emiliano cumplió 113 años y pidió que ella estuviera presente, no podía creer que tuviera un fanático de tanta edad. Desde entonces, la vedette estuvo a su lado en cada cumpleaños. Para ella, la muerte de don Emiliano dejará un vacío cada 21 de agosto, porque ése era el día en que el pueblo de Isabela se tiraba a la calle para celebrar el cumpleaños del que, aun cuando no nació allí, se había convertido en uno de sus hijos adoptivos predilectos.

Tres días de duelo

El alcalde de Isabela Charlie Delgado, expresó ayer sus condolencias a la familia de don Emiliano y de inmediato decretó tres días de duelo, período en el que las banderas de las dependencias municipales estarán ondeando a media asta.

''Tanto don Emiliano como su familia representaban cómo un núcleo familiar se puede mantener unido con un ser querido hasta los últimos momentos de su vida, lo que es cuidarlo, amarlo, darle la atención que ese ser humano necesita, y yo creo que ellos sirvieron de ejemplo de lo que debe ser el cuido de nuestros envejecientes'', dijo el Alcalde. El alcalde de Cabo Rojo, Santos Padilla Ferrer, también decretó tres días de duelo y ordenó que las banderas en las dependencias municipales ondeen a media asta.