Trinidad y Tobago y Puerto Rico comparten una misma tradición, la de las parrandas o en nuestro caso los asaltos navideños, en que se despiertan a las familias durante la madrugada para hacer el gran fiestón, con música, baile y comida.

A la parranda en Trinidad y Tobago se le conoce como “parang”  y fue llevada allí por emigrantes venezolanos de origen africano, principalmente.

La palabra parranda deriva de la palabra “parar”, en este caso para alegrar la Navidad de amigos y familiares visitándolos a son de música navideña.

Parranda es una juerga, es ir de un lugar a otro con la intención de divertirse y la misma, por definición, se puede llevar a cabo en cualquier momento del año.

Ser  “parrandero” se ha convertido en sinónimo de fiestero, de ese que gusta de la fiesta y el  jolgorio.

Los venezolanos también “parrandean” en Navidad  con cuatros, maracas, tambor, pandereta y furruco.

En el país del sur, la parranda navideña se inicia después de las 9:00 de la noche y se visitan las casas de los amigos cantando aguinaldos.

En Cuba, también se parrandeó desde el siglo 18, principalmente en la región de Las Villas (ahora las provincias de Santa Clara, Sancti Spiritus y Ciego de Ávila), tomando allí un tono carnavalesco, con fuegos artificiales incluidos.

Los primeros instrumentos que se usaron en la rumba cubana fueron el cencerro, el bombo, el repique, las tamboras y  tumbadoras.

En la República Dominicana la tradición de la parranda se le conoce como “aguinaldos” y  consiste en un  junte de  amigos que van  cantando villancicos navideños de casa en casa, en una misma comunidad y a pie.

 En los “aguinaldos dominicanos” se canta al ritmo de la tambora, la güira y el acordeón.

El perico ripiao es rey. 

En Islas Canarias, con tantos vínculos con Puerto Rico por la emigración de isleños a nuestro país, la parranda es famosa y se refiere principalmente al grupo de amigos que se reúne con sus instrumentos y se encargan de amenizar cualquier fiesta o romería.

En asalto puertorriqueño es tradición en nuestra isla caribeña, pero va desapareciendo por culpa de la inseguridad y el crimen.

Visitar las casas de los amigos en la madrugada, llegar sigilosamente y gritar ¡¡¡asallllto!!! es lo más típicamente navideño de nuestra país.

Todas las familias se preparan para eso.

Todavía lo seguimos añorando.